SEIS DÉCADAS DEL SIGLO XX EN LA MÚSICA POPULAR DE U.S.A.

Los africanos que fueron llevados como esclavos al territorio norteamericano de los actualmente Estados Unidos, habitaron principalmente en el sur del país. Con el paso del tiempo protagonizaron grandes migraciones interiores; una de ellas entre 1914 y 1920 hacia  los centros industriales de Chicago y Detroit. Los éxodos se incrementaron en las décadas siguientes y otra importante traslación ocurrió por motivo de la Segunda Guerra Mundial, al producirse un incremento y aceleración productiva en la industria norteamericana, reubicándose desde el sur al norte gran número de trabajadores de origen rural y raza negra. Instalados en grandes ciudades, fue principalmente en Chicago donde una música que traían, el Blues, evolucionó con la introducción de la guitarra eléctrica; entre sus pioneros se encontraban T-Bone Walker y B.B.King. Unos años más tarde, en 1948, Muddy Waters con “I Can’t be Satisfied” inauguró el registro discográfico del blues eléctrico llamado Rhytm’n’Blues, en principio también circunscrito al público afroamericano. Estas grabaciones entraban en la denominación de “race records” (música para gente negra) y estaban a la venta en tiendas especializadas, apenas frecuentadas por blancos. En la década de los cuarenta del siglo XX  funcionaban dos mercados discográficos en Estados Unidos: el mayoritario para el público blanco y otro para afroamericanos mucho menor, un diez por ciento del anterior. Operaban de forma independiente y tenían sus  propias listas de éxitos de ventas, debido a la fuerte discriminación racial imperante.

Algunas emisoras de radio difundían Rhytm’n’Blues la música que editaba B.M.I., sociedad de las pequeñas firmas discográficas. Esta música era rechazada por vulgar, trivial y sucia por el sector  mayoritario de los blancos y por la clase negra acomodada. Transmutado en Rock’n’Roll se multiplicó la audiencia y venta de discos, interesando a un número cada vez mayor de blancos. El avance técnico  del disco de 45 rpm en sustitución del de 78rpm consiguió el despegue fulgurante del consumo juvenil.

Este enorme crecimiento del Rock’n’Roll planteó enfrentamientos generacionales al ser enarbolado por el sector multirracial de la juventud americana. Hay que señalar que coincidieron los primeros años 50’s con la intervención estadounidense en la guerra de Corea y la “caza de brujas”, la importante persecución de ideas y personas de izquierdas con objeto de destruir los brotes de oposición a la política ultraconservadora norteamericana. En 1955, tras una ola de críticas al Rock’n’Roll por grupos religiosos, políticos y sociales inmovilistas, además de las presiones de A.S.C.A.P. sociedad editora de las empresas nacionales, las marcas discográficas importantes recondujeron la conflictiva situación creada tomando drásticas medidas; cambiaron el nombre de Rock’n’Roll a Rock and Roll introduciendo bajo esa denominación a grupos y solistas blancos que imitaban a los artistas negros, además de imponer generalizadamente “covers” (adaptaciones a la medida del puritanismo blanco, manipulando las letras) para conformar a organizaciones religiosas blancas sureñas que decían que la excesiva pasión por esa música formaba parte de un complot dirigido por la N.A.A.C.P. (Organización no violenta Pro Derechos Civiles). A partir de entonces, los cantantes negros hubieron de adaptarse a las normas vocales y a la moralidad blanca para lograr público oyente; valga de ejemplo que Chuck Berry y Bo Diddley, artistas ya entonces reconocidos, tuvieron que dulcificar los textos de sus canciones para conseguir difundir sus ritmos, plegándose a las condiciones que le exigía el mercado blanco. Entre otras, cambiaron la letra del hit “Tutti Frutti” que fue modificada a punto de grabarse por una empleada del estudio para evitar su no emisión en la radio. La poderosa industria discográfica aplicaba la receta clásica de la “cultura de consumo”; novedosa superficialidad en las formas y tradicionalidad conservadora en el fondo, además de limitar el número de discos que se emitían y las actuaciones en la televisión de esta música. Mientras, desde estados como Tennessee y Memphis, mantenedores de fuertes normas discriminatorias en la cuestión racial, fueron introducidos en el Rock and Roll grupos y cantantes blancos de esta procedencia: compositores e intérpretes de Country, la música folklórica de raíces europeas destilada con el tiempo a partir del desplazamiento de grandes masas de colonos hacia el Oeste, durante la segunda mitad del siglo XIX.

En 1954 el productor musical Sam Phillips, dio con la tecla para aunar estilos y  públicos al descubrir, casi por casualidad, a un chico blanco de Tennessee que cantaba y se movía como un negro. Su nombre artístico respondía  por Elvis Presley y había inspirado su estilo en el bluesman Arthur “Big Boy” Cruddup.

Elvis, artista de Sun Records, en 1955 fue vendido a la RCA y a principios de 1956 publicó el primer disco que difundido insistentemente alcanzó primeros puestos en las listas. El primer single contenía dos versiones: “That’s all right” (un Rhytm’n’Blues grabado diez años antes, en 1946 por Arthur Cruddup) y “Blue Moon of Kentucky” (una balada también grabada por Bill Monroe en 1946). Presley protagonizó también  su primera película en 1956 y se convirtió en un mito bastante manipulado entre 1956 y 1960, año en el que grabó la versión de “O Sole Mío” con el nombre de  “It’s Now or Never” vendiendo diez millones de discos. La figura de Elvis motivó a las grandes discográficas a encontrar nuevos ídolos blancos: Buddy Holly, Gene Vincent, Paul Anka, Bill Haley.. para conectar con el público adolescente (teenager) consumidor fácil de productos musicales inducidos por la influencia del disc-jockey, figura mediática presentadora de gran variedad de modas musicales y bailes, con frecuencia recompensado por emisoras y compañías discográficas, en un marco de extendidas prácticas “pay to play”: pagar para emitir. 

 Bill Haley con su grupo The Comets fue todo un especialista en “covers”. Un ejemplo está en la canción “Shake Rattle&Roll”, compuesta por Joe Hunter; el texto original decía: “Que escote tienes! /  y como penetra el sol a través de él / no puedo creer lo que ven mis ojos / es posible que todo eso sea tuyo?”. Bill Haley lo cambió por: “Qué vestido llevas / cómo flamean tus cabellos! / pareces ser apasionada / pero tu corazón es tan frío como el hielo”. El mayor éxito de Bill Haley an the Comets fue “Rock Around the Clock” en 1955, un tema de Amos Milburn de 1949. Además se promocionaban conjuntos vocales negros, tanto más aceptados socialmente si se adaptaban a formas orquestales y comerciales estilo “ballad”; eran grupos como Ink Spots, Mills Brothers, Oriols, Flamingos y sobre todo The Platters. Los años 1956 y 1957 se caracterizaron  por un gran aumento de artistas solistas blancos y conjuntos vocales negros.

 A principios de los años 60 los solistas negros escalaron cada vez mejores puestos en la lista de éxitos en medio de una sociedad convulsionada en lucha por los Derechos Civiles que finalmente fueron recogidos en la ley firmada por el presidente Johnson en 1963, lo que suponía una garantía teórica de integración social; muy pocos meses después, la importante revista “Billboard” suprimió la doble clasificación de hits musicales alegando que ya existía una real integración social. Esta idea fue  rehusada por los movimientos radicales negros, encabezados por Malcom X, líder de los “Black Muslims” y defensor del ensalzamiento de la comunidad negra, rechazando cuanto estuviera marcado por la cultura occidental blanca.

Paralelamente irrumpió la música Soul que reafirmaba la personalidad racial negra, pero a través de las características que los blancos reconocían en ella. Produjo un éxito inicial para ir después decayendo entre sectores del público afroamericano, pero prendiendo cada vez con más fuerza entre el público blanco, en medio de una sociedad norteamericana envuelta en graves conflictos sociales y la división de los movimientos reivindicativos entre radicales y no violentos. En el ámbito universitario se había formado alrededor del poeta Allen Ginsberg un grupo llamado Beat Generation que con otros colectivos dio origen a la corriente intelectual conocida por “underground”; estaba  conformada por poetas, escritores, músicos, grupos teatrales, experimentadores de sustancias alucinógenas, editores de publicaciones artesanales, activistas.. Apoyaban la lucha por los derechos de los negros, contra la guerra de Vietnam y a favor del pacifismo conformando un movimiento de rechazo generalizado al “American Way of Life”.

Meses después del asesinato del presidente Kennedy, el 22 de noviembre de 1963, el grupo británico  The Beatles llegó a EE.UU. en febrero de 1964, precedidos de gran fama conseguida en Reino Unido por su música basada en la adaptación de armonías vocales negras y ritmos twist. Llegaban con un reciente hit nº 1 en USA.”I Want to Hold Your Hand”  ya que su discográfica, con sedes en Londres y Nueva York había diseñado previamente una gran campaña publicitaria, conciertos y dos actuaciones en el más importante programa de shows en televisión, el de Ed Sullivan que alcanzó en cada emisión una audiencia por encima de setenta millones de personas. La gira de conciertos fue corta, pero volvieron a viajar al país en agosto del mismo año y realizaron otras  giras en 1965 y 1966. Se reunieron con Elvis Presley, su ídolo y con Bob Dylan, músico de creciente prestigio, a quien se dice que influyeron en el uso de la guitarra eléctrica; éste a su vez influenció a John Lennon en la forma de tocar y en las inflexiones vocales, además de hacer probar a los Beatles sustancias euforizantes que posteriormente tuvieron importancia en las creaciones musicales del conjunto. Comenzaba el tiempo en que Bob Dylan y The Beatles realizaron un meteórico despegue, señalando los caminos de la música popular y abriendo la puerta a grupos y solistas ingleses y americanos, creando la ilusión de una sociedad juvenil de apariencias que fue imitada por jóvenes y menos jóvenes dando enormes ingresos a las grandes discográficas y a muchas otras industrias que supieron auparse a ese carro.

Por otra parte, en julio de 1966, Martin Luther King rompió con los movimientos radicales y extremistas negros. En ese momento se revalorizaba la imagen de la personalidad negra por haber obtenido esta raza éxitos políticos (un senador, varios sheriffs y alcaldes) éxitos financieros (Tamla Motown, omnipotente compañía discográfica propiedad de afroamericanos) éxitos artísticos (Sydney Poittier, Bill Cosby) y éxitos  musicales (James Brown, Wilson Pickett, Percy Sledge, Aretha Franklin, Otis Reading etc.). La Soul music se presentaba como un factor de integración social y como aislante del radicalismo “Black Power”. El asesinato de Martin Luther King en 1968 asestó un duro golpe al integracionismo social. Había gran tensión y estallaron graves disturbios en la nación causando víctimas mortales. A la Soul music se le dio por agonizante entre el público negro; pero tenía sin embargo cada vez más aceptación y negocio entre el público blanco. Resurgieron así artistas como Marvin Gaye, Sly and the Family Stone, Curtis Mayfield (quien reconoció que se vio obligado a alterar su música para complacer al público blanco) Archie Bell and The Drells, The Fifth Dimension, Jackson 5; eran grupos y solistas negros que obtenían cuantiosas ventas discográficas al servicio de una política de cohesión que en la sociedad norteamericana no se realizaba.

En las universidades, desde el colectivo estudiantil también se había producido a partir del último tercio de los años 50, un alejamiento del Rock and Roll (por los manejos de las grandes discográficas creando los manipulables “teenagers”) con un creciente movimiento reivindicativo de los artistas del Blues puro y del estilo Folk donde despuntaba la “protest song”, todo ello en consonancia y solidaridad con el colectivo negro y su lucha por los derechos cívicos; conllevaba también el rechazo a la guerra, a la bomba atómica, preconizaba la no violencia y el humanismo. Aumentaba la valoración de los festivales folk, principalmente del Newport Folk que desde 1959 fue   presentando a las figuras emergentes y a los más genuinos músicos de blues, protest-song y country.

El festival de Woodstock, celebrado en agosto de 1969 fue el icono de la generación contraria a la guerra; pregonó la paz y el amor, emblemas del ideario que ha pasado a la historia con la denominación de “hippie”: pacifismo, amor libre, vida en comunas, consumo de sustancias alucinógenas, ecologismo y amor por la música y las demás artes.

Nota: Este artículo resume en parte informaciones del libro “Pop Music / Rock” de Philippe Daufouy y Jean-Pierre Sarton, publicado por Editorial Anagrama en 1973.

Justo Soriano Aliaga.

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