Definir un género tan genuino de muestro país como el pasodoble, se puede convertir en una tarea muy compleja y a su vez se podría hacer de una forma muy simple y genérica.
El motivo de esta serie de colaboraciones es ir descubriendo y acercando a nuestros lectores este estilo tan peculiar nuestro, y que muchas veces, quizás por el desconocimiento del mismo, suele ser considerada como una composición menor, y como todo en la música, hay pasodobles mejores y peores, populares y desconocidos, que han marcado una época o han pasado desapercibidos, etc.
Empecemos por el principio, según el diccionario de la Real Academia Española, la palabra pasodoble, tiene dos acepciones:
- m. Marcha a cuyo compás puede llevar la tropa el paso ordinario.
- m. Baile que se ejecuta al compás del pasodoble.
Basándonos en estas dos definiciones, podemos hacernos una idea de la historia de este estilo musical tan nuestro.
El pasodoble o paso-doble en sus inicios era una marcha ligera que se utilizaba para que las tropas realizarán sus desfiles militares, y que fue adoptado como paso a dos reglamentario en la infantería, puesto que con su característica especial hacía que la tropa pudiese llevar el paso ordinario de 120 pasos por minuto.
Como marcha militar se piensa que tiene su origen etimológico del pas-redouble francés. Se trata de una marcha rápida para la infantería con la que se conseguía regular y agilizar el desfile de los soldados, que lo hacían a paso doble, o sea como su nombre indica más rápido que al paso normal. Este tipo de marchas militares ya eran interpretadas por las bandas militares desde la década de 1780.
En la actualidad todavía se conserva y se utiliza este tipo de estilo musical en diversos actos, en desfiles militares (marchas), desfiles civiles y festivos (pasodobles festeros sobre todo en la zona de Levante), así como en los pasacalles populares que se desarrollan por toda la geografía española.
Este estilo musical posee un compás binario, con un movimiento moderado, lo que facilitaba el desfile de las tropas, y por cuyo motivo también fue introducido como la banda sonora para amenizar las corridas de toros.
Asimismo se denomina pasodoble al baile que se interpreta al compás de esta música, y que se cree fue originado en España entre 1533 y 1538, siendo utilizado en muchas regiones de nuestro país para acompañar la celebración de diversos eventos lúdicos, siendo además unos de los pocos bailes de pareja que siguen todavía hoy arraigados en nuestra cultura popular.
No está del todo claro pero parece ser que como baile, el pasodoble podría haber evolucionado de la tonadilla escénica, una composición que se utilizaba en la primera mitad del siglo XIX como conclusión de los entremeses y los bailes escénicos, y a mediados de dicho siglo pasó a ser utilizado para amenizar como intermedio musical entre acto y acto de una comedia.
El pasodoble es un baile muy sencillo, con figuras muy libres, por lo que resulta bastante fácil de aprender. La situación de la pareja, tiene que ser uno frente al otro y con los cuerpos ligeramente pegados y desplazados hacia la izquierda. Su ritmo básico es muy simple, consiste en un paso por tiempo y se debe permanecer todo el tiempo con los cuerpos en paralelo y con la mano izquierda y derecha del hombre y la mujer unidas.
Aunque pueden existir algunas variaciones, pero musicalmente los pasodobles tienen una estructura muy parecida a la siguiente:
«una introducción basada sobre el acorde dominante, a la que sigue una primera parte en el tono principal y una segunda parte, llamada «trío» que está escrita en la subdominante, en los pasodobles en modo mayor y el relativo menor, en los de modo mayor. Cada parte está precedida de cortas entradas (o introducciones) y, para finalizar, el trío, interpretado en «piano», se repite en «fuerte»…» (Ramón T. Berenguer, compositor)
Existen muchos tipos de pasodobles, los cuales iremos analizando poco a poco, destacando: Pasacalles (“la Ventera de Alcalá”, “Las Leandras”, “La Calesera”); regionales con aire gallego, asturiano, montañés, vasco, navarro, catalán, aragonés, valenciano, andaluz…(“Aires gallegos”, “Viva la jota”, “Los de Aragón”, “Islas Canarias”, “Puenteareas”, “En er mundo”, “Talento”, “L’entra de la murta”, “Las fogueres de San Chuan”); pasodobles-marchas (“Los Voluntarios” de Jerónimo Jiménez, “La Dama de Elche”); pasodobles de concierto (“La Giralda”, “La gracia de Dios”, “Suspiros de España”, “El abanico”, “Valencia”); de tunas estudiantiles (“La morena de mi copla”, “Clavelitos”); taurinos (“España cañí”, “Amparito Roca”, “Capote de oro y grana”); pasodobles festeros (“Paquito el chocolatero”, “El Fallero”); pasodoble-canción (“Francisco Alegre”, “El Relicario”, “Mi jaca”).
Durante esta serie de colaboraciones iremos conociendo y analizando algunos de los pasodobles más conocidos y representativos, indagaremos en su origen, su compositor, sus anécdotas, y por supuesto intentaremos escuchar alguna versión de los mismos.
Hoy lo haremos a modo de representación con un pasodoble muy especial para mí, se trata de SUMY, compuesto por nuestro añorado maestro D. José Ortuño Ortuño y dedicado en su momento a una de las sociedades musicales que han existido a lo largo de los años en nuestra ciudad, la Sociedad Unión Musical Yeclana, que estuvo en funcionamiento durante la década de los años cuarenta del pasado siglo y que para la actual Asociación de Amigos de la Música de Yecla, se ha convertido en uno de nuestros pasodobles insignia.
Además, con este artículo quiero rendir un pequeño homenaje al maestro Ortuño, puesto que en este año 2019 se conmemora el 110 aniversario de su nacimiento (1909-2019)
D. José Ortuño Ortuño.
Sociedad Unión Musical Yeclana.
En el año 1947 y debido a la falta de acuerdo entre el Ayuntamiento de Yecla y los miembros de la Banda Municipal, por cuestiones como casi siempre de índole económicas, fueron los motivos para encuadrar a la Banda dentro de una sociedad gestora, para que aún siendo municipal, fuera dirigida por una junta directiva que se debería de ocupar de las relaciones con el propio Consistorio, así como con otras instituciones de fuera y dentro de la localidad en todo lo relativo a las actuaciones y contratos desde un punto de vista económico.
Debido a este estado de desavenencias entre los músicos y el Ayuntamiento fue lo que decidió al maestro Ortuño, y a su amigo y compañero de trabajo, el aparejador municipal D. José Matáix Miralles, la creación de la “Sociedad Unión Musical Yeclana” (SUMY), estableciéndose a partir de ese momento una buena relación entre la Banda de Música y el Ayuntamiento, pues de esta manera se evitaron los enfrentamientos entre el Director, los músicos y la Corporación Municipal.
Dicha Sociedad Musical presidida por el señor Matáix Miralles, cubrió entre los años 1947 al 1952 la actividad musical en Yecla, realizando todas las actuaciones acordadas con el Ayuntamiento, que según escrito fechado el 20 de mayo de 1947, serían las siguientes: Procesión Domingo de Ramos, Jueves y Viernes Santo, Bajada Procesión y Subida Santísimo Cristo del Castillo, Función del Excmo. Ayuntamiento al Santísimo Cristo, Corpus Crhisti, bajada, procesión y subida de la Purísima Concepción, patrona de la ciudad, San Roque e inauguración de la Feria; Asimismo todos los jueves y domingos en la glorieta desde el día 29 de junio hasta la inauguración oficial de la Feria; Además de esos actos el ayuntamiento se reserva cinco fechas en el año, para cualquier acto que pueda organizarse (1). Para cumplimentar todas estas actuaciones el Ayuntamiento se comprometía a abonar a la Sociedad Unión Musical Yeclana la cantidad de 18.000 pesetas anuales, divididas en mensualidades de 1.500 pesetas.
Igualmente la nueva Sociedad Musical, realizo todas aquellas actuaciones fuera de nuestra ciudad donde era solicitada la presencia de los músicos yeclanos, los cuales por aquellos años gozaban de un gran prestigio, destacando entre otras sus memorables actuaciones durante las Hogueras de San Juan de Alicante, acompañando a la Comisión de la Hoguera de Pérez Galdós.
Partitura manuscrita de SUMY. Archivo AAMY
En esta primera entrega de esta nueva sección, vamos a escuchar una versión de SUMY de D. José Ortuño Ortuño, interpretada por la propia Banda Sinfónica de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla, bajo la dirección de D. Ángel Hernández Azorín, para lo que utilizaremos el vídeo que se preparó en la exposición que se pudo visitar en la Casa Municipal de Cultura de Yecla, durante el mes de noviembre del año 2009, organizada por la Asociación de Amigos de la Música de Yecla y la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Yecla, para conmemorar el Centenario del nacimiento del Maestro Ortuño (1909-2009).
(1) HERNÁNDEZ CUTILLAS ALFONSO. “Música y músicos yeclanos”. Pag 76 y 77. Asociación de Amigos de la Música de Yecla. 2008. DL: MU-2874-2008
En línea: http://www.elrincondelpasodoble.com/historia.html
José Miguel Ibáñez Lax.