Como ya hemos comentado varias veces en esta sección, dentro de este género musical existen varios tipos de pasodobles: pasacalles, zarzuelas, baile, marchas, tunas, concierto, festeros, regionales, canción, etc., cuya diferencia, además de sus características técnicas musicales, radica principalmente en el motivo u origen de su composición, para qué y porqué se compone dicha obra por parte del autor.
El pasodoble puede ser parte de una zarzuela, incluso como ya vimos, de una ópera; puede estar pensado para ser cantado como canción, formar parte de una banda sonora, ser compuesto para desfilar en una fiesta determinada; interpretado durante los festejos taurinos, estar dedicado a una ciudad, región, comarca o a sus habitantes, costumbres y tradiciones, e incluso ser escrito para homenajear a un colectivo o a una persona en concreto.
La obra de la que vamos a hablar en este artículo es una mezcla de varios de los motivos anteriores, puesto que a su vez es una obra dedicada a una persona, escrita para homenajear a un colectivo como es una banda municipal y que se ha convertido en un pasodoble utilizado para desfilar en diferentes fiestas, especialmente en el levante español, y muy concretamente en las fiestas de Moros y Cristianos, aunque no solo en estas.
Se trata del pasodoble “Francisco Bravo”, del maestro Manuel Carrascosa, obra dedicada al músico villenense y fundador en el año 1922 de la actual Banda Municipal de Villena.
Este es uno de los motivos por los que hoy hablaremos de dicho pasodoble, puesto que en el próximo año se cumplirá el Centenario de la banda de la vecina localidad de Villena, pero no el único, pues este pasodoble-marcha, sin saber muy bien porqué, y de una forma no escrita, -sencillamente se ha ido tocando año tras año-, se ha convertido también, en una de las bandas sonoras tradicionales de las Fiestas Patronales de Yecla, puesto que es interpretado de una forma natural en varios momentos importantes de dicha festividad.
Francisco Bravo Gracia, nace en Villena el 1 de noviembre de 1876. Su familia era de clase media y con cierta holgura económica, dado el trabajo artesanal del padre, que por tradición familiar eran canteros y marmolistas, pero donde no existía ningún ambiente musical.
Inicia sus estudios de primaria en la escuela de “La Tercia”, y con 9 años de edad comienza con su enseñanza musical de la mano de su primer maestro, el aguileño, Francisco Díaz Romero, fundador en 1887 de la “Juventud Musical Villenense” con la que el joven Francisco realizó su primera actuación con el oboe durante las fiestas de 1888.
En 1892, y tras la dimisión de Díaz Romero, toma el relevo hasta el año 1898 el alcoyano Camilo Pérez Laporta, prestigioso músico y compositor. Si importante fueron las enseñanzas de Díaz Romero, el magisterio de Pérez Laporta fue fundamental para que el joven Francisco descubriera su verdadera vocación musical.
En el año 1900, tras unos años difíciles en el que a punto estuvo de desaparecer la banda, Francisco Bravo, animado por sus compañeros, y a propuesta del Ayuntamiento se hace cargo de la dirección de la banda que en aquel momento estaba integrada por 18 músicos, puesto por el que no recibiría ningún tipo de retribución durante más de 11 años.
Se casó en 1902 con la villenense Consejo Crespo Marco, que tenía estudios musicales y una bonita voz de soprano, y con la que, y para poder mantener a su familia, impartían clases de música en su propio domicilio, encargándose Consejo del solfeo; academia a la que asistían cada vez más niños, y que luego ingresaban en la banda que llegó a contar por esta época con cerca de 45 miembros.
En 1909 organiza en el Teatro del Circulo Artístico, junto al maestro José Serra Dalmau, un extraordinario homenaje en honor a Ruperto Chapí, por el éxito obtenido con el estreno de «Margarita la Tornera». Formando parte unos pocos días después en la comitiva oficial, desde Villena se desplaza a Madrid para asistir a los funerales del compositor.
A partir del año 1911 el Ayuntamiento de Villena le asignaría un sueldo de 40 pesetas, que tuvo que complementar con la enseñanza en la academia que tenía en su domicilio. Tras unos años, la falta de apoyo, de estímulos, de ilusión, hicieron que la banda fuera a menos poco a poco hasta su desaparición en 1920.
Año y medio estuvo la ciudad de Villena sin banda de música, teniendo que ser contratadas para las fiestas las de las localidades vecinas de Caudete, Sax, Benejama o Biar, hasta que, y por iniciativa del alcalde Pedro Menor García, en el año 1921 se toma la decisión de crear una banda de música formada por niños de entre 8 y 14 años, para lo que se pone al frente a Francisco Bravo.
Este sería sin duda el mayor reto al que se enfrentó el maestro, puesto que había que crear una nueva banda de música desde cero. En junio de 1921 se puso en marcha la academia para formar a los futuros músicos, con la ayuda de su esposa Consejo, ciento sesenta niños educandos se matricularon en la misma. El 5 de septiembre de 1922 fue la presentación oficial de la joven Banda Municipal de Villena, compuesta por 65 componentes y que el próximo año celebrará su Centenario.
Francisco Bravo Gracia, fue además de un gran docente, un excelente instrumentista, llegando a ser un virtuoso del oboe, pero tocando también con cierta desenvoltura el piano. Su labor como compositor es menos conocida, estando actualmente la mayoría de su obra desaparecida. Se sabe que compuso bastantes pasodobles del que sólo nos ha llegado hasta hoy el titulado “Julito”, dedicado a su hijo, así como polcas, mazurcas y demás bailables de la época, y por supuesto varias marchas moras.
Falleció en Villena el 24 de noviembre de 1934.
Sus hermanos también eran músicos. Julio tocaba la trompeta, Mario el fliscorno y Silverio era percusionista, los tres llegaron a pertenecer en algún momento a las bandas que dirigió el hermano mayor.
Varios de sus hijos estudiaron música. Francisco, el mayor, tocaba la flauta y también el piano, y era además compositor. Sucedió a su padre tras su muerte por un breve tiempo como director de la Banda Municipal. Julio era pianista y maestro concertador de la «Coral Ilicitana» de Elche. Su hija Boni también tocaba el piano, aunque sólo en las veladas de la familia.
El Ayuntamiento de Villena, como reconocimiento a toda una vida en pro de la música en la ciudad, siendo alcalde Pascasio Arenas, rotuló una calle con su nombre. Asimismo como homenaje al maestro Bravo, el buñolero Manuel Carrascosa, director durante más de 40 años de la Banda Municipal en Villena, le dedicó un pasodoble de ritmo airoso, con el nombre de “Francisco Bravo” que fue estrenado el 5 de septiembre de 1941.
Del autor Manuel Carrascosa García, del que hablaremos con más amplitud en esta sección en próximas entregas, -puesto que fue un prolífico compositor sobre todo de música festera-, destacamos que nació en Buñol el 17 de noviembre de 1911, siendo nombrado director de la Banda Municipal de Villena en 1939, dirigiendo la misma hasta el día de su jubilación en 1978. En el año 1965 el Ayuntamiento de Villena le concedió el Título de Hijo Adoptivo de la ciudad. Falleció en Villena el 10 de mayo de 1997. Por acuerdo del Pleno Municipal sus restos mortales fueron trasladados en 2013 al Panteón Municipal de Personas Ilustres de Villena, ubicado en el Cementerio Nuevo.
Es autor de numerosas composiciones, de las que una gran mayoría son pasodobles y marchas dedicadas en gran parte a las comparsas de Moros y Cristianos de Villena, y que son consideradas por estas como su obra oficial. De todo su catálogo vamos a destacar, por la gran resonancia que tiene en su ciudad adoptiva, el pasodoble “La Morenica”.
Y como ya dijimos al inicio de este artículo, hemos elegido el pasodoble “Francisco Bravo” por ser una obra dedicada al fundador de la Banda Municipal de Villena, agrupación que el próximo año 2022 celebrará su centenario, como un granito de arena dentro de los actos de homenaje a nuestros compañeros y amigos villeneros.
Además, y coincidiendo con las fechas en las que durante más de tres siglos y medio se celebran las fiestas patronales de Yecla, puesto que como ya indicamos este pasodoble se ha convertido, por costumbre, -pues no está reflejado en ningún documento escrito-, en una de las obras que los músicos que acompañan a las Mayordomías de nuestras fiestas, interpretan durante ciertos actos del protocolo que marca las ordenanzas de las festividades en Honor a la Purísima Concepción, Patrona de Yecla.
A continuación podremos visionar un vídeo, realizado como homenaje al maestro Manuel Carrascosa, y donde se puede escuchar su pasodoble “Francisco Bravo” interpretado por la Banda Municipal de Música de Villena dirigida por Pedro Ángel López Sánchez.
https://youtu.be/t8FamBYMQE8
Fuentes:
– Archivo Banda Municipal de Villena.
– Archivo de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla (AAMY).
– http://www.villenacuentame.com/
José Miguel Ibáñez Lax.