Te sientas frente a la hoja en blanco. La miras fijamente, y ella te devuelve la mirada. Te lanzas, pero reculas. Insistes, pero flaqueas. Quieres componer; pero no puedes.
Si te sientes identificado con lo que acabas de leer, déjame que intente ayudarte. Como tú, yo también estaba ansioso por componer música; sin embargo, hasta hace poco sentía que era un deseo fuera de mi alcance. Así pues, voy a compartir contigo 4 consejos que me fueron de gran ayuda para romper ese bloqueo y finalmente empezar a componer. He de recalcar que el contenido de este artículo es meramente una opinión basada en mi experiencia personal, y ha de ser tratado como tal. Dicho esto, comencemos con el primer consejo:
- NO TENGAS MIEDO AL ERROR
“El único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada.”– J. W. Goethe.
Una de las principales dificultades que se nos presentan a los compositores noveles es el miedo que sentimos ante la posibilidad de que nuestra música no suene bien. Al margen de que conceptos como “bien” y “mal” son hasta cierto punto subjetivos, debemos tener clara una cosa: nadie nace sabiendo. Somos principiantes, así que si queremos conseguir avanzar es importante asumir cuanto antes que, ineludiblemente, vamos a cometer fallos.
Esto no debe desanimarnos; todo lo contrario: aquello que no funcione como esperábamos nos servirá como aprendizaje para nuestras futuras composiciones. Por otro lado, aquello que sí funcione será una recompensa por nuestro esfuerzo y trabajo, demostrándonos que verdaderamente somos capaces de hacer buena música. Así, la frustración por los errores cometidos y la satisfacción por los aciertos logrados funcionan como dos caras de una misma moneda, y ambas han de impulsarnos a continuar progresando.
- AUMENTA TU BASE DE REFERENCIAS
“La nutrición del espíritu, como la del cuerpo, debe ser sencilla y substanciosa. Los grandes maestros te han provisto abundantemente: aliméntate de sus obras.”– Robert Schumann.
Cuando un niño comienza a aprender a hablar, es habitual reconocer en sus palabras las expresiones, entonaciones y acento de las personas que le rodean. De la misma forma, cuando comenzamos a componer, resulta inevitable que la música que escribimos refleje aquella que escuchamos. Por ello, un buen punto de partida para empezar a componer es escuchar música en abundancia.
Uno podría pensar que lo más lógico sería escuchar únicamente aquella música que nos guste y/o esté más próxima al género que deseemos practicar; no obstante, mi recomendación es ir un paso más allá.
Trata de acercarte a aquella música que te resulte más desconocida y ajena; o incluso de primeras, desagradable. Reúne en tu mente referencias musicales tan dispares entre sí como sea posible, sin despreciar ningún género: clásica, folclórica, pop, rap, jazz… Por supuesto, esto no quiere decir que no podamos tener nuestras propias preferencias; pero si prestas la suficiente atención, incluso de aquella música que no te despertaba especial interés conseguirás aprender algo nuevo. Haciendo esto, obtendrás un banco de referencias musicales único y personal que hará que tu música también lo sea.
- DE LA TEORÍA A LA PRÁCTICA
“El conocimiento alberga poder. Controla el camino hacia la oportunidad y el progreso.”- Peter Drucker.
Mucha gente percibe la teoría como un obstáculo para aprender música; nada más lejos de la realidad: la teoría musical es una gran aliada y una herramienta importantísima para la composición. Algo que me sirvió de ayuda para entender esto (y que a día de hoy me sigue sirviendo) fue tratar de buscar siempre aplicaciones prácticas a cada nuevo concepto teórico que aprendía. Al fin y al cabo, la música es el arte del sonido, así que de nada sirve la teoría si se queda en el papel. Cuando, por ejemplo, aprendas un nuevo tipo de acorde, piensa, ¿cómo suena? ¿Qué sensación te produce? ¿Dónde lo has escuchado antes?
Sabiendo esto, tal vez te estés preguntando: “Pero ¿por dónde empiezo?”. Bueno, si ya tienes ciertas nociones básicas de solfeo, mi consejo es que te adentres cuanto antes en el mundo de la armonía. Esta nos ayuda a comprender, en resumidas cuentas, el efecto de combinar distintos sonidos entre sí. Conceptos como acordes, funciones tonales, modulaciones… tal vez puedan sonarnos a chino en un primer momento; pero haciendo un esfuerzo por entenderlos conseguiremos adquirir un sinnúmero de recursos para componer.
Si no eres alumno de conservatorio ni dispones de recursos para permitirte un profesor particular, al final de este artículo te dejo enlaces a distintos canales de YouTube en los que puedes encontrar vídeos de divulgación musical de forma totalmente gratuita. Cada uno de ellos enfoca su contenido de forma distinta, así que escoge el que más te interese según tus objetivos.
- TEN PACIENCIA Y PERSEVERA
“La música es una amante orgullosa y temperamental. Si le dedicas el tiempo y la atención que se merece, es toda tuya. Pero si la desairas, llegará un día en que la llamarás y ella no contestará.”- Patrick Rothfuss.
Este último consejo es a mi juicio el más importante, y a la vez el más difícil de aplicar. Y es que aunque a todos nos gustaría que las ideas llegasen a nosotros por ciencia infusa, la realidad es muy distinta. El proceso compositivo es, a todas luces, una actividad metódica en la cual la constancia y el trabajo diario están muy por encima del talento o la inspiración. Una vez rompamos el bloqueo inicial que nos impedía componer, la clave está en no detenernos. No siempre seremos igual de productivos, pero si invertimos el tiempo necesario y conseguimos que componer sea parte de nuestro día a día, los resultados llegarán tarde o temprano.
ENLACES DE YOUTUBE:
Pedro Navarro Ruano: https://acortar.link/w2HQjP
David Bruce: https://www.youtube.com/c/DBruce
Ryan Leach: https://www.youtube.com/c/RyanLeach
Aural Skills Guru: https://www.youtube.com/c/auralskillsguru
David Soriano Villascusa.