Por Juan Carlos Gonzálvez Soriano.
Empleado de la Caja de Ahorros del Sureste de España, en 1964 Antonio Gonzálvez Albertos, fue trasladado a Villena para desempeñar el puesto de Interventor en la oficina de la localidad, y pese a haber tenido una experiencia laboral muy grata en Calasparra, fue a su nuevo destino ilusionado, tanto por la categoría de la plaza, como por encontrarse dicha ciudad muy próxima a su pueblo natal, Yecla.
Desde el inicio de sus días en Villena la familia formada por Antonio, su esposa Tomasa y sus dos hijos mayores, Juan Carlos y Mª Dolores, a los que pronto se unirían sus hermanos Pedro y Conchi, supo participar como una familia más en la sociedad villenense, asumiendo y participando de sus costumbres y de sus instituciones, de sus anhelos, sus problemas y sus satisfacciones, y lo supieron hacer sin olvidar nunca sus orígenes.
En el desarrollo de su trabajo en la Caja de Ahorros, unos periodos como Interventor, y otros como Director, Antonio tuvo ocasión de relacionarse con numerosos villeneros, pero también lo hizo como vecino de las dos fincas que habitó la familia durante su estancia en Villena en la calles Joaquín María López y General Mola (hoy calle Navarro Santafé), o en su condición de miembro de las Asociaciones de Padres de Alumnos del Colegio Salesianos, del Instituto Hermanos Amorós y de las Carmelitas (asociación de la que fue Secretario cuando se proyectó y decidió la construcción del actual colegio).
Y a otros muchos vecinos de Villena conoció en su día a día, como socio del Casino Villenense y del Círculo Agrícola Mercantil, como socio protector de la comparsa de Moros Viejos, o como miembro que fue durante varios años, del jurado de los premios que otorga la Junta Central en las fiestas de Moros y Cristianos, fiestas que vivía con tanta alegría, como devoción profesaba a la Virgen de las Virtudes, a la que en numerosas ocasiones visitaba con su mujer hasta bien poco antes de su fallecimiento.
Antonio Gonzálvez fue un villenero más, pero nunca dejó de ser yeclano; lo fue tanto como el que más, y así lo demostró a lo largo de toda su vida. En Yecla quisieron Antonio y Tomasa que nacieran sus cuatro hijos a pesar de residir en otras poblaciones, y aquí mantuvieron siempre una vivienda donde acudían cada vez que tenían oportunidad, ya fuera en el Chicharra, en autobús o en el coche de algún pariente, y finalmente, cuando pudo ser, con vehículo propio. Antonio fue durante muchos años “yeclano ausente”, pero en realidad nunca tuvo tal condición, pues siempre estaba presente en su pueblo, cuando podía, físicamente, y cuanto no podía, con el pensamiento.
Por eso, al tiempo que era parte de la sociedad villenera, nunca abandonó su yeclanía, participando con gran sentimiento e intensidad, entre otras, en dos de los hechos colectivos o instituciones más arraigadas en la sociedad yeclana, las Fiestas de la Virgen y el Yeclano, C.F. Antonio fue toda su vida seguidor incondicional del Yeclano, en los buenos momentos, y en los malos también, como cantan ahora los de la peña “Curvabar”. Y fue también “tiraor” desde su más pronta juventud hasta que las fuerzas ya no le acompañaron. Desempeñó el cargo de Cronista de las Fiestas en el mandato de D. Salvador Muñoz, y fue el inspirador y promotor del acto del Beneplácito tal y como en la actualidad se desarrolla, desde que fuera instaurado por la Asociación de Mayordomos y el Excmo. Ayuntamiento siendo Presidente el Sr. Muñoz y Alcalde de la ciudad, D. Domingo Carpena.
Pero si, junto a la Virgen del Castillo algo llevaba Antonio en el corazón, ese algo era la Escuadra de la Retaguardia “Los Luna”, Escuadra de la que por razones familiares, fue miembro refundador, y a la que dedicó muchísimo esfuerzo y trabajo y muchísimo amor, que (es justo reconocerlo y agradecerlo) fue correspondido por la Escuadra, que con el tiempo lo nombró Socio de Honor y lo distinguió con el Premio Capitán Mora, premio éste que él mismo contribuyó a crear en su día.
Cuando sobre el año 1990, la Escuadra de “Los Luna” decidió adoptar una composición musical que pudiera sonar a su paso en los diversos desfiles de las Fiestas de la Virgen, Antonio pensó enseguida en una de esas amistades que hizo en Villena, el Maestro Carrascosa, que fue Director durante más de cuarenta años de la Banda de Música Municipal de la vecina ciudad, y autor del afamado pasodoble “La Morenica” y de muchos otros pasodobles y marchas moras dedicadas a las comparsas de Villena. Antonio Gonzálvez comentó el proyecto D. Manuel Carrascosa, que de inmediato pensó en componer un pasodoble, acaso por ser eso lo acostumbrado en las comparsas de cristianos de Villena. Sin embargo, lo que “Los Luna” buscaban no era tanto un pasodoble, como un himno al uso de los que identifican a las Escuadras de las Fiestas de la Virgen, himno que finalmente compusieron con gran acierto Juan J. Ruiz Molina y Alfonso Hernández Cutillas, autores de la música y letra, respetivamente.
La cosa no quedó ahí sin embargo, pues el Maestro Carrascosa decidió entonces dedicar a su amigo Antonio ese pasodoble que quizás tenía ya en la cabeza, pasodoble de honda inspiración yeclana en el que se pueden escuchar, enlazados con singular maestría, los sones más reconocibles de nuestro folklore.
Este es el pasodoble “Antonio Gonzálvez”, que podemos oír y visionar el día de su estreno bajo la batuta del inolvidable Maestro, que tuvo lugar en el Teatro Concha Segura de Yecla, el 1 de julio de 1983, en un acto de homenaje al músico yeclano D. José Ortuño, y que es interpretado en numerosas ocasiones por la Banda de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla por constituir una de las piezas musicales más representativas de nuestra ciudad.
VIDEO DEL ESTRENO DEL PASODOBLE: 7 DE JULIO DE 1983