Tras terminar la guerra y ya con inventos como el automóvil, el fonógrafo o la radio en pleno impulso, una noche de 1917 en uno de los restaurantes de moda de Nueva York, un grupo de músicos que terminaron llamándose Original Dixieland Jazz Band, interpretaron algo revolucionario, diferente, trepidante, era un sonido que enganchaba y con un ritmo que te invitaba a bailar. Entre las piezas que escogieron sonó Tiger Rag, una pieza que con el paso de los años se ha convertido en archiconocida, y la cual reflejaba un cambio, un nuevo estilo de música.
Tras el éxito de aquella noche este nuevo estilo triunfó a niveles incalculables. Se corrió la voz y pronto miles de músicos interpretaban Dixie en bares y calles de las principales ciudades. Nueva Orleans, Kansas y más tarde Chicago, se convirtieron en la cuna de este estilo bautizado con el nombre de Dixie. Y cientos de piezas sonaron sin parar entre 1910 y 1920, sin duda la década dorada de este estilo americano.
Este estilo se arraigó, varió, evolucionó, se transformó o como queramos decirlo, pero siempre estuvo presente en el nacimiento de otros estilos, como se puede apreciar en el cuadro cronológico del siglo XX que se muestra a continuación:
Hasta ahora hemos hablado de los éxitos, de la aceptación y de la alegría que transmitía esta música pero lo cierto es que el Dixie ya existía desde antes, pero ¿desde cuándo? Pues podríamos decir que desde que convivieron las civilizaciones africana y europea, coexistiendo en el Nuevo Mundo que llamaban América. La esclavitud estaba presente, y esta música representaba el espíritu de un cambio, servía para expresarse y desahogarse, convirtiéndose poco a poco en un sentimiento.
En aquella época, el Dixie además de escucharse en burdeles o desfiles callejeros también era típico encontrarlo en los funerales. Era frecuente hacer desfiles fúnebres mientras los músicos interpretaban este tipo de música. Y sin duda una de las piezas musicales más conocidas de la historia que bien reflejaba este ritual es Oh went the saints.
Llegados a este punto, hablemos un poco acerca de los instrumentos más utilizados y comunes que se podían encontrar, tanto en pequeño grupo como en las propias Big Band posteriores, y en algunos efectos curiosos propios de este estilo de música.
En cuanto a instrumentos, eran variados y cada uno tenía una función importantísima. Por un lado la base rítmica, con solo charles, bombo y caja eran capaces de crear infinidad de ritmos. Por otro lado, el piano, sin duda el instrumento más completo que existe por poder combinar ritmo, melodía y armonía.
Cómo olvidar, a instrumentos como el banjo, la tuba o el contrabajo que servían de base y apoyo armónico constante. Y dada la disponibilidad en cada caso, se usaba uno u otro. Ahora en la época moderna, también podemos encontrar instrumentos eléctricos como el bajo y la guitarra eléctrica.
Y por último, la sección de vientos, instrumentos como la trompeta, el trombón, el clarinete y los cuatro tipos de saxofones más representativos dentro de su familia (barítono, tenor, alto o soprano).
En cuanto a efectos, en este tipo de piezas era muy típico escuchar por ejemplo una trompeta con y sin sordina, los glissandos de los trombones, los slap de saxofones o el propio piano haciendo ritmo y melodía con cada mano.
Si continuamos nuestro recorrido histórico por décadas, podemos destacar 1936 por ser el año en el que el tema Sing Sing Sing de Louis Prima aparecía con fuerza en el cine, haciendo bailar a todo el público y siendo conocido a nivel mundial.
Mucha gente se preguntaba, ¿qué tenía esta música que les hacía moverse tanto? Influían varios factores pero si tuviéramos que destacar algunos sería la base rítmica, la improvisación y el famoso swing. Una de las piezas legendarias de la década de los casi cuarenta fue In the mood, compuesta en 1939 por el gran trombonista Glenn Miller, su música triunfó y triunfó, y fue interpretada por cientos de Big Band.
En la década de los cincuenta Elvis y el Rock and Roll revolucionaron las listas de ventas. En el campo jazzístico triunfaron temas como por ejemplo el Rock around the clock del gran Bill Haley compuesto en 1956.
Y poco a poco el dixie convivió con otros estilos y desembocando en otros nuevos. Paralelamente al dixie, convivieron otros estilos y surgieron otros nuevos. Bossa Nova, Blues, Be-bop, Cool, Fusion, Jazz Contemporáneo, Jazz Arquitectónico y un sin fin de variedades más hasta el día de hoy.
Concluyendo y resumiendo a grandes rasgos, palabras como feeling, fusión, dixiland, improvisación, sentimiento o swing pueden reflejar este estilo. El dixie y el jazz en general forman parte de nuestra historia, y podemos encontrarlos reflejado en las principales representaciones artísticas, como podemos apreciar en los siguientes ejemplos con los cuales concluimos este breve artículo.
Cecilia Ortuño Gil