Desde hace mucho tiempo sueño con el día en que todos los músicos entendamos que nuestra profesión no es una competición y que nunca un intérprete puede ser mejor que otro. En un equivocado juicio de valores encontramos a personalidades del sector, algunas incluso con gran relevancia social, que creen erróneamente estar por encima de la música y ello les da derecho a generar una serie de críticas en contra de otros músicos sin darse cuenta del daño que pueden causar. A través de este artículo pretendo mostrar las claves del éxito para todo aquel que desee ser un buen intérprete musical o profesor de música a la vez que ofrecer un punto de vista crítico con respecto a los grandes errores que no sólo suelen cometerse dentro de nuestra profesión sino que también en ocasiones poseen una significativa y alarmante aceptación social.
NUNCA HE PODIDO COMPRENDER POR QUÉ MUCHAS PERSONAS PIENSAN QUE QUIEN TOCA MÁS RÁPIDO LO HACE MEJOR.
Bajo mi punto de vista la velocidad en la música siempre ha sido un medio, algo que en un determinado momento puede ayudarnos a conseguir de un modo más preciso un carácter musical en concreto, pero nunca debe ser una finalidad en sí. Los objetivos musicales siempre son los de trasmitir de la mejor manera posible las ideas expresivas gestadas en la mente de los compositores. Por lo tanto un buen intérprete será aquel que centre sus esfuerzos en la comunicación sonora de estas ideas, en la expresión y transmisión de sus sentimientos, en el acercamiento al público hacia las más sublimes cotas expresivas de cada una de las obras musicales a interpretar.
ASIMISMO EXISTE UNA ABSURDA OBSESIÓN QUE HA IDO GANANDO PESO A LO LARGO DE LA HISTORIA DE LA ENSEÑANZA MUSICAL: LA FOBIA A LA EQUIVOCACIÓN DE LAS NOTAS MUSICALES Y LA CREENCIA DE QUE QUIEN MENOS NOTAS EQUIVOCA ES MEJOR MÚSICO.
Por supuesto que hay que cuidar siempre todos los detalles durante la ejecución de las partituras, faltaría más, pero hay que saber darle la importancia necesaria a cada uno de ellos pues la mente del intérprete siempre ha de estar activa y atenta pensando en las cosas más importantes de la música. La partitura muchas veces no nos ayuda a ser mejores intérpretes pues hace que nuestra vista se centre en algo inerte y reducido, un lugar lleno de fríos símbolos adornado de múltiples indicaciones en colorines e incluso tachaduras de varios profesores. El buen músico ha de tener la mente tan clara que debe saber que la mejor manera posible de interpretar todo ello consiste en dar un paso más y borrar la partitura de su mente para así poder acceder de una manera más eficiente al lugar donde guarda sus emociones y recuerdos para, una vez sentidos de una manera apasionada y organizándolos según las pautas que marca la composición, transmitirlos a los demás.
NO SE PUEDE NEGAR QUE LA PRÁCTICA REGULAR DE UN INSTRUMENTO ES NECESARIA PERO SIEMPRE DEFENDERÉ QUE EL MÚSICO, ANTE TODO, DEBE SER UNA PERSONA QUE VIVA INTENSAMENTE DURANTE SU EXISTENCIA
¿Para qué? Para poder acumular un sinfín de vivencias que puedan ayudarle a expresar de un modo más preciso las ideas musicales de las composiciones que desee interpretar. Queda claro entonces que la importancia de una nota es insignificante en relación a toda la carga emocional que la ha generado y que debe estar presente porque ésta es más importante que la nota en sí misma.
Aunque sean evidentes y no ayuden para nada a conseguir los objetivos de la música no considero los aspectos que acabo de citar como los peores errores que puede cometer un músico a lo largo de su carrera profesional.
PARA MÍ LO MENOS BUENO QUE PUEDE TENER UN MÚSICO O LA MAYOR EQUIVOCACIÓN QUE ÉSTE PUEDE COMETER ES LA DE VIVIR LA MÚSICA COMO SI FUESE UNA DURA COMPETICIÓN MUNDIAL DONDE HAY QUE GANAR UNA MEDALLA DE ORO Y LA FAMA ETERNA.
Puede que nuestro sistema de enseñanza musical tenga algunos profesionales que no sean del todo conscientes que deben esforzarse por inculcar y enseñar a sus estudiantes la música según los valores que ella promulga. De ese modo los alumnos no sólo aprenderían más sino también crecerían en un entorno musical sano y saludable, un mundo de respeto donde nadie es mejor que nadie, donde no existe la necesidad de competir contra tus compañeros, donde la importancia de la música es lo que prima y que los músicos somos simples transmisores de un bondadoso mensaje que no nos pertenece y al que le debemos todo nuestro respeto y cariño. Con el paso del tiempo y avanzando por ese camino llegará el día en que uno se dé cuenta de que la música es perfecta y eterna y siempre estará por encima nuestra, porque nadie de nosotros lo puede ser. Pero ello no es algo malo, todo lo contrario, es algo maravilloso el dedicar una vida a un arte de tan grandes y hermosas cualidades.
POR OTRO LADO, NO TODOS SOMOS IGUALES O TENEMOS EL MISMO TALENTO PARA LA MÚSICA.
Pero ello no es algo bueno ni malo, es simplemente algo inherente al ser humano y así ha de ser entendido. El hecho de que no seas un intérprete que poseas una gran facilidad para aprender técnicamente una partitura o que tus nervios te jueguen una mala pasada cada vez que te subes a un escenario, por poner algunos ejemplos, no implica en absoluto que no puedas ser un gran músico o que no te espere un futuro prometedor. Debido al hecho de que nadie es perfecto deberás encontrar tus debilidades y trabajarlas de un modo inteligente para poder superarlas con paciencia y optimismo. Rodéate de buenos profesores con un gran carisma y que te ayuden a ser cada día mejor músico y persona y no caigas en el error de pretender interpretar como alguien o de anhelar el talento de otro músico pues estarás perdiendo el tiempo y aumentando tu frustración. No olvides que nunca podrás ser otra persona, pues tan sólo podrás ser como tú mismo eres y recuerda que eso no es algo malo sino algo maravilloso, porque nunca habrá nadie más como tú.
BAJO MI PUNTO DE VISTA, LA CORRECTA COMPETICIÓN MUSICAL ES UNA CARRERA ORDENADA QUE DEBES CORRER JUNTO A TI MISMO, AYUDÁNDOTE Y DÁNDOTE LA MANO EN TODO MOMENTO.
Tus capacidades serán las que te vayan indicando la velocidad a la que debes avanzar para poder superarte día a día. Llénate de paciencia y de generosidad e intenta colmar todas las horas que dedicas junto a tu instrumento de felicidad e ilusión. Aprende música en el más amplio sentido del término y anímate a descubrir otras disciplinas extramusicales para que tu conocimiento se amplíe y poco a poco podrás ir alcanzando las metas que te propongas aunque debes ser consciente que no todo será un camino de rosas pues a la dificultad de superarte a ti mismo y mejorar lentamente tendrás que añadir el cruzarte eventualmente con algunos músicos o situaciones que intentarán derrumbar la torre que con tanto trabajo y esfuerzo estás construyendo. Es importante que ello no cambie tu personalidad ni tu manera de ser y que siempre tengas presente que la música es un acto de bondad y generosidad hacia los demás y que los músicos somos simples portadores de ese mensaje y memoriza las palabras del maestro Beethoven que afirman lo siguiente: para ser un genio tan sólo se necesita tener un cinco por ciento de talento y un noventa y cinco por ciento de duro trabajo.
Espero que este artículo pueda ayudarte a mejorar como músico y persona y siéntete libre de compartirlo con quien más desees. ¡Mucho ánimo y mucha suerte en tu prometedora carrera musical!
Javier Pérez Garrido
Compositor