FRANCISCO MARTÍ HABLA DEL CICLO «AULA DE CONCIERTOS» DESDE DENTRO

15 de diciembre del 2012. Ya hace de esto casi seis años, pero lo recuerdo con bastante nitidez. Yo estaba tranquilo, me había preparado a fondo y todo estaba controlado. Las obras que interpretaríamos aquella noche mi compañera de dúo de piano, Carolina Santiago, y yo, habían pasado por muchas horas de estudio tanto individual como conjunto hasta el punto de que habíamos conseguido memorizar nada más y nada menos que Las cuatro estaciones de Antonio Vivaldi en una versión de Alceo Toni para piano a cuatro manos. Aún hoy me parece difícil aquello, mirando atrás puedo decir que estoy bastante orgulloso de aquel concierto.

Esa fue la primera vez que mi nombre apareció en el cartel del Aula de Conciertos de la Escuela de Música de Yecla junto al de mi compañera de dúo Carolina, con la que he seguido trabajando hasta la actualidad y con la que hemos fundado Syntagma Piano Duo, grupo de música que nos ha permitido actuar en ciudades como Barcelona, Valencia o el auditorio de nuestra propia ciudad y que realizó su primer concierto completo en este ciclo del que por aquel entonces tenía lugar la décima edición.

La primera vez, como decía, pero no la última, ya que hasta en ocho ocasiones he podido participar en este maravilloso ciclo que nos permite mostrar nuestro trabajo tanto a los alumnos de la Escuela como a los ciudadanos de Yecla en general. La distancia tampoco ha interferido en mi relación con el Aula, puesto que aunque mi carrera de pianista se ha desarrollado entre Barcelona y Stuttgart (Alemania) siempre he podido encontrar el momento ideal para participar en ella. Han sido muchas las maneras en las que he tenido la oportunidad de participar: junto a un quinteto de viento proveniente del conservatorio de Villena, junto a mi compañera de mi otro dúo de saxofón y piano, Susana Blay, junto a Eric Varas en un concierto a dos pianos, yo solo también en alguna ocasión, etc. Como comento he podido traer a mucha gente para tocar junto a mí en este Aula y todos opinaban lo mismo: “¡qué gran oportunidad”.

Aún recuerdo aquellos primeros conciertos en los que había que hacer una publicidad tremenda y a pesar de eso no se conseguía llenar la sala. A base de mucha insistencia y muy buen saber hacer por parte de sus organizadores se ha logrado consolidar un público fiel y unos canales de difusión y promoción de su contenido muy dinámicos y que consiguen llegar cada vez a más gente de nuestra ciudad e incluso de fuera de ella, puesto que cada vez son más y de más variada procedencia los que solicitan tocar en él.

Para nosotros, jóvenes músicos que estudiamos fuera y necesitamos oportunidades para poder tocar, siempre es un placer poder volver a casa y compartir lo que haces con gente que lo recibe tan gratamente y que te ha visto crecer y mejorar año a año, concierto a concierto. Por esto mismo considero la labor del Ciclo y la plataforma que supone para tanta gente uno de los caballos de batalla de la Escuela, la cual no sería la misma sin él.

No puedo acabar este escrito sin agradecer infinitamente a José Miguel Ibañez y a Cecilia Ortuño el trabajo tan arduo y persistente que han realizado durante todos estos años. Claramente sin ellos no sería posible y ellos lo han convertido en lo que actualmente es: una cita imprescindible de los sábados para todo amante de la música que quiera disfrutar de ella. 

Francisco Martí.

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