Una vez finalizadas las Fiestas de San Isidro 2018, y haciendo rápido y resumido balance, se me viene a la cabeza una palabra: PARTICIPACIÓN.
Participación de Peñas, Reinas y Damas, público, medios de comunicación, fuerzas de seguridad, voluntarios… y cómo no, MÚSICOS.
Estas fiestas, como todas, se perciben por los sentidos:
La vista con el colorido de los cientos de miles de papelitos de las más de 60 carrozas, de los confetis, de los trajes típicos…
El gusto con el sabor de los miles de presentes que las peñas reparten en la cabalgata bien sea en las carrozas o en los chiringuitos dispuestos en el recorrido, o en las gachasmigas y paellas que en días señalados degustamos.
Y el OÍDO, qué sería de nuestros desfiles si no sonaran los pasodobles y marchas de las charangas y bandas que ponen las notas alegres. No sería lo mismo. Marchas que logran el vaivén de los refajos de las mujeres que desfilan o que hacen saltar a los peñeros al escuchar el premio que reciben al paso de la carroza por tribuna gritando “Campeones, Campeones” aunque el premio haya sido un “accésit”.
Sin duda, para mí, uno de los momentos más emotivos de estas fiestas, es la Procesión del domingo, desfilando delante de la Banda de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla. ¡Hay que OIR cómo suena nuestra Banda!, y sobre todo cuando entramos en el atrio, rodeados de Banderines y gentes de peñas. Color mucho color, se mezcla con las notas de la Banda que, a pesar de los aplausos de los que allí esperan las imágenes de San Isidro y Santa María y a las Reinas y Damas, suenan por encima.
¡EXPLOSIÓN DE SENTIDOS!
La Fiestas sin la música no serían lo mismo…
Pepe Ortega.
Secretario de la Federación de Peñas de San Isidro.
