Jesús y Yecla. No hay distancia que separe lo que la música nos hizo, una familia.

Mi entrada en la Banda de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla fue en septiembre de 2016, gracias a que conocía a Ángel desde mucho antes, concretamente 2010.

Soy músico de la Agrupación Musical de Beniaján desde 2007, Escuela en la que me he criado y que está al lado de mi pueblo, Torreagüera, cerca de Murcia capital. En 2010 conocí a Ángel y entramos los dos el mismo año a esta banda, y desde ahí fuimos estrechando lazos de unión que han ido en incremento hasta el día de hoy.

Ángel siempre me dejó la puerta abierta de tocar en su Banda de Yecla y fue en 2016 cuando vi la oportunidad de poder llevarlo a cabo, dejando otras cosas atrás. Pero no lo dudé.

Y ahí comencé una nueva e impresionante etapa en Yecla.

Recuerdo el primer ensayo, que llegué con el coche de mi padre al pueblo, aparqué al lado de la catedral (así llamaba yo a la Basílica de la Purísima), y andando hacia la escuela me sentí como un extraño, esa ciudad no era mía, parecía un intruso, y ya en la escuela y en el ensayo fue empezar Ángel y la banda y emocionarme. Volvía a sentir lo que Ángel me transmitía años atrás en Beniaján. Eso y lo bien que sonaba la Banda.

Mi primera impresión fue “qué hago yo aquí”, y “yo tengo que estar aquí”.

Hay una anécdota de mi coche esa primera semana que mejor no relatar, pero tendríais que ver a Ángel, Pespo, Pedro, Abel y más músicos esa noche con mi coche intentando que pudiera irme a mi casa. No os lo creeríais.

Mi primera Santa Cecilia con ellos fue muy emocionante ya que, aunque se les olvidó pasar por mi casa para recogerme… no se lo tengo en cuenta, fue un concierto y un acto únicos.

La dinámica de ensayos me gustó y más aún el hecho de que viniera lo que viniese, conciertos, actos, procesiones, moros y cristianos, certámenes, siempre eran igual, y siguen siendo, un día seccional y otro día general, de manera que nunca tenemos sensación de estrés más del necesario. Además de que se nota y ahora que conozco mucho mejor a Ángel que prepara los ensayos de manera casi perfecta para que siempre lo pasemos bien y haya ilusión.

Es un gusto ir cada día al ensayo y que te salude desde el más pequeño al más mayor y te hagan sentir como en casa, que te griten “Xuuuu” por detrás y te abracen, que cuando vaya a mi silla con la tuba Andrés siempre esté ahí esperando a recibirme con su mano abierta y su “huevos, que manos más frías tienes”. Tener a Yeisson, Andrés y Carpena al lado con la tuba es la leche. No sé cómo estamos tan afinados siempre, y cómo tocan así de bien, preciso y exacto. Con lo difícil que es en la tuba. Me hacen emocionarme. Ni los alemanes.

Andrés y yo en el ensayo de la banda.

Desde el día que fuimos seleccionados a concursar en el WMC de Kerkrade iba contando los días en el calendario y tachando hasta que llegó. La ilusión y las ganas que teníamos de ir y de tocar eran indescriptibles, eran muchos años soñando con ir. Pero es que llegar allí y tocar en ese escenario, con esta banda, que sonó como el olimpo de los dioses, sublime, mágico, fue tanto que aún no me creo que haya pasado. Y que después la puntuación rozara la máxima posible fue ya de locos, me subieron para arriba y hasta el móvil se me perdió, aunque lo encontramos después. Alzaron las banderas españolas, los premios, ovaciones. Y entonces se convirtió en el sueño de un sueño. El triunfo de un sueño más que hecho realidad.

Recibida de vecinos en la mañana de vuelta de Kerkrade.

Recibimiento de la familia en la mañana de la vuelta de Kerkrade.

 

Y después de esto y de las tantas celebraciones y recibidas no paran de llegar las buenas noticias, como tocar para RNE Discópolis en Madrid un concierto de Rock y banda que puso los pelos de punta y abarrotó el aforo, y como una obra dedicada por Alexander Comitas (Ed de Boer), una más, que estrenaremos en el Auditorio Víctor Villegas, y el gran público que cada vez más nos sigue y nos acompaña.

Teatro de Coslada (Madrid) en el concierto para RNE Discópolis.

Por otra parte, he de confesar que me han adoptado unos abuelos yeclanos, se han convertido como en mis abuelos adoptivos, pero sin él cómo, porque me acogen siempre que yo quiera, y aunque no quiera, Andrés (tuba) y su mujer, Águeda. Gracias a ellos he podido descansar y tocar en fiestas, conciertos, disfrutar de Yecla, conocerla mejor, y conocer a sus hijos y nietos, que les encanta jugar conmigo. Comer todos los platos típicos de Yecla: gachasmigas, queso frito con tomate, tortas fritas, torta secreta, gazpacho con torta, empanada de patata, libricos, panes benditos… (alguno sin bendecir). Llego a mi casa con 5 kilos más.

Me cuidan mucho y nunca me falta de nada. Águeda enseguida que llego me prepara algo para comer o merendar, y Andrés cortando jamón que sabe como me gusta, y siempre me tienen las sabanas de la cama limpias por si acaso me quedo ese día. La casa es preciosa, tan amplia que tengo una habitación con cama de matrimonio para mí solo. No se puede tener más suerte.

Como mis abuelos ya no están, ellos me dan eso que los abuelos tienen, y que uno de ellos sea tuba como yo es algo maravilloso. Águeda, Andrés: No me voy a separar nunca de vosotros. No hay palabras suficientes para agradecer vuestra generosidad y cariño. Para mí ya sois familia.

Con Andrés y Águeda.

Con la AAMY he aprendido a desfilar en moros y cristianos, marchas que me fascinan, así como tocar bajo cero con los pistones de la tuba atrancados y el agua de las bombas y tuberías congelada y yo puesto de capas de ropa, abrigo, guantes, bufanda, tapones en los oídos por los disparos de los arcabuces, y demás locuras en las fiestas de la Virgen. Muy duro… y he aprendido a que los sueños se cumplen. También he disfrutado de las casetas y del puntillo, en la que he servido más de un vaso de cerveza con mucha espuma y pasto seco, o limones de la huerta de mi pueblo.

Hablando de pasto seco, también he aprendido que en Yecla se habla distinto, y que cosas como pasto seco son cucos, la coleta es jopo, el tesafil es el fixo, y lo más fuerte aún, que al espetec le llaman salchichón, y que la salchicha y longaniza (de barbacoa) son longaniza las dos… como para ser charcutero en Yecla.

Y todas estas palabrejas las he aprendido, con muchas y muchas risas con los amigos de la banda, “los gifas”, nombre apodado así por culpa mía, ya que yo acortaba el nombre de “Give us this day” (la obra libre de Kerkrade) a “Give us”, pero con acento murciano de la huerta, y les hizo tanta gracia que así se quedó. Porque se ríen y mucho con mi acento pero es que yo me rio también con el suyo. Tengo que decir que cuando llego a Yecla ya hablo cantando, que así es el yeclano, me lo habéis pegado. Gracias chicos por hacerme reír tanto y la de momentos de sueño que me habéis hecho vivir. Y por venir a Murcieh a verme.

Me encanta poder ver los conciertos después de tocarlos en el canal de youtube de la AAMY, su tele, la prensa y la cámara que te ves de repente a Tomás grabándote por la calle o inflando los mofletes tocando o haciendo el tonto y después te puedes hinchar a reír en los reportajes. Todo esto son cosas nuevas para mí y realmente de ejemplo a seguir.

Muchos son los que me dicen que tengo una gran suerte de poder tocar con ellos y formar parte de esa gran plantilla, y lo es, pero cuando la gente es tan buena y acogedora y te lo ponen tan fácil, repito, tan fácil, el esfuerzo que haga es poco en comparación a todo lo que ellos me dan, ofrecen y enseñan, y eso lo digo de corazón. No hay palabras para agradecer la humildad y el cariño que recibo tanto de la banda como de yeclanos familiares y vecinos. No es peloteo, es que en las cenas, celebraciones, viajes, conciertos, fiestas, nunca me falta de nada y se adelantan a lo que pueda necesitar, si hasta el alcalde y concejal de cultura de Yecla me saludan y me conocen. Se nota que es un pueblo acogedor por la lejanía que tiene de los otros pueblos, o yo que vivo pegado a la capital así lo noto.

Siempre he pensado que Yecla debería estar más cerca de Murcia, por Fortuna como muy lejos porque entonces faltarían escuelas para todos los que querrían ir. Aunque así de un modo u otro me siento un privilegiado. Eso sí, hace un frío… el termómetro de mi coche se marea cada vez que voy. Bienvenidos a Invernalia.

Ángel, Angelico, hablamos muchas veces y nos entendemos muy bien, la verdad es que pensamos parecido y será que se me está pegando de ti, cosa que agradezco. Y si analizas y piensas, ¿te das cuenta de todo lo que me has hecho posible que viva, en este año y medio?, creo que no sabes aún lo enorme que eres. No sabes lo que yo te quiero, y lo que mi familia te quiere, no lo sabes. Me han pasado muchas cosas estos años que me harían querer volver atrás, pero no puedo cambiar lo que he vivido porque no sé cómo sería yo sin haberte conocido. Como de los mejores directores del mundo y como amigo, siempre lo digo, mi ídolo. Esos ensayos que de repente te emocionas escuchando, o pasan cosas graciosas, o hay tal concentración que salen partes jodidamente perfectas… es por ti. Y en los momentos que más lo necesito, musical o personalmente, estás ahí. Siempre. A cualquier hora y en la madrugada. A ver si se me pega algo de tu arte de dirigir y te puedas sentir orgulloso en el futuro. Será mi reto.

La gente suele decir que por qué voy tan lejos… y yo les digo simplemente, por todo esto, y porque Yecla es mi segunda casa. Viva Yecla. Y gracias a todos por tanto.

Jesús Pereñíguez.

Ángel y Jesús (Año 2012)

Ángel y Jesús (Año 2018)

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