Otro de los notables músicos considerado un eslabón importante en el referente musical murciano es Mario Medina Seguí. Nació en la propia capital murciana a comienzos del siglo XX y ya desde joven se decantó por estudiar música. Así, ingresó en el Conservatorio Superior de Murcia en las especialidades de Piano y Armonía, además de estudiar magisterio. Más tarde, habiéndose trasladado a Madrid, tuvo la suerte de ser aprendiz del maestro Joaquín Turina cuando realizaba sus estudios de Composición en el conservatorio de esta misma ciudad. Tras un período de su vida en Madrid y durante el transcurso de la Guerra Civil se estableció en la ciudad de Granada, donde trabajó como pianista de cabaret y en algunas salas de fiestas, lo cual no era novedoso para él, pues ya había realizado actuaciones semejantes en Murcia.
Cabe destacar que Medina fue galardonado con diferentes e importantes premios a lo largo de su larga carrera musical. El primero, el premio de composición musical de la Diputación Provincial, lo recibió en el año 1942 gracias a su obra Estampas de ambiente murciano. Tan sólo un año después se le otorgó el Premio Nacional de Composición, y posteriormente, volvió a recibir dos premios también a nivel provincial; uno en 1943 con la obra Sinfonieta Murciana y otro en 1954 con Concierto Murciano. Sabemos que esta última obra tuvo una tremenda divulgación y repercusión no sólo en España, sino también en el extranjero: esta obra, original para guitarra y orquesta, tuvo su debut en Viena, a cargo de Narciso Yepes (músico también murciano) y en Estrasburgo con Yepes, Argenta y la Orquesta Nacional de España.
Respecto a su vida personal quizá sea curioso decir que tanto él como su mujer, Carmen de la Vega, se dedicaban a la composición musical. Se cuenta que ambos se conocieron en el conservatorio, por lo que seguramente disfrutarían de una vida matrimonial muy musical. Por otro lado, Antonio Oliver, poeta cartagenero, aseguraba que Mario Medina tenía físico de músico, y lo describía así: “lleva comúnmente alzado el rostro y se adivina que su cabeza es una antena, y que mil sonidos le bullen dentro esperando el instante en que el compositor los lance a la vida del pentagrama”.
En los años sesenta se encarga de la ambientación musical de documentales del NODO creando composiciones para hasta 14 documentales de celebridades, como Goya, Velázquez o El Arcipreste de Hita. Además, trabajó hasta los años ochenta para TVE teniendo como cometido seleccionar y componer música para las noticias y otros documentales. Posteriormente, aunque vivió alejado de Murcia gran parte de su vida, la ciudad decidió rendirle un homenaje nombrándolo Académico de la Real Academia Alfonso X el Sabio por sus importantes labores musicales en 1981. Y fue en 1993 cuando, además, el Ayuntamiento de Murcia decidió dedicarle una calle con su propio nombre estando él todavía en vida. Finalmente murió en el 2000 con la edad de 92 años.
“No me preocupa, cuando escribo música, que ésta sea clásica, tradicional o moderna; sólo me preocupa que sea expresiva, sin olvidar que he nacido en el siglo XX”. (Mario Medina Seguí).
José Luis Palao Azorín
