Por Silvia Olivero Anarte.
Mujer carismática, apasionada, disciplinada, intransigente y contundente. Directora de orquesta, compositora, pianista y organista. Dedicó parte de su vida a la docencia, convirtiéndose en Maestra en el más puro sentido de la palabra de grandes músicos como Aaron Copland, Astor Piazzola, Ida Gotkovsky, Daniel Barenboim, Yehudi Menuhin, Philip Glass, Peggy Galnville-Hicks, Eliot Carter, Leonard Berstein, Igor Markévich, Rosa García Ascot o Quincy Jones. En una entrevista de la BBC a Quincy Jones, respecto a su relación con Nadia Boulanger expresó: Ella solía decirme todo el tiempo: Quincy, tu música nunca puede ser más, o menos, que tú como ser humano. A menos que tengas la experiencia de la vida y tengas algo que decir que has vivido, no tienes nada que aportar… ella era fuerte. Muy fuerte[1].
Eran famosas sus clases cada miércoles en su apartamento, el nº 36 de la calle Ballu, con alumnos e intelectuales que ansiaban su docencia, además trabajó para prestigiosas instituciones como la Escuela Normal de Música de París, el Conservatorio de París y el Conservatorio Americano Fontainebleau, del que fue directora desde 1949. Así mismo, realizó giras difundiendo su docencia por Estados Unidos y Europa. Está considerada un referente mundial en la docencia musical al más alto nivel.
A lo largo de los años se le otorgaron el Doctorado Honoris Causa en Oxford y en Harvard, e importantes honores internacionales: El Caballero de la Orden de la Legión de Honor (República Francesa), la Orden de Polonia, el Premio Henry Howland Memorial (Estados Unidos), la Medalla de Oro de la Academia de Bellas Artes del Instituto de Francia, la Gran Oficial de la Orden de la Legión de Honor (República Francesa), la Orden del Imperio Británico, la Orden de San Carlos (Principado de Mónaco) y la Orden de la Corona (Reino de Bélgica).
Nacida el 16 de agosto de 1887, era hija de Ernest Boulanger, compositor de óperas cómicas y profesor de canto del Conservatorio Nacional de París y de Raissa Myschetsky, una madre estricta, antigua princesa rusa que le transmitió la disciplina en el trabajo. Nadia comentaba que su madre me exigía no ya un poco de curiosidad, sino toda la curiosidad posible[2], por otro lado, le exigía que lo diese Todo. En el hogar Boulanger las visitas tenían el prestigio de Camille Saint-Saëns, Charles Gounod, Gabriel Fauré o Raoul Pugno, compartiendo instructivas veladas musicales.
Nadia se presentó al Gran Prix de Roma en 1906 y 1907, quedándose este último año en la ronda final, a las puertas del éxito. Fue en 1908 cuando obtuvo el segundo premio. Su hermana, Lili Boulanger, sí logró ganar el primer premio del prestigioso Prix de Roma en 1913, convirtiéndose en la primera mujer en conseguirlo. Desgraciadamente Lili falleció en 1918, con sólo 22 años, produciéndole una profunda tristeza que jamás la abandonó.
Entre sus composiciones se encuentran la ópera La ville morte, compuesta junto a Raoul Pugno, con libreto de Gabriele D’Annunzio, 30 Canciones para voz y piano, Vers la vie nouvelle, para piano, Pièce sur des airs populaires flamands, para órgano, Allegro para orquesta, la cantata La Sirène y Faintaisie variée para piano y orquesta. Su autoexigencia era tan extrema que, considerando que sus composiciones eran inútiles, carentes de genialidad, decidió abandonar la composición y dedicar su vida a la docencia y a la dirección orquestal.
El trabajo de Nadia al frente de las orquestas se caracterizó por su fuerte carisma y su autoexigencia. Su concepto de la interpretación se basaba en el respeto absoluto a la concepción de la obra, a la cual se llega a través del profundo análisis de la misma, llegando a estar, incluso, por encima del propio compositor. Cuando quien domina es el intérprete, la interpretación se desvirtúa. Lo que gana el intérprete lo pierde la obra. En el fondo, una interpretación sublime es una interpretación que me hace olvidar al compositor, al intérprete, a mí misma; olvido todo excepto la obra maestra[3]. Este enfoque vinculaba a Nadia Boulanger con el hecho de Estar al servicio de la música, y era utilizado por la crítica, a pesar de ser la misma mentalidad de Arturo Toscanini y Bruno Walter, como atribución al estereotipo femenino del cuidado, tradicional perspectiva que ubica a las mujeres al servicio de los demás, manteniéndose pasivamente en un segundo plano. A esto hay que sumarle su aspecto, de negro, sin tacones, sobrio, con gran modestia, a través del cual presentaban a una mujer cercana al celibato, como una sacerdotisa al servicio de la música. De algún modo, una mujer que ejercía el poder debía ser presentada como una no-mujer, aislándola de sus atributos femeninos que la asociarían al sexo y, por ende, la alejaría de la posibilidad de ocupar un puesto de poder.
No es fácil encontrar información detallada sobre la trayectoria de Nadia Boulanger en la dirección orquestal, a diferencia de su actividad como compositora y como docente. Los datos se hallan dispersos y en ocasiones incompletos, mas, haciendo una búsqueda cuidadosa y escrupulosa, he podido trazar su recorrido, aunque quedan lagunas en determinados periodos de su vida.
Debutó como directora interpretando sus propias obras y las de Raoul Pugno. En 1912 dirigió Concertstück para piano y orquesta de Pugno, con el compositor al piano, al frente de la Orquesta de la Societé des Matinées Musicales y el 17 de enero de 1913, dirigió su Rapsodia para piano y orquesta en Berlín. El resto de este último concierto lo dirigió Edmund Van Strauss. Sin embargo, cuando Nadia hablaba de sus inicios en la dirección lo ubicaba en los años 30, un origen asociado con la docencia, al haber organizado y dirigido un grupo vocal e instrumental con el que podían interpretar las obras cuyos análisis trabajaban. La labor artística del ensemble abrió la puerta a un desarrollo artístico más grande que impulsaría su carrera como directora de orquesta. La Princesa de Polignac, promovió y sufragó el ensemble. Disponía de un Salón donde ponía en escena las obras de aquellos a los que ejercía el mecenazgo, primero junto a su esposo y una vez enviudada, en solitario. Un creativo ambiente de vanguardia disfrutó de dicho mecenazgo, artistas como Maurice Ravel, Manuel de Falla, Gabriel Fauré, Gemaine Taileffere, Francis Poulenc, Igor Stravinsky, Erik Satie, Jean Français o Ethel Smyth entre otros muchos. El respeto profesional de la Princesa de Polignac hacia Nadia propició que la primavera de 1933 nombrase a Boulanger organizadora y directora de un proyecto artístico que se llevaría a cabo en el Salón de la Princesa de Polignac, durante la década de los 30. En el primer concierto de este proyecto, el 30 de junio de 1933, en el salón del Hotel Singer-Polignac, programó y dirigió extractos de diferentes Cantatas de Bach, un Concierto de Vivaldi -con la princesa como solista al órgano- y el Concierto de Brandemburgo nº 5 de Bach. En una carta escrita por el embajador Maurice Paléologue a Polignac, tras asistir al concierto del 17 de mayo de 1934, exaltaba la profundidad de la interpretación y la energía e inteligencia en la gestualidad de la dirección de Boulanger. La fama de estos conciertos propició que en 1936 fundara y dirigiera un estable Ensemble Nadia Boulanger, vocal e instrumental. Junto a ellos fue invitada a realizar una gira por Inglaterra y Estados Unidos y, en 1937, realizó la primera grabación en la historia de los Madrigales de Monteverdi, por la que obtuvo el Gran Premio del Disco Francés.
El 22 de mayo de 1934 debutó al frente de la Orquesta de la Escuela Normal de Música de París en el Cercle Interallié, interpretando obras de Mozart, Bach y Fraçais. Dos meses después, en la Sala Gaveau, participó en un concierto en el que dos compositores dirigieron sus propias obras: Nadia dirigió su cantata La Sérénade e Igor Markevitch dirigió su composición Psaume. A finales del mismo año, programó a Bach, Monteverdi y Schütz, al frente de la Orquesta Filarmónica de París, en el Teatro de los Campos Elíseos. La finalidad de dichos conciertos, como seguiría siendo lo largo de su carrera, residía en el compromiso de difundir el repertorio no habitual en su tiempo. De este modo se hicieron frecuentes las interpretaciones del Requiem de Fauré, piezas de Monteverdi y óperas de Rameau, así como la promoción de la obra de su hermana Lili y de algunos de sus alumnos, como Copland y Françaix, combinándolo con la interpretación de repertorio de su tiempo. En un mismo concierto se podían escuchar obras de Fauré, Lili Boulanger, Stravinsky, Poulenc, Français, Hindemith, junto con obras de Mozart, Vivaldi, Rameau, Lully, Haydn, Schubert, Brahms o Bach, creando una línea que conecta pasado, presente y futuro. La Revista Ritmo, el 1 de octubre de 1950, comentó respecto al Festival Internacional de Música de Aix-en-Provenza: Una mención muy especial merecen las “músicas olvidadas”, cuya dirección asumió Nadia Boulanger.
En 1936 viajó a Inglaterra y debutó como la primera mujer que se puso al frente de la de la Orquesta Filarmónica de Londres, dirigiendo el Requiem de Fauré. En 1937 fue la primera mujer que dirigió un concierto completo con la Royal Philarmonic Society de Londres, programando a Fauré y Monteverdi. Su presencia en el ámbito de la dirección no estuvo exento de polémicas debido a su género. La prensa londinense expresaba “¡Under the Batone!” abriendo la polémica sobre la habilidad, o no, de las mujeres para ponerse al frente de las orquestas. Sin embargo, el éxito fue innegable. El Observer, el 13 de diciembre de 1936 manifestó: La presentación de Madame Nadia Boulanger en el Queen´s Hall mostró que no hay nada en el arte de la dirección que una mujer no pueda dominar.
Dirigía sin batuta y esto era recalcado en los medios. La ausencia de batuta, símbolo fálico de masculinidad, se convirtió en otro recurso de los medios para definirla y justificar, de algún modo, su presencia en los grandes podios. El Daily Express redactó en noviembre de 1937: Mme. Nadia Boulanger, famosa directora francesa -ella no usa batuta- ha llegado a Londres para dirigir la Royal Philarmonic Society Orchestra en un concierto esta semana. Dos días después, el mismo diario: Mlle. Nadia Boulanger, distinguida músico Francesa, ensayó ayer en Londres con la Royal Philarmonic Orchestra, la cual es dirigida por una mujer, la primera desde su fundación hace 126 años. Ella no usa batuta. ¡Va a dirigir pronto la famosa Boston Symphony Orchestra!. Es destacable que el mismo Leopold Stokowski, por nombrar sólo un director, dejó de usar la batuta en 1929, sin la insistencia por parte de los medios por recalcarlo.
En sus giras, en los años 30 ofreció más de cien recitales-charla y dirigió el estreno de importantes obras de grandes compositores: El Concierto en Re de Français, con el compositor al piano y la Orquesta Filarmónica de París, concierto que quedó grabado en febrero. El 8 de mayo de 1938 dirigió el estreno privado del Concierto en Mib, también llamado Concierto Dumbarton Oaks de Stravinsky, en el mismo Dumbarton Oaks de Washington. El 16 de diciembre realizó el estreno privado del Concierto para órgano, cuerdas y timbales de Poulenc, en el hotel Singer-Polignac de París. Ese mismo año fue la primera directora en el podio de la Orquesta Sinfónica de Boston, orquesta a la que regresaría en 1962 dirigiendo Psalm de su hermana Lili.
Una mujer al frente de una poderosa orquesta no era, a priori, algo que se aceptara fácilmente. No faltaron momentos incómodos en los ensayos, dado que muchos músicos manifestaban animadversión al hecho de ser dirigidos por una mujer. En una ocasión, ante las continuas murmuraciones durante los ensayos al frente de la Sinfónica de Boston, llegó a apelar a la concentración en nombre de la música. Pero siempre se mostró segura de sí misma y en ella no se percibía la antipatía que recibía de parte de algunos músicos. Dado su método de ensayo ponía por delante el trabajo cooperativo: Si al director de orquesta le dieran el tiempo necesario, su papel, reducido a lo esencial, consistiría en hacer cobrar conciencia a los músicos de la parte de los demás. En mi experiencia, siempre he hallado la mayor cooperación por parte de los músicos[4].
Su actividad como directora fue muy prolífica, dirigió para la radio en Francia, Bélgica, Inglaterra y Estados Unidos. Durante la Segunda Guerra Mundial se trasladó a Estados Unidos. En 1939 fue la primera directora al frente de la Orquesta Filarmónica de Nueva York, en el Carnegie Hall, interpretando el Requiem de Fauré. Con el mismo programa regresaría el 17 de febrero de 1962, concierto dedicado a Bruno Walter, fallecido ese mismo día. Dentro de las giras realizadas en Estados Unidos dirigió, entre otras, la Orquesta de Filadelfia, el 11 de marzo de 1939 y la Orquesta Sinfónica Nacional de Washington, el 26 de febrero de 1939. En 1963 dirigió el Concierto para instrumentos de viento, dos arpas y piano de Hindemith y el Concierto Kv. 482 de Mozart, con su protegida Idil Biret al piano, al frente de la Orquesta Hallé de Manchester. Queda constancia de la dirección orquestal de Nadia Boulanger en España. El Diario de Trabajo Nacional, el 28 de marzo de 1967, anunciaba la representación de los conciertos del 1 de abril, 7 de la tarde, Auditorio Ministerio y 2 de abril, teatro Zarzuela. Orquesta Sinfónica y Coros R-TV.E. Director: Nadia Boulanger. Obras de [Lili] Boulanger, Bach y Fauré. En el número nº 372 de la Revista Ritmo, del mes de abril, Ramón Orbe Cano expuso la crítica del concierto, ensalzando la dirección de Nadia, teniendo en cuenta que ya contaba con 80 años: Con gran placer hago la crítica de Nadia Boulanger; pocas veces nos es dado ver direcciones de orquesta tan portentosas; modulando los compases con los labrios, llevando la orquesta y el coro con sus sensitivas manos, haciendo gestos de asentimiento o disgusto, sacando fuerzas de su débil cuerpo para remarcar los crescendos, nos obsequió esta directora de directores con el Requiem de Fauré más perfecto que nunca pudiese escuchar.
Cuando la crítica era hiriente con su trabajo por ser mujer, Nadia utilizaba el humor, con cierta dosis de ironía, como en la entrevista en el New York Sun, el 15 de febrero de 1938, donde responde de este modo sobre la dirección orquestal y el sexo femenino: He sido una mujer por poco más de 50 años, y he superado mi asombro inicial. Dirigir es un trabajo. No pienso que el sexo juegue un papel importante. O en el New York Word Telegram, el 11 de febrero de 1939: Me asusta más que cualquier mujer haga cosas nocivas para su dignidad que el hecho de que toque los timbales. Nadia no se alineó con proyectos feministas, ella luchó por la igualdad a través de su trabajo y su actividad. En la entrevista realizada por el New York Telegram, el 11 de febrero de 1939, expuso que lo importante es la música y la calidad de los músicos. Hombres o mujeres, viejos o jóvenes, altos o bajos, delgados o gordos, eso no marca la diferencia. Como directora, lo que me interesa es el resultado.
Falleció en París, el 22 de octubre de 1979 habiendo sido la primera directora al frente de muchas grandes orquestas a ambos lados del océano, enfrentándose a las reticencias sociales y demostrando su calidad musical y humana. Directora de orquesta, compositora, pianista, organista, Maestra de Maestros. Una profunda huella en el camino del arte.
Referencias:
Beer, Anna (2016). Armonía y suaves cantos. Barcelona, Acantilado.
Brooks, Jeanice (1993). Nadia Boulanger and the Salon of th Princesse de Polignac: En Journal of American Musicological Society, Vol. 46, No. 3 pp. 415-468
Brooks, Jeanice (1996). Noble et grande servante de la musique: Telling the Story of Nadia Boulanger’s Conducting Career. En The Journal of Musicology, Vol. 14, No. 1 pp. 92-116
Monsaingeon, Bruno (2018). “Mademoiselle”. Conversaciones con Nadia Boulanger. Barcelona, Acantilado.
Burton-Hill, Clemencia (2017). The Greatest musica teacher who ever lived. Entrevista a Quincy Jones. https://www.bbc.com/culture/article/20170308-the-greatest-music-teacher-who-ever-lived
(2021) Nadia Boulanger and her world. https://fishercenter.bard.edu/wp-content/uploads/2022/01/2021Boulanger-1_BMF.pdf
Por: Música en México (2023). Nadia Boulanger: Mademoisele. https://musicaenmexico.com.mx/nadia-boulanger-mademoiselle/
Díaz, Clara (2021) Nadia Boulanger, Maestra de Maestros. https://atenas-diariodeabordo.blogspot.com/2021/04/
[1] Burton-Hill: https://www.bbc.com/culture/article/20170308-the-greatest-music-teacher-who-ever-lived
[2] Monsaingeon: 14
[3] Íbid: 118
[4] Monsaingeon: 64