Son muchas las investigaciones que confirman y corroboran los beneficios que aporta la música desde edades tempranas para un desarrollo completo del ser humano. Podríamos resumirlo con las palabras de Edwar Willems, uno de los principales pedagogos musicales del S. XX quien confirma que “Una educación musical, completa, rítmica, melódica y armónica, con una práctica globalizada, puede armonizar los tres planos del ser humano, el físico, el afectivo y el mental”.
A pesar de todo esto, la realidad musical en nuestra sociedad y en la educación escolar se ve poco reforzada, encontrando incluso la ausencia de esta en muchos centros desde los inicios y poco abordada en la enseñanza obligatoria, limitándose en ocasiones a una práctica reducida que paradójicamente aleja de lo que es la vivencia y el arte musical. Afortunadamente, la conciencia sobre las aportaciones, beneficios y disfrute que genera la música cada vez son mayores, pudiendo encontrar un gran número de escuelas privadas y municipales que ofertan talleres desde los inicios, así como la posibilidad de participar en actividades extraescolares en colegios, quedando “desbandadas” nuestras bandas de música como opción para acceder al mundo musical como disfrute y aprendizaje.
¿Por qué aprender música en una banda?
La mayoría de las bandas de música cuentan con su propia escuela, en estas, en función de sus características físicas y económicas imparten clases de diferentes especialidades, así como las preparatorias para poder acceder a las mismas. Son muchas las variedades que podemos encontrar, pero todas guardan unas características y beneficios comunes.
Al acceder a la escuela de música de una banda, estás accediendo a un grupo ya establecido y unido, con el único y gran objetivo de vivir la música desde la práctica y el disfrute. Esta te ofrece una continuidad con la oferta de un profesorado que en muchas ocasiones ha crecido en la banda y que con profesionalidad y un cariño especial transmite la magia de la música. De igual manera, ofrece tanto al alumnado como a las familias involucrarse en el proceso en el que todos son importantes, pudiendo disfrutar de cómo todos forman un engranaje hasta lo que llega a mostrarse de puertas para afuera de manera conjunta.
Como hemos señalado al comienzo, el principal objetivo de una banda de música es el disfrute de esta desde la práctica conjunta y colectiva. Formarás parte de la misma con el paso del tiempo cuando el profesor considere, el cual tendrá en cuenta entre otros aspectos la normativa interna de la escuela, dándote oportunidad de seguir el proceso de aprendizaje desde dentro, como componente de la agrupación. Recibiendo aprendizajes no solo musicales, sino haciendo de ti, un ser excepcional con un conocimiento y sensibilidad especial.
Edwin Gordon confirma que la música es exclusiva a los humanos y que la música se convierte en básica al desarrollo y existencia del ser humano, tanto como el lenguaje. Además, corrobora que a través de la música se gana conocimiento sobre sí mismo, sobre otros y sobre la vida misma, y este, es el mayor enriquecimiento que nuestras bandas de música nos dan.
Desde el primero momento que comienzas a formar parte del colectivo asumes una gran responsabilidad, independientemente de tu edad o situación personal o laboral. Ahora, te has convertido en un elemento imprescindible del colectivo, del cual seguirás recibiendo grandes aprendizajes al que tú también aportarás. Comenzarás a formar parte de los “no puedo, tengo ensayo” adquiriendo un sentimiento de compromiso y respeto.
Hemos hablado de responsabilidad y compromiso con el colectivo, pero es importante conocer “cómo” es el colectivo, convirtiéndose en la clave del enriquecimiento. Hablamos de un grupo variado y rico en edades, personalidades y situaciones. Un colectivo unido por un mismo objetivo envuelto en respeto, compromiso, responsabilidad y admiración, conducidos por la pasión musical. Un colectivo donde en un mismo atril puedes observar la conexión de dos personas completamente opuestas que se convierten en complementarias basándose en la escucha, el respeto y el cuidado de un mismo material entre otros aspectos. Detrás de cada atril podemos encontrar diferentes niveles técnicos, pero como hemos citado, todos imprescindibles e importantes. Hablamos de un colectivo con la base en el respeto, respeto a la diferencia, una diferencia que nos enseña, una diferencia que no distingue, una diferencia necesaria que complementa y une.
Nuestras bandas de música son aplaudidas en grandes escenarios, por la calle, al amenizar y dar vida a diferentes festejos, pero en ocasiones se olvida el hecho de aplaudir el trabajo y la constancia que hacen posible su disfrute. Este aspecto se puede convertir de nuevo en una enseñanza básica del día a día, en la que el proceso es casi más importante que el resultado, pues el éxito está en el proceso, en los pequeños avances grupales de cada día por la suma de un trabajo y progreso individual que hay detrás de cada uno de los componentes. El resultado finalmente se convierte en un momento de disfrute en el que, si te paras a observar, podrás ver miradas cómplices, de nervios, satisfacción e ilusión, entendiendo como una “fiesta” ese final de trabajo grupal. Entendiendo, comprendiendo y vivenciando que todo se consigue con trabajo, perseverancia y constancia; aspectos claves para conseguir como hemos empezado diciendo, un desarrollo completo en el ser humano y en mi opinión, claves para ser feliz, hacia el objetivo o las necesidades de cada uno, sea cual sea la edad, el momento o la ilusión.
Parece que hemos perdido un poco el rumbo desde el comienzo de estas líneas en las que nos preguntábamos por qué disfrutar de la música perteneciendo a una banda de música. Estos pequeños aspectos que hemos resaltados hacen referencia a los inicios, al durante y al llevar “toda una vida” en una banda de música, pues nunca se deja de aprender y mucho menos de aportar.
Esta agrupación te dará la libertad de disfrutar de la música, atrapándote, hasta finalmente querer dedicarte a ella por completo, sintiéndote afortunado y queriendo transmitir lo mismo que te hicieron vivir a ti y compaginarlo con otras funciones en la vida, sintiéndote igual de atrapado y afortunado, sintiendo que te ha picado el bicho, el bicho de los “no puedo, tengo ensayo”.
Nekane Granja Sánchez.