La verdad es que hoy sin duda, la visita que tuve evidenció que la persona que se pasó a verme es alguien tímido…. ¡Qué digo tímido! Lo siguiente a ser alguien realmente introvertido. Esperó camuflado detrás de sus gigantes gafas oscuras y su clásico traje negro, a que toda la gente dejase de hacerse fotos ante mi lápida y se alejaran. Aún así, y una vez solos, la suspicacia de si, se trataba o no de Roy Orbinson rondó por mi cabeza, pues no lo terminaba de ver tan nítido como todos los que nos encontramos aquí, al otro lado. Pero si, era él, y pronto me desveló a qué se debía ese especial aspecto difuminado; algo de lo más rocambolesco. Resulta que a alguien se le ha ocurrido treinta años después, resucitarle en forma de holograma para hacerle dar una gira, Lo que es la vida;….bueno, mejor dicho la muerte. A uno no lo dejan “criar malvas” en tranquilidad.
Como era de esperar, y al igual que otros tantos músicos que se han pasado por este cementerio de St. Peter, me desveló el hecho que le había llevado a escribir “Oh, pretty woman”, la canción por la que finalmente sería recordado. Por lo visto, Roy se encontraba en su casa con Bill Dees, la persona junto a la que solía componer, y Claudette, su esposa, se acercó a ellos para despedirse , y de paso pedirle algo de dinero con el fin de salir de compras. Al presenciar la escena, empezó a marcar un ritmo golpeando una mesa con su mano, y de forma jocosa tarareó: _»Pretty woman never needs any money». A lo que Orbison, siguiéndole el juego, contestó:_»Pretty woman walking down the street». La inspiración fue tal, que a la vuelta de Claudette, la canción ya estaba terminada, en una semana grabada, y en una semana más su single estaba escalando puestos en todas las listas de éxitos de aquel verano de 1964. No obstante, y dejando a un lado la fama alcanzada en ese momento, por el estimable Roy, no es que tuviese una carrera musical afable desde que saliera de Vernon, su pueblo natal en Texas, USA, pues además de competir con la figura de Elvis Presley, y vivir siempre a la sombra del cantante de Misisipi, tuvo que soportar: primero la muerte de su mujer en un accidente de tráfico, y después la perdida de sus hijos en un incendio. Y por si fuera poco, cuando por fin había dejado atrás la mala suerte y había conseguido hacerse un hueco de nuevo sobre los escenarios de la década de los «80», su corazón dijo «hasta aquí hemos llegado», y se detuvo a sus 52 años, privándole de saborear la miel de la fama que cosecharía dos años más tarde su «Oh, pretty woman», al haber sido incluida en la banda sonora del film «Pretty woman», que protagonizarían Julia Robers y Richard Gere en 1990, y que llevaría nuevamente a su canción al número uno de todas las listas de éxitos.
Luego, el bueno de Roy me habló de esa estética singular, de ir siempre vestido de negro, que no tuvo más que ver, que con no contar con un manager que le aconsejara sobre su puesta en escena en sus inicios. Aunque lo que son las cosas, poco a poco ese luto improvisado se convirtió en la imagen más idónea para trasmitir la temática melancólica de sus composiciones. Y lo de refugiarse tras unas gafas oscuras, comenzó el día que dejó olvidadas sus lentes graduadas en un avión y se viese obligado a echar mano de sus gafas de sol. Ahora bien, estando donde estamos; Liverpool, me reveló que tuvo el privilegio en una de sus giras por Inglaterra, allá por 1960, de ser teloneado por los mismísimos The Beatles, y volviendo a su «Oh, pretty woman», el «Yeah…yeah» en los estribillos de la canción, eran en cierto modo, un pequeño guiño que les brindaba a Lennon y compañía.
Y así sin más, Roy Orbison, o quién sabe si su figura láser en holograma, se despidió de mí y fue alejando marcando el ritmo de esa «Mujer bonita» con sus tacones….
Mujer hermosa, bajas caminando por la calle,
mujer hermosa, de la clase que me gusta conocer,
mujer hermosa, no te creo, no eres verdad,
nadie puede verse tan bien como tú, clemencia.
Mujer hermosa, ¿no me disculparás?
mujer hermosa, no pude evitar mirar,
mujer hermosa, estás todo lo bonita que se puede,
¿estás sola, como yo?
Mujer hermosa, detente un momento,
mujer hermosa, charla por un rato,
mujer hermosa, dame tu sonrisa a mí.
Mujer hermosa, sí, sí, sí.
Mujer hermosa, mira hacia aquí,
mujer hermosa, di que te quedarás conmigo.
Porque te necesito, te trataré bien,
ven, cariño, sé mía esta noche.
Mujer hermosa, no te vayas caminando,
mujer hermosa, no me hagas llorar,
mujer hermosa, no te vayas caminando, hey,
ok, si así es como debe ser, ok.
Supongo que me iré a casa, es tarde,
habrá un mañana por la noche,
pero espera, ¿qué es lo que veo?
¿Está volviendo hacia mí?
Sí, está volviendo hacia mí,
oh, mujer hermosa.
Eleanor Rigby.