¿QUÉ HACE UNA CHICA COMO TÚ EN UN SITIO COMO ESTE?/BURNING

En todos estos años que llevo enterrada en este cementerio de St. Peter, nunca me había ocurrido nada igual; que se me plantaran aquí, ante mi tumba para visitarme, dos miembros de un mismo grupo. Y no queda ahí la cosa, pues esos dos músicos: Toño Martín, y Pepe Risi, vocalista y guitarrista, respectivamente de la banda madrileña Burning, fallecieron ambos un 9 de mayo, eso sí, con seis años de diferencia, pues Toño se fue en 1991, y Pepe, en 1997.

Como otros tantos que pasan a visitarme, venían tras las huellas que habían dejado aquí The Beatles. Especialmente las de Lennon y McCarney, quienes se conocieron en este mismo enclave  un 6 de julio de 1957. A Toño y Pepe Risi, no hubo que explicarles en qué dimensión se hallaban, vamos, que lo tenían suficientemente claro desde el primer día, aunque Toño, me confesó, que Pepe había sido su colega de siempre y, dado que tenía información de primera mano, de que en seis años, su colega, dejaría igualmente ese mundo de los vivos, con lo que prefirió seguir de juerga de aquella manera y, esperarle parle para venir acompañado.

Sentados en un banco y la sombra de un ciprés, saboreando un té fresquito, me relataron los entresijos de su banda Burning. Me dijeron que la formación tuvo su origen allá por 1972 en la Elipa, el barrio de Madrid que les vio crecer. Inicialmente, me dijeron que comenzaron como trío, haciéndose llamar The Divine Pictures, en el que Risi se acompañaba de Quique Lantstrum, y Ernesto Estepa y, haciendo lo que estaba de moda por entonces, que era cantar en inglés. Sería un par de años después, cuando Toño, tomaría las riendas del micro, y Johnny Cifuentes, cerraría el círculo de lo que sería aquel quinteto.  Me confesaron, me comentaron, que al principio se debatieron entre llamarse Stone Square, o Burning, pero que evidentemente se declinaron por “lo caliente”, grabando un primer single, que precisamente, y ya no sé si tuvo que ver algo en ese nombre, su canción: “I’m burning”. Los dos músicos me relataron, que a pesar de que venían subidos en un escenario desde los tiempos de…. Acabó siendo una película, la que precisamente los pusiera en las listas de éxitos. Y ahí está esa historia peculiar, que tiene que ver con una de sus composiciones, que como todos sus colegas que pasan por aquí, suelen también desvelarme. Resulta que un tal Fernando Colomo, un director de cine que por aquella época, se empezaba a abrir hueco en las pantallas de cine y, …hablamos de 1978. Estaba rodando una película que se iba a titular “Qué hace una chica como tú en un sitio como este”,  para la cual, pidió a varios cantantes y grupos, que le hicieran una canción para su banda sonora. ¿Quién se lo iba a decir a Burning? …Tomaron nota del encargo y, me cuentan que se pusieron a ello una tarde de domingo, y la suerte les sonrió; su canción, de título homónimo al film, ganó la apuesta. Aquello le abrió al grupo las puertas de la fama.  Aunque también, amargamente  también me dijo Toño, abrió las puertas de una vida en turbulencia, debido a que  en su caso, comenzara a jugar con ciertas sustancias, que le llevaron a verlo todo con una confusión, que a él en especial, le hizo abandonar el grupo cuatro años más tarde, cuando los madrileños estaban saboreando las mieles del triunfo, a que sus pensamientos fueran algo confusos, quiso ir más allá en esos turbios titubeos, y terminó abandonando Burning en 1982, y la vida entre los vivos en 1991, cuando decidió hacer un viaje solo de ida en aquella espiral en la que había caído años atrás. Con lo que me confesó, que decidió quedarse, según él, en un “Stand by me”, a la espera de su amigo Pepe Risi, Y es que su compañero de viaje, como en su día el General Custer, murió casi con las botas puestas, pues llevó colgada hasta sus últimos días su Gibson Les Paul Negra. Es más, llegó a contarme, que la furgoneta con la que se desplazaban a los conciertos, la tuvieron que acondicionar con una camilla, para que él viajara tumbado, a causa de la nicotina que impregnaba  sus pulmones. El tema es, que Pepe, no solo llevó hasta su final esa guitarra colgada, sino también un cigarrillo entre sus labios. Y otro 9 de mayo, de 1997, la cadencia de su corazón, se detuvo, en una cama del Hospital Gregorio Marañón de Madrid.

 Y ahí quedó la visita de Pepe Risi, y Toño. Tirando de su argot castizo, antes de marcharse, me dijeron: _No te lo tomes a mal Eleanor. Porque sabemos de sobra donde estamos, pero….»Qué hace una chica como tú en un sitio como este?»

Eleanor Rigby.

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