Pedro Azorín Torregrosa

Pedro Azorín Torregrosa fue presbítero, profesor, maestro de capilla y canónigo de la catedral de Murcia. Nació el 16 de diciembre de 1915 en Yecla.

Tras efectuar los estudios de primaria y secundaria en su ciudad natal, ingresa en el Seminario de San Fulgencio en Murcia, siendo ordenado sacerdote en 1943 a la edad de 28 años.

Estudió Armonía en el Conservatorio de Murcia con el profesor Ángel Larroca y durante varios años residió en París ampliando y perfeccionando conocimientos de canto gregoriano en la Universidad de la Soborna.

En 1947 fue nombrado maestro de Capilla de la Santa Catedral de Murcia. En ese mismo año funda y dirige la Masa Coral del Instituto Alfonso X el Sabio y de la Escolanía de la Catedral, con la que recorrió las ciudades de Roma, París, Londres y Bolonia realizando conciertos.

Azorín Torregrosa fue profesor de Geografía e Historia y de Música en los Seminarios Murcianos desde 1947 a 1974 y profesor titular de Música de la Escuela Universitaria de Formación del Profesorado de E. G. B de Murcia. Como sacerdote ejerció su ministerio en las parroquias de Nuestra Señora del Rosario de Santomera, de San Pablo en Murcia y en la Catedral, donde fue canónigo-organista, y en las Religiosas Oblatas del S.S.R.R. (1947- 1985).

En 1954, coincidiendo con los actos conmemorativos de la Coronación Canónica de la Patrona de Yecla, escribe la música del “Himno a Yecla” con letra del poeta D. Martín Martí Font. El libreto, incluyendo letra y partitura, fue editado por el Excmo. Ayuntamiento de la ciudad con motivo de tan solemne acontecimiento.

Un año más tarde, en 1955, viajó a París con sus cuarenta voces blancas de la Escolanía de la Catedral de Murcia, la cual había fundado en 1947, para tomar parte activa en el VI Congreso de niños cantores (Pueri Cantores) de todo el mundo. Durante su estancia en París cayó en sus manos un programa de recital de órgano que todos los domingos se interpretaba en la catedral de Notre Dame, y así fue cómo al maestro Azorín Torregrosa le entró el deseo de hacer lo mismo en la Catedral de Murcia, no dudando en preparar un programa de los recitales dominicales con el mismo formato que el de París. Durante más de cuarenta años dio innumerables recitales de órgano en la Catedral de Murcia y fuera de ella.

En cuanto a su faceta de compositor, podemos afirmar que la temática y los motivos de sus obras eran sobre Yecla, su ciudad natal. Los montes, calles, fiestas y costumbres de Yecla fueron un filón inagotable de inspiración -así lo manifestó él mismo en un artículo publicado en el Programa Revista Fiestas de la Virgen del año 1973-. En 1980 tenía escritas unas 1.300 composiciones, entre las cuales figuraban 20 misas, 20 himnos religiosos, 35 motetes, 8 salves, 16 misereres, 200 piezas de carácter religioso, 450 de órgano solo y 250 variadas.

Entre sus múltiples composiciones dedicadas a la ciudad que lo vio nacer destacan las siguientes: “El cerro del Arabí, “La Iglesia Vieja”, “La torre del Reloj, “La Luz del Santuario”, “El Serral y el Serratejo”, “El Cerrico de la Fuente”, “La Ermita de San Roque”, “La sierra de Salinas”, “Los olivos de Yecla”, La Fuente del Pinar”, “La Subida de la Virgen”, “Mi primera Misa”, “Los Pajes de la Virgen”, “Los tíos de las punchas”, “El Niño Jesús”, “El jardín de los escolapios”, Los panes de San Blas”, “La Virgen de las Angustias”, “La calle de San Francisco”, “Las monjas encerradas”, “Los arcabuceros de la Virgen”, “El día del Paseo”, “Los Picarios”, “La uva de la Rabosera”, “El arte rupestre del Arabí” y “Las viñas de la Teatina”.

Los días 27, 28 y 29 de septiembre de 1984 Torregrosa asistió al “Primer Simposio Nacional de Didáctica de la Música”, celebrado en Madrid. Y fue el 22 de diciembre de ese mismo año cuando, en un acto emotivo y solemne, el Excmo. Ayuntamiento de Yecla homenajeó a dos yeclanos ilustres: a D. Pedro Azorín Torregrosa y a D. Miguel Ortuño Palao, cronista oficial de la villa.

Pedro Azorín Torregrosa falleció en Murcia el 19 de julio de 1992. Cuatro meses después la Corporación Municipal de Yecla decidió rotular una de las calles del polígono Urbayecla con el nombre de “Músico Azorín Torregrosa”.

El profesor y crítico musical D. Octavio Juan, en un artículo publicado en el diario “La Verdad” de Murcia, recordaba, bajo el título “Calló el Órgano de la Catedral”, la gran humanidad del músico Azorín Torregrosa, la creación musical, su ferviente religiosidad y el inmenso amor a Yecla, a sus montes, a su paisaje y a sus personajes, que constituyeron durante toda su vida un filón inagotable de inspiración: “Pedro, musicó todo lo que vivió, sintió y creyó. Y lo hizo de una manera sencilla, como quería ser, queriendo que sus músicas fueran como las violetas: humildes, pero con perfume, un perfume lleno de un profundo e inmenso amor al prójimo, por eso eligió el sacerdocio”.

José Luis Palao.

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