¡Voy a grabar un disco!

¿Por qué hacer un disco? Algo que puede parecer tan normal en un cantautor lamentablemente ya no lo es. Estamos en una época en la que predominan los singles y la música en formato digital. La respuesta a la pregunta quizá esté en ese bohemio que llevo dentro y que se resiste a renunciar a eso.

Cuando empiezo a componer siempre imagino como quedaría en un concierto, me pregunto a mí mismo: ¿crees que la mezcla de los acordes, riffs o ritmo junto con la letra está transmitiendo lo que quiero a la gente del público?, ¿se emocionan?, ¿cómo reaccionan?, ¿qué estoy sintiendo yo al interpretarla?, ese es el camino que me gusta seguir y no sabes si te va a llevar a la satisfacción o a la frustración de ver que esa es una calle sin salida, cuando eso sucede y el resultado no es positivo terminas convirtiéndote en un gran tirador de bolas de papel a la papelera. Pero lejos de desanimar esto hace que comiences un nuevo camino con más fuerza si cabe, creo que es importante sentirse vulnerable para ser uno mismo.

Hace poco comencé esa etapa, los primeros pasos de lo que será mi tercer disco de estudio. La composición de los temas, cuando vives el vértigo de enfrentarte con tu instrumento a ese papel en blanco. Sabes que todo empieza en ese momento pero no sabes que te deparará ese temido futuro inmediato, remover las tripas para sacar muchos sentimientos, emociones que te marcaron y te dejaron huella, perder la noción del tiempo, etc. Puedes sentir como una canción es sólo tuya, sólo tú sabes de su existencia, y aunque es tu creación  todo compositor desea que llegue ese momento en que deje de ser tuya para ser de la gente que la escucha y vuele hasta lugares inesperados. Os puedo asegurar que es un proceso que desgasta mucho por la intensidad con la que se vive pero ahora que ya tengo prácticamente perfilados los temas me siento muy bien.

Una vez llegado a este punto en el que ya tienes un número importante de canciones te das cuenta del material con el que cuentas para grabar y lo compartes con tu gente de confianza. La experiencia me ha hecho ver lo importante que es delegar en ellos porque es muy difícil ser objetivo con tus propias canciones y por mucho que te puedan tocar emocionalmente siempre se pueden mejorar con puntos de vista diversos. Quizá esta sea una de las cosas más difíciles de aprender pero es determinante para mí dejarme aconsejar. Claro está, como máximo responsable la última palabra es mía y eso te quita muchas veces el sueño.

La etapa de probar sonidos, producción, instrumentación, material, estudio de grabación… no es menos intensa. Es muy importante sentirse orgulloso con el resultado final y sabes que lo que grabes se quedará ahí para siempre, y para siempre es por lo pronto mucho tiempo. Un disco es tomar decisiones y no mirar atrás pero os confesaré que como cada vez salgo más feo en las fotos una de las decisiones que más quebraderos de cabeza me produce es  la de buscar la foto perfecta de portada.

Vértigo, sacrificio, dedicación, sentimiento,  diversión, son aspectos de la magia que supone grabar un disco. Es una experiencia que no se puede comparar con nada, espero y confío que éste sea el tercero de muchos.

Rubén Cecilia.

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