Todavía recuerdo que en los días de fiesta, la familia hacíamos la sobremesa escuchando la radio. No en todas las casas había receptores de radio. En la de mi abuelo, los días de su santo, se reunía la familia e infinidad de parientes y recuerdo escuchar los programas de “Discos Dedicados” con una interminable retahíla de dedicatorias antes de escuchar la canción anunciada.
Poco a poco, años más tarde, fueron llegando los tocadiscos. Bueno, al principio ya había en muy pocas casas que se lo podían permitir, los tocadiscos-mueble. Después llegaron a la gente común en forma de tocadiscos-maleta o de equipos de estéreo (que se podían comprar con facilidades de pago principalmente) y también aparecieron entonces los discos de vinilo, que se exhibían en los escaparates de algunos comercios.
Los primeros discos que entraron en mi casa fueron acompañados de un tocadiscos “Philips” de maleta. Eran varios E.P. (Expended Play o discos de 4 temas). Estos discos con funda de cartón marcaron durante años el contenido y la estética del disco, que pasó unos años mas tarde a ser principalmente “Single” (discos de 2 temas) con funda de papel. También entraron en mi casa algunos “L.P´s” (Long Plays, disco de larga duración) que generalmente contenían obras de música clásica que excedían en el tiempo de duración a la capacidad de los discos pequeños. El L.P. fue ganando terreno y tuvo una época dorada entre los melómanos.
Valga este inciso para recomendar un libro muy interesante sobre la historia de los discos de vinilo y los géneros musicales populares: “GUATEQUES, TOCATAS Y DISCOS” de LL. Fernández. Ed. Aguilar 2004.
Como decía, los discos aparecieron en los escaparates de Tiendas de Yecla como: Ramón Ortín “El Botero”, cerca de nuestra Escuela de Música, Alberto Muñoz ,“Ferretería”, José Mª Alonso “el de los hierros” y unos años mas tarde en Pepe “Botella” (quién por cierto, heredó el título de su suegro: David Botella.
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En los escaparates colgaban o se exponían, discos muy atractivos para los que deseábamos oír y descubrir la música. Como nuestros presupuestos no concordaban con nuestras apetencias, a veces acudíamos al intercambio o préstamo con conocidos, (siempre con muchas recomendaciones para no “rayarlos”).
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De entre todos los discos que pude reunir en aquellos años, hubo uno que compré en la citada “Librería Botella” al que le tengo un especial aprecio. Se trata de un single, el último que grabó Elia Fleta en 1968, con canciones de Juan Carlos Calderón; músico español que merece ser mejor reconocido, y que incluye un tema titulado: “Preguntas el Viento”, cuya letra dice:
“Por qué crecer, por qué envejecer
Por qué los niños tienen que dejar de jugar,
Por qué se irán los que nos quieren bien
Por qué tendremos siempre que decir un adios.
Por qué pasar,
Por qué teniendo aquello tan hermoso,
lo perdemos
¿Por qué será?
¿Por qué una flor se muere en su esplendor…?
…Y del amor…¿Qué será del amor?
Con el tiempo me fui interesando por esta cantante y empecé a buscar y “tirando del hilo” encontré su biografía:
Elia Fleta nació en Madrid en 1928. Hija de Miguel Fleta, importante tenor lírico, que murió cuando ella tenía solo 10 años. Desde muy pequeña tuvo una educación musical, al igual que su hermana Paloma, con quien formó a principios de los años 50 un dúo que, precisamente debutó en la radio en un programa titulado “Cabalgata Fin de Semana” que presentaba un célebre locutor: Bobby Deglané. El dúo alcanzó gran fama en España, y grabaron numerosos discos. Realizaron giras por: Europa y América, llegando hasta Irán.
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En plena fama, en 1960 se casa Paloma y marcha a vivir a EE.UU. con lo que acaba el dúo. En ese año Elia, como cantante solista, participa en el 2º Festival de Benidorm, donde recibe un premio de interpretación con la canción: “Luna de Benidorm”, aparece en la película: “Festival de Benidorm” y graba su primer disco en RCA.
Después de varios discos más, graba el E.P. “Darling”, que contiene cuatro canciones en un estilo más moderno y obtiene muy buenos resultados en ventas. Cambia también su estilo personal; aparece con atuendo a la última moda: vaqueros (distintivo de los jóvenes rompedores de la época).
Es Juan Carlos Calderón quién la introduce en el Jazz, debutando en clubs de jazz de Madrid. Acaba relacionándose con el pianista Tete Montoliu y marcha a Barcelona en 1966, integrándose, actuando y grabando discos con el “Tete Montoliu Trío”. Es elegida mejor cantante española en 1966 por Radio Peninsular.
Actúa con Tete en el Festival de Jazz de Barcelona en 1967 y en la Gala del Disco MIDEM en Francia. Regresa a Madrid, sigue actuando en los clubs de Jazz y da clases de canto en el Jazz Forum que depende de la Universidad. Graba mas discos . El último, como he dicho, es el single “Preguntas al Viento/Soñar y vivir” de 1968.
Elia Fleta presenta una evolución artística constante: desde las correctas y elegantes canciones a dúo con Paloma, su paso por las canciones de moda del momento, hasta su llegada a un género mucho más desconocido e infravalorado en aquellos años, manteniendo siempre una constante y extraordinaria calidad de interpretación. Es una artista bastante desconocida, pero importante a descubrir en la historia de la música popular de nuestro país.
Justo Soriano Aliaga.