Hablamos en esta ocasión de una figura relevante –aunque ciertamente no demasiado conocida– que contribuyó, en el pasado siglo, a desarrollar e incentivar la música en nuestra nuestra Región: David Templado.
Este músico, nacido en la localidad murciana de Abarán a finales del siglo XIX, desarrolló a lo largo de toda su vida diferentes estudios dentro del ámbito de la música: la interpretación del flautín, la composición y la dirección de banda y de coro. Sin embargo, fue con la composición y la dirección de banda con las que consiguió importantes logros que más adelante detallaremos.
Desde temprana edad estuvo interesado en el mundo de la música, el cual sería claramente su vocación. En el momento en que su padre, también músico, trataba de enseñar a su hermano en casa las principales nociones musicales, él ponía también atención y aprendía las lecciones rápidamente. Así fue que, con muy pocos años, ingresó en la banda llevando en sus manos el flautín, donde pudo comenzar a disfrutar de lo que tanto le gustaba: la música.
Pero no se conformó sólo con la interpretación musical. Por ello, en 1900, ingresó en la Academia José Erviti (San Sebastián) donde aprendería armonía y contrapunto de la mano del compositor y organista Claudio Jáuregui. Posteriormente, conseguiría ser diplomado en Armonía por la Academia Especial Preparatoria para Músicos Mayores Militares de Madrid, donde, pocos años más tarde (1909), obtendrá el título de Maestro y Catedrático. En este punto cabe destacar que fue uno de los alumnos más sobresalientes y que, por esta razón, se decidió por parte de la academia publicar su biografía para darlo a conocer.
A partir de este momento, junto con su hermano, crean una imprenta musical llamada ‘Lira’ en su localidad natal con el fin de publicar sus composiciones y, cómo no, también las de otros autores. Un indicio de que sus obras gozaban de gran calidad es que fue galardonado en 1910 con un primer premio de composición y crítica musical. En 1917 opositó y consiguió plaza de músico mayor militar, pero renunció a ella para quedarse en Abarán.
Por otro lado y como comentábamos, también desempeñó una gran labor dentro del mundo bandístico en Abarán que marcará un antes y un después. Así, trabajó, como director, con el claro objetivo de unificar las dos agrupaciones que coexistían en la localidad y entre las que había una rivalidad importante. Y así fue: consiguió que las dos bandas se fundiesen en una y, de esta manera, se trabajase por el único objeto que debía tener cabida: la música. Además, al poco tiempo, también será director del coro parroquial, con el que interpretará obras sacras propias.
Entre las obras de David Templado destacan sus pasodobles Arapiles, León y las Navas, Claro de Luna y Davisín, entre otros muchos. También compuso una diana, titulada Saludo al día y una marcha fúnebre con el nombre de Eterno Adiós.
Como se puede ver, Templado dedicó toda su vida a la música y contribuyó a hacer historia con ella en su ciudad natal. Tanto es así que la propia ciudad de Abarán le dedicó una de sus calles principales portando así su nombre y, además, como muestra de su incesante labor musical, la Banda Santa Cecilia de Abarán le hizo en noviembre de 2015 un homenaje presentando un disco con pasodobles (click aquí para escuchar) que él mismo había compuesto para que, desde ese momento, quedasen inmortalizados en el tiempo. Aunque todo abaranero sabe que David Templado fue, es y será una de las personas con más repercusión de la historia de su pueblo.
José Luis Palao Azorín.