Ángel Hernández Azorín, cumple este año 2016, veinte años como director de la Banda y de la Escuela de Música de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla.
El pasado martes 28 de junio hablábamos con él, en una amplia entrevista, emitida en TeleYecla y en el programa de radio Diapasón. En ella se hace un pequeño recorrido por algunos de los puntos más destacados de todos estos años.
A continuación, se la hacemos llegar también a través de la Revista Diapasón:
P: Ángel Hernández Azorín cumple 20 años como director de la Banda de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla y también de la Escuela de Música, es una cantidad simbólica pero son muchos años dedicados a la música y por eso hoy vamos a aprovechar para conversar con él y recordar esta gran labor que se viene realizando desde años atrás, y que es tan importante para la ciudad de Yecla.
Ángel, en primer lugar felicidades y gracias por recibirnos en la Escuela de Música. Cuéntanos, ¿se te han pasado rápido estos 20 años? ¿Qué balance en general podrías hacer?
La verdad es que sí, rápidos no, rapidísimos. Ni siquiera había caído en la cuenta, han sido gente como tú u otros amigos que me han comentado “si ya han pasado 20 años desde que empezaste con todo esto”. Y bueno, el balance muy positivo, porque aparte de la evolución mía personal como músico, también una evolución y un crecimiento como persona, puesto que en todos estos años te cruzas en el camino con muchísima gente, alumnos y experiencias que te enriquecen a nivel personal, que en definitiva creo que es lo más importante.
P: Me gustaría preguntarte a nivel general, quién mejor que tú, para que expliques ¿qué es para ti la Asociación de Amigos de la Música de Yecla y la música en general?
Para mí es mi vida, porque estamos hablando de un largo camino y mi vida va unida a la Asociación de Amigos de la Música desde que nací prácticamente. Ya en casa mi padre fue el que un poco me inculcó todo lo que conlleva la Asociación en sí, la banda de música, desde pequeño veía a mi padre salir de casa vestido de músico con el clarinete o el saxofón, e incluso recurso pasacalles y procesiones donde yo iba agarrado al bolsillo de la chaqueta de mi padre desfilando con la banda. Así que ya te digo que todo ha sido muy cercano y muy de familia.
Y el hecho de que me brindaran la oportunidad en su momento de poder ser profesor de saxofón al inicio y luego desarrollar mi carrera como director, poderme ganar al fin y al cabo mi sueldo y poder vivir de la Asociación, solo puedo estar agradecido a la labor que han hecho otras personas, porque si no hubiera habido siempre un equipo de trabajo y personas que de forma altruista han trabajado en la Asociación de Amigos de la Música de Yecla, no hubiéramos podido desarrollar nuestra labor, con lo cual solo tengo palabras de agradecimiento.
P: Como tú comentabas anteriormente muchas personas han estado ahí trabajando y precisamente si echamos vista atrás tú cumples 20 años como director y la banda 40 años desde que dio su primer concierto. En los primeros 20 años cinco fueron los directores y en los últimos veinte tú has sido el director, lo cual da una gran estabilidad, y a través de todos vosotros se han asentado las bases de todo lo que tenemos hoy en día.
Si no recuerdo mal en el mes de julio de 1996 el anterior director, José Miguel Azorín Marco, terminó el cargo, ¿cómo te convertiste en el nuevo director, qué recuerdas, puedes contar alguna anécdota?
La verdad es que anécdotas hay muchísimas, la verdad es que a mí siempre me llamaba mucho la atención la dirección, me gustaba ver a los directores que yo tuve, a Jesús Rodríguez, a Paquito… al maestro Pepe no lo conocí porque el hombre ya estaba mayor, tengo el recuerdo de ir a algún concierto y alguna foto con él como saxofonista… la etapa también del Genio y José Miguel.
Llega un momento en el que José Miguel acaba su carrera, opta a hacer oposiciones y hay varios conciertos en los que él me brinda la oportunidad de dirigir y para mí fue como “el click” de saber que realmente me gustaba.
También hubo un viaje al Barco de Ávila por el hermanamiento, José Miguel no pudo estar y para mí fue un reto importante a pesar de que yo estaba muy verde, después cuando ya definitivamente decidió no continuar como director porque tenía otros trabajos, continuó como director de la Escuela de Música y decidió dejar la dirección de la banda, y en ese momento se hicieron una pruebas, vino un jurado para hacer las pruebas y tuve la suerte de que decidieron junto con la directiva que me hiciera cargo de la banda.
Los comienzos fueron ilusionantes pero ya digo con muy poca experiencia y ahora lo miras desde el tiempo y dices ¡madre mía qué desastre! (risas) pero bueno intenté preocuparme por la dirección con mis primeros maestros de dirección como José Miguel Rodilla, Jaime Belda y luego ya conocía a José Rafael Pascual Vilaplana con el que empecé a estudiar más en serio durante cuatro o cinco años. Eso fue lo que definitivamente me fortaleció a la hora de la formación como director, luego vinieron otros cursos y maestros, y cogiendo experiencia con la banda en el día a día, que realmente es donde más experiencia se coge.
Concierto tras concierto cogiste más experiencia ofreciendo conciertos y siempre has intentado inculcar unos valores de compañerismo y disfrute con la música, incluso a la hora de trabajar las obras te gusta compararlo con la elaboración del vino, ¿qué valores pretendes a día de hoy que se inculquen en la Asociación de Amigos de la Música de Yecla?
Lo decía al principio, la formación artística y musical es muy importante pero en un colectivo como el nuestro lo principal es la formación humana porque si no hay un compañerismo y unas maneras de trabajo corporativista y colectiva es muy difícil porque esto es una Asociación sin ánimo de lucro como reza en nuestros estatutos, pero además realmente es así, aquí nadie viene a ensayar un viernes a cambio nada más del disfrute personal, entonces ese es el objetivo principal.
Lo del vino sí, es la forma de elaboración de la música, lentamente, hay que dejarlo en barrica y que eso madure. Después probarlo y a veces sale bien y otras veces peor, depende de la cosecha, del año, y por aquí también va pasando mucha gente, sería bonito que todo el mundo que ha pasado por aquí, en un momento determinado, nos juntáramos todos porque son muchísimos, y ha habido cosechas mejores y otras peores, pero lo importante es que la bodega se mantenga y esté ahí siempre, porque yo estoy aquí a dios gracias mucho tiempo pero llegará un momento que no esté pero la Asociación tiene que seguir y eso es lo importante, que se mantenga la bodega.
P: También hay que destacar que como director de la Escuela y la Banda, hay que estar ahí siempre, defendiendo esa gran labor que se hace para que la Asociación sea valorada y reconocida porque la música es muy importante a nivel cultural y social. Se han hecho infinidad de conciertos, certámenes con todo el reconocimiento que ello ha conllevado, la festividad de Santa Cecilia… y otro de los cambios más importantes fue el cambio a la nueva Escuela de Música. Como director, ¿qué te gustaría destacar de todo esto?
Sí, cuando ya como músico no como director, había una cosa que me llamaba mucho la atención desde pequeño, era el tipo de público y la cantidad de público, la respuesta en los conciertos y en la calle era un poco, no quiero que se me malinterprete esto, pero era bastante “pobre”, iba muy poquita gente, habían muy pocos espacios, los conciertos se realizaban en el Auditorio -Municipal, la Banda también era más pequeña evidentemente, pero recuerdo que había muy poco público y era exclusivamente familiar y poco más; y en la calle cuando pasaba la Banda la gente lo único que hacía era irse de la procesión de turno o se ponían a hablar sin hacernos ningún caso. A mí eso me llamaba la atención y pensaba “habrá que hacer algo para cambiarlo”. Incluso recuerdo conciertos de Santa Cecilia que casi no iba gente, además recuerdo uno en participar que fue el primero que se hizo en el Teatro Concha Segura, fue un domingo por la mañana, podrían haber 40 o 50 personas como público y eso me causaba mucha tristeza. O los conciertos que se hacían en el Templete, había muy poca gente viéndonos, incluso hubo un concierto en el que no nos pusieron sillas porque se les olvidó, lo digo por lo que ha cambiado la relación con la Corporación, y lo tuvimos que dar de pie. Imagínate lo que ha cambiado todo, y todo ese proceso ha sido de ver dónde está el error, qué estamos haciendo mal, vamos a mejorarlo, desde el repertorio, el horario, el sistema de dar el concierto, de la promoción… y eso se hace a través de un gran colectivo y de que la gente se implique. Todo eso es un progreso muy largo, desde que comenzó la Asociación en 1974.
Y con la Escuela pasó un poquito lo mismo, de tener un profesorado totalmente altruista, dando clases sin cobrar un duro y dejando tiempo de su trabajo personal para formar músicos, es cuando se da el cambio, José Miguel coge las riendas de la Escuela de Música y la directiva se sienta a negociar con el Ayuntamiento. Fue un proceso muy largo y un punto de inflexión muy importante, ahí se unificó la Escuela Municipal y de la Asociación. Ya hay una remuneración para los profesores, una contratación y coge la forma hasta lo que tenemos hoy.
Fue un proceso muy largo, desde que empezamos a hablar con el Ayuntamiento de que el Hospitalico se nos quedaba pequeño. Hasta que nos trasladamos aquí pasaron ocho años, ocho años de lucha interna, de trabajo y de demostrar que la Asociación con su Escuela y su Banda necesitaban unas instalaciones mejores para seguir desarrollando su labor. Sin duda, mucho trabajo duro.
P: Muy importante también lo que has comentado del claustro de profesores. A parte de que la mayoría de ellos son de aquí y han sido alumnos de la Escuela, y los que no ya son casi yeclanos, llevan muchos años y eso ha creado una estabilidad y una base, tú como director, ¿qué podrías decir de todos ellos?
Sí, para mí eso es fundamental, el tiempo, y volvemos al vino, al tiempo de maduración, y como tú dices, la mayoría de profesores llevan muchísimo tiempo aquí y eso es fundamental porque se ha creado un perfil de trabajo y todo el mundo sabe perfectamente lo que hay que hacer y cómo hay que hacerlo; y al mismo tiempo, y ahí tengo que felicitar al claustro de profesores porque es inquieto también, no se acomodan y pretenden siempre adquirir más formación, siempre están avanzando y buscando metodologías nuevas, recibiendo clases de otras asignaturas para evolucionar y eso es lo mejor tenemos un claustro muy inquieto por querer seguir avanzando, y como he dicho antes, esto es un paso, y cuando no estén estos profesores, vendrán otros que tendrán claro el perfil que se busca en esta Escuela de Música.
P: Volviendo a la parte de la dirección, siempre has seguido con la Banda de Yecla pero has dirigido también otras bandas como Beniaján, Jumilla, la Banda de la Federación de Murcia y a nivel internacional tuviste contacto con la Banda de Oporto, también en Kerkrade (Holanda), en Riva del Garda (Italia)… ¿con qué te quedas y cómo valoras toda esa experiencia?
Pues me quedo con todo porque ha sido y sigue siendo una maravilla el poder conectar con otras ciudades, otras formas de ver las cosas y trabajar, porque al fin y al cabo es lo que enriquece.
Mi paso por Beniaján fue fantástico, los cuatro años que estuve allí fueron estupendísimo y mantengo una relación de amistad con todos los músicos y la directiva. En estos momentos en la banda de Jumilla igual, hay una relación casi de hermanamiento, también es cierto que la vecindad hace que muchos ya nos conociéramos.
El resto de experiencias en el extranjero y con la Banda de la Federación, es fantástico poder realizar todo ese tipo de actividades porque es muy importante salir fuera y conocer cosas, y ver todo lo que hay por ahí, porque al final te llena la piel de capas de experiencias, y después las puedes utilizar en tu trabajo y en tu vida.
P: Hablando un poco sobre el futuro, ¿nos puedes adelantar algún proyecto de la Escuela o la Banda para los próximos meses?
La verdad es que es un sin parar, simplemente con la Escuela de Música es continua la actividad que se hace y queremos seguir creciendo en especialidades, en nuevos talleres que amplían la formación de nuestros alumnos.
Con la Banda de Música hay un proyecto ahí en el extranjero que a lo mejor lo podemos llevar a cabo, que es en el 2017, no lo sabemos todavía, hay que estudiar muy bien todo esto, pero sería un paso importante como el que fue en Italia. Porque lo de Italia también marcó un antes y un después probablemente en el trato del público de Yecla con nosotros. Cuando volvimos resulta que todo el pueblo de Yecla estaba pendiente de nosotros y nunca olvidaré la procesión de Jueves Santo, que desde que salimos hasta que nos metimos en la Iglesia el público no paró de aplaudir, y fue fantástica. Y ese proyecto que digo, lo de Kerkrade, creo que para la Banda sería importante, no es el objetivo Kerkrade sino lo que vendría después de esto.
Y luego pues uno detrás de otro, un contacto continuo con la sociedad, ver lo que la sociedad demanda también, y con la Banda lo más inmediato es el día a día.
Luego hay otros proyectos personales, que incluso uno ya lo he llevado a la Comunidad Autónoma, hay un sueño que tengo que es crear la Banda Sinfónica Infantil de la Región de Murcia, creo que es el futuro, el empezar a educar a los niños en lo que son las Bandas de Música, porque todavía considero que las Bandas de Música no están lo suficientemente valoradas a nivel nacional y los niños son el futuro. El proyecto surge de la Asociación Nacional de Directores de Banda (ANDB), de la cual soy el secretario y formo parte, es un proyecto muy ambicioso que comenzó hace unos años. Y la verdad es que son muchas cosas las que hay que hacer todavía, soy muy joven todavía, entonces tengo que seguir dando guerra (risas).
Claro que sí, quedan muchos años por delante, mucho trabajo por hacer y ahí estaremos poco a poco luchando por ellos. Vamos llegando al final de la entrevista, muchas gracias por atendernos una vez más y te deseamos lo mejor en el futuro. Muchas gracias y que cumplas muchos más.
Muchísimas gracias a ti. Es un placer cumplir años.
Cecilia Ortuño Gil.