En esta nueva publicación de la Revista Diapasón, recordamos la entrevista realizada al compositor yeclano, Esteban Ivars (Fuente: Diapasón Radio, programa nº 421, 22-10-2024):
P. Háblanos de tus inicios musicales, porque tienen mucha relación con la Asociación de Amigos de la Música de Yecla.
R. Sí, como bien dices, a los ocho años fue cuando empecé, bueno incluso antes, con música y movimiento, un par de añitos. Yo empecé en el antiguo edificio del Hospitalico. Después elegí el instrumento, que fue el violín. Estuve unos años cursando violín aquí, me examiné de la RoyalSchool, y luego, viendo que eso ya era una parte importante de mi vida, y que podía dedicarme a ello, decidí hacer la prueba de acceso al Conservatorio de Villena, donde cursé un par de cursos de violín, de enseñanzas profesionales, y luego hice cambio de instrumento, a la viola, finalizando los dos últimos años de grado profesional.
P. La viola, un instrumento muy curioso en cuanto a historia de la música se refiere, cuéntanos por qué te cautivó, y háblanos un poco las principales diferencias con el violín, que suele ser siempre el instrumento vecino.
R. Sí, pues la viola, como dices, surge un poco de la familia de las violas, luego, conforme va pasando la historia de la música, se convierte más en un violín tenor que en una viola, pero bueno, el nombre se mantiene, y yo decidí cambiarme, no tanto por el sonido, sino por un problema técnico, ya que en la adolescencia tuve una tendinitis fuerte derivada de malas posiciones con el instrumento, y mi profesor me recomendó cambiarme a viola porque era más grande, así tenía una posición más natural, y al final me fue gustando y me quedé ahí. El sonido también fue más cálido, porque el violín al final suena muy agudo, abarca otra zona diferente del registro de la viola, y luego el sonido también me fue llamando.
P. ¿Dónde te encuentras en este momento? Abarcas el campo de la composición, también tocas como intérprete en diferentes orquestas, cuéntanos…
R. Actualmente estoy cursando el último ciclo de composición de enseñanzas superiores, en el Conservatorio de Murcia. De hecho ahora estoy terminando, me queda solo el trabajo de fin de grado de composición, y bueno, yo me decidí un poco por ahí, pero tampoco quise abandonar del todo la faceta de intérprete, porque a mí tocar en orquesta es algo que me ha gustado siempre, igual que el músico de banda es músico de banda, pues el músico de orquesta también, ¿no? Recuerdo que en 2019, cuando estaba en sexto de profesional, hice la prueba a la Orquesta de Jóvenes de la Región de Murcia, aprobé y entré, estuve ahí unos años entre el Superior y la Orquesta de Jóvenes, porque no quería abandonar del todo, y eso me motivó también a hacer otras pruebas de orquesta como la Orquesta del Orfeón, la Orquesta de Jóvenes “Ciudad de Murcia”, y al final ahí es donde he permanecido, porque pienso que como compositor, uno tiende mucho, y lo digo siempre, a enfocarse en el papel y se pierde a veces de vista el punto de vista de la realidad, porque la música, como se dice, no está en el papel, está cuando suena, entonces el punto de vista de la realidad siempre viene bien, para estar en contacto con compañeros intérpretes, cómo ellos tocan, los recursos que tienen a la hora de tocar, para luego saber qué escribir y qué no escribir.
P. Y si hablamos de composiciones, me voy a detener en un estreno muy especial que tuvo lugar el 11 de abril de 2024 en el Teatro Romea de Murcia, puesto que se estrenó a nivel mundial la Sinfonía Nº 1 en Mib Mayor. ¿Cómo viviste ese momento? Háblanos de la propia obra para conocerla un poco más.
R. Pues la verdad que el momento fue bastante especial, porque al final uno como compositor hace cosas aquí y allá, pero siempre hacer algo con tus compañeros, con tu orquesta, con Raúl López Sánchez, que es el director, que lleva con nosotros, vamos, desde que yo entré a la orquesta, es al final algo muy motivador y muy enriquecedor a nivel artístico. Y la obra surgió el verano pasado, fue cuando surgió el proyecto, hablando con Raúl y la directiva de la orquesta, de estrenar algo. Yo le había dado referencias anteriores de algunos estrenos y tuve la suerte de que confiaron en mí. La compuse el curso pasado, desde agosto hasta el 1 de enero más o menos; fueron unos meses muy intensos de hacer una obra que tiene unas características grandes, quizás la obra más exigente a nivel técnico y de mantenimiento de un discurso tan largo que he tenido la oportunidad de hacer hasta el día de hoy.
Espero que en el futuro vengan más oportunidades, pero hasta el día de hoy digamos que ha sido el reto más exigente, porque una obra de unas características, de 40 minutos de duración aproximadamente, y con tres movimientos, manteniendo la unidad y la cohesión en un discurso tan largo, fue todo un reto. En mi caso, cuando uno se enfrenta al papel en blanco y dice ¿por dónde empiezo? Voy viendo cómo va tomando forma, y cómo se desarrolla todo, porque una vez que se comienza una obra pues tiende un poco a tener su vida propia y a retroalimentarse con las ideas que uno va teniendo nuevas, ¿no?
Al final, el concierto fue la culminación de todo eso, pero en el proceso de los ensayos también aprendes de lo que uno ha hecho e incluso saca enseñanzas nuevas. Lo viví muy bien, la verdad, con mucha ilusión y muy agradecido de una oportunidad así, porque fue en un teatro importante como el Romea a nivel regional, y tener esa oportunidad con la orquesta, es algo que no se tiene todos los días, y lo valoro mucho.
P. ¿Qué obras tienes ya bajo tu nombre y en qué proyectos estás trabajando?
R. En cuanto a obras anteriores, en el desarrollo de las enseñanzas de composición, pues hay muchos trabajos de clase, pero cosas que yo considere obras mías, digamos, registradas o digamos cosas que yo firmo como compositor, pues tengo alguna sonata de piano, música de cámara… Además de la Sinfonía, también tuve la oportunidad, cuando estaba en segundo de carrera de hacer un breve poema sinfónico titulado La batalla de Clavijo, que presenté a un concurso que convocaba el Conservatorio de Logroño con motivo del 50 aniversario, y tuve la suerte de ganar un premio con ella, pudiendo estrenarla con la Orquesta del Conservatorio. Y aunque no pude asistir por cuestiones de fechas de exámenes, me pasaron la grabación y fue muy gratificante ver que al final un jurado valora tu trabajo. Sin embargo, también compuse una fantasía para arpa y orquesta, la presenté a un concurso y no fue premiada pero al año siguiente la presenté a otro concurso diferente, en Viena, abierto internacionalmente, y tuve la suerte de que la obra ganara un cuarto premio también.
El año pasado, como en las enseñanzas de composición se valora mucho el trabajo en equipo, hemos desarrollado ciertos proyectos conjuntos entre mis compañeros de clase y yo, e hicimos un encargo para banda y doble coro, coro infantil y coro de adultos, sobre unos cuentos musicales infantiles para que los niños cantaran. Desarrollamos una obra que se llama Cuatro fábulas clásicas, que eran cuatro movimientos, cada uno de ellos narrativo de una fábula. A mí me tocó por sorteo La libre y la tortuga e hice una piececita de tres minutos.
Y actualmente estoy enfocado un poco en los trabajos de las enseñanzas de composición para terminar con el trabajo fin de grado.
P. Ahí están las palabras de Esteban Ivars, este compositor yeclano y también antiguo alumno de la Escuela de Música de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla, con el que hoy tenemos la suerte de conversar y de conocer un poquito más de cerca su trayectoria musical. Muchas gracias Esteban por acompañarnos y para terminar, te vamos a pedir alguna recomendación musical para que suene a continuación.
R. Algunas partes de la Sinfonía creo que serían buenas, porque en el concierto pues fueron bastante vistosas; y también, La liebre y la tortuga para el público más infantil, que pueda ver una obra también dedicada a ellos.
Gracias a vosotros por esta entrevista y para lo que sea, aquí estamos.
Cecilia O.
Colaboradora AAMY.
