LOS HORIZONTES DE LA MÚSICA

No son pocos los horizontes que este bello arte nos puede brindar y es que no mentiría si dijera que más que ampliar esos horizontes, la música es la única con el privilegio de unirlos. La música es un arte que está presente en infinidad de momentos en nuestra vida, la armoniza, la ameniza y la colma de sensaciones. 

Debido a su gran variedad de géneros y composiciones que nos proporciona podemos encontrar, entre otros, la música clásica, el blues, el jazz, el rock and roll, el góspel, el heavy metal, el electro, el pop, etc.

Se podría decir que hay un estilo para cada personalidad, por lo que no es muy difícil que cada persona se sienta identificada con un estilo musical concreto.

Sirviéndonos de banda sonora en múltiples eventos, bodas, verbenas, programas de televisión, películas y otros tantos, la música se ha convertido en un arte esencial en nuestra vida, estando además presente en nuestro día a día.

Todas estas formas de expresar este arte son las que nos ayudan en cierta manera a vivir, aportándonos compañía, sentimientos e ilusiones.

Me gustaría describir mi experiencia propia y como ha influido en mí desde los 13 años, cuando me consideraba absolutamente nulo para esta materia.

Todo empezó al entrar a formar parte de la música cofrade donde mi interés e ilusión por la música despertó de una manera muy especial.

Empecé a descubrir un mundo donde podía evadirme y liberarme de cualquier problema, así como expresarme y experimentar nuevas sensaciones, socializar y conocer personas que me marcarían para siempre.

Para mí, cada ensayo y cada actuación era una nueva experiencia donde aprendía y disfrutaba de momentos que me hacían sentir bien, así como disfrutar de la compañía de personas que compartían esta misma pasión. No cabe duda afirmar que la música crea vínculos muy fuertes.

Sin darme cuenta se empezó a convertir en mi forma de vida, mi mayor ilusión y como no, en una segunda familia.

Pasados pocos años y durante mis recién andanzas musicales, gracias al apoyo de mi abuelo, mi padre junto a un gran amigo suyo, fundaron una nueva banda cofrade en la que actualmente sigo formando parte y por la cual me he desvivido y he entregado todo lo que puedo de mí. Tanto por el vínculo familiar como por el musical.

Con el tiempo, el camino en el mundo de la música me arraigó todavía más fuerte a ella y fue en el momento en que decidí matricularme en la escuela de música de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla con la idea de poder así ampliar mis horizontes y conocimientos de este bonito mundo, y es aquí donde gracias a los profesores y al resto de compañeros, comencé a comprender de verdad este nuevo idioma. 

Este último paso ha conllevado la síntesis de los acontecimientos anteriores, puesto que el aprendizaje, el estudio y el trabajo en esta rama, me han ayudado a encontrar el verdadero sentido de la que, desde hace años, es mi pasión.

Tras todo esto y situándonos por el año 2012 la banda cofrade a la que pertenezco me confió una enorme responsabilidad como es la dirección musical, algo a lo que jamás me hubiera imaginado llegar, y es justo en este mismo año cuando desde la escuela de música se me ofreció entrar en la banda de música titular, lo que me llevó a un estado de alegría e ilusión inmenso.

 A pesar de ello y aunque todo pueda parecer bonito y emotivo (que ciertamente lo es), la música conlleva un gran compromiso y sacrificio, y estos años atrás han estado cargados de mucha constancia y estudio por mi parte, me han supuesto una gran responsabilidad a nivel personal, musical y social, por lo que para mí es sin duda, una experiencia muy enriquecedora.

Poco a poco he ido avanzando en mis estudios y formación musical viviendo diversos momentos inolvidables para con ambas bandas, como el estreno de mi primera composición cofrade dedicada a mi abuelo, la grabación y estreno de nuestro primer trabajo discográfico, la participación en certámenes, un récord guinnes, concursos y multiplicidad de eventos.

Las experiencias que viví en el certamen en Dos Barrios y el oro en Kerkrade (Holanda), las considero de las más conmovedoras y gratificantes en mi carrera musical, además fueron momentos inolvidables para la cultura musical yeclana.

A todo esto, he de añadir que a día de hoy, sigo aprendiendo y formándome, puesto que la música es una disciplina que conlleva una constante formación a lo largo de toda una carrera tanto musical como profesional. 

Para concluir mi aportación, he de decir que este arte, sin duda me ha cambiado la vida, ha ampliado mis horizontes y los de muchas personas. La música encauzó mi camino y espero que estas líneas sirvan para motivar a quien se está replanteando entrar en este mundo.

Alberto Candela.

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