Llega un día en que empiezas a valorar los viejos discos de vinilo guardados desde los tiempos de “los guateques”.
Esos discos pequeños que no solo llevan dos o cuatro canciones, también contienen el poder de revivir momentos de la propia vida; evocar situaciones, lugares, personas…
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En ellos está la nostalgia de un tiempo pasado; una memoria permanente de vivencias.
Hace tiempo unos buenos amigos me regalaron una importante cantidad de antiguos discos usados, pensando acertadamente que les daría un buen uso. Y como si una cosa llevara a la otra, conocí también un portal en Internet que ofrecía, a buenos precios, una enorme cantidad y variedad de este material.
Todo esto despertó en mi al coleccionista que algunos llevamos dentro y mi colección de discos se incrementó de manera muy importante.
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Hoy, el pequeño vinilo es un objeto en trance de extinción y están apareciendo compradores atraídos por la rareza o el gusto por el coleccionismo de determinados artistas, y también por la estética de las portadas.
Las fundas de los discos usados suelen hablarnos algo de la vida que han tenido. A veces el nombre del propietario viene escrito y alguna vez están dedicadas por el intérprete. Otras nos dicen que fueron un regalo por las dedicatorias que llevan. En otras, su dueño califica a su gusto la calidad de los temas, o especifica el tipo de ritmo, o procedencia (de un film, un musical, una sinfonía..) Otras nos hablan, por las manchas que llevan, que han estado en fiestas, a la intemperie, o expuestas a la humedad, etc.
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Pero voy a detenerme en una característica muy especial: en aquellos que proceden de emisoras de radio, que hoy día desechan los vinilos, porque las nuevas tecnologías los han excluido como forma de reproducción sonora.
En algunos de ellos aparecen escritas las palabras: “PROHIBIDO” o “NO RADIABLE”.
Que en los tiempos de la Dictadura existía la censura, lo sabemos muchos, pero lo más increíble es que existía no una, sino una doble censura sobre la música.
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La música podía pasar la primera censura y el disco se editaba, pero había una segunda censura, que a pesar de estar el disco a la venta, PROHIBÍA SU AUDICIÓN A TRAVÉS DE LAS EMISORAS.
Se pueden conocer a fondo los mecanismos y detalles de toda esta problemática a través del artículo “LA CENSURA RADIOFÓNICA EN LA PRODUCCIÓN DISCOGRÁFICA DURANTE EL FRANQUISMO” Autor: XAVIER VALIÑO, en el Portal de Internet “Devuélveme la Voz”. Y en el libro “UNA HISTORIA DE LA CENSURA MUSICAL EN LA RADIO ESPAÑOLA”, (Editado por RTVE Música) Autor: José M. Rodríguez “RODRI”.
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Cómo puede comprobarse a través de los estudios citados, la censura era meticulosa ya que se extendía a todo lo que se editaba; era contundente por la enorme cantidad de temas censurados (más de 4.300 canciones censuradas) y era sobre todo arbitraria, pues estuvo muchos años sin dar ninguna razón de por qué se prohibían, solo enviaba listas de las canciones prohibidas que no se podían radiar a todas las emisoras. Y esto, se debía cumplir. Fue una verdadera inquisición para la música.
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Todos los discos que aparecen en este artículo, son los que he comprado para mí (hubieron, como digo, muchísimos mas). He señalado el año de su publicación, nombre del artista y las canciones censuradas, para constatar y dejar memoria de un tiempo que muchos sufrimos.
Justo Soriano Aliaga
