Amanece (La mañana, de Peer Gynt).
Vas a clase (BSO “Rocky»).
Te quedas mirando las musarañas (El vuelo del moscardón, Rimsky-Korsakov).
Te dan la nota de un examen. ¡Has aprobado! (We are the champions, Queen).
Hoy comes con tu pareja (Georgia, Vance Joy).
Ves las noticias. Todo política (Hoy la bestia cena en casa, Zahara).
Una siesta después de comer, que estás cansada (Reflejo de luna, Paco de Lucía).
Tu amiga te manda un WhatsApp. Le ha dejado el novio (Desamortil, Arnau Griso).
Es la hora de estudiar, que enseguida llegan los exámenes (Sí que puedes, El Kanka).
Mamá te manda el mensaje diario para ver cómo estás (Compañeras, Marwan).
Tus amigas te llevan fuera. Mañana más (Paseo, Estopa).
Pero primero, vamos a arreglarnos un poco (Brillo, Rosalía y J Balvin).
La noche promete. ¡Unas cervezas y a casa! (Y nos dieron las diez, Joaquín Sabina).
Te encuentras con un viejo amigo (Qué bien se te ve, Mr. Kilombo).
Bailas tu canción favorita como si tuvieras diez años (Los chicos hoy saltarán a la pista, La casa azul).
Es hora de irte a casa. Otro día más y mejor (Me voy, Julieta Venegas).
¡Buenas noches! (Soñaba, Miryam Latrece).
Esta puede ser, perfectamente, la banda sonora en la vida de cualquier persona. Personalmente he puesto las canciones que yo misma relaciono con actividades de mi día a día. Aunque no las escuche cada vez que me levante, o cuando me siento alegre o triste, siempre hay una canción que expresa lo que estás viviendo en ese instante.
Cualquier día, en cualquier momento, va a sonar una canción y va a ser TU canción. Aunque una semana después sea otra completamente distinta, da igual. Puedes apoyarte en cualquier canción, e incluso no escucharla nunca más si no te gusta o te trae malos recuerdos.
Por eso creo que es importante que escuchemos música. De todo tipo, el que sea. El que te guste. Te hacen crecer un poquito por dentro, e incluso hacen que descubras sentimientos que no sabías ni que tenías. La música habla, y nos dice cosas que necesitamos escuchar o que nosotros mismos no nos atrevemos a decir. Hay canciones que son para bailar, sentir, cantar “a grito pelao” con tus amistades… Y hay canciones y obras que preferimos escuchar a solas, tumbados en la cama y con los cascos. Cualquiera de ellas nos hace ser como somos.
Escucha la música que te de la gana, cuando te de la gana (sin molestar, claro) pero disfrútala, que es su objetivo principal.
Posdata: como recomendación, y como ya sabréis, solo digo que, porfi, llevad cuidado con escuchar mucho reggaetón. Pero bueno, que cada persona decida con sus gustos.
Ahora sí. ¡Buenas noches! (The dreamer, The tallest man on Earth).
Eva Sanjorge Castillo.