Para un buen uso y entendimiento de las historias de Eleonor Rigby, recomendamos hacer clic en el enlace y leer el relato con la música de fondo.
_ Hola, me llamo Eleonor Rigby y me encuentro enterrada aquí, debajo de esta lápida, en el cementerio de St. Peter de Liverpool desde el 4 de octubre de 1939, el día en el que desgraciadamente dejé de estar entre los vivos. Hasta entonces estuve trabajando en el City Hospital de Parkhill y mi vida había transcurrido tranquila y feliz en compañía de John Rigby, mi marido. …Una faena, tenía apenas 44 años: …la vida. _Supongo que si eres amante de la música mi nombre te pueda resultar un tanto familiar, especialmente porque hay una canción de un tal Paul McCartney que se llama igual que yo. Al parecer el amigo Paul y otros tres chicos: John Lennon, Ringo Star, y George Harrison, formaron un grupo; The Beatles, y creo entender que lograron hacerse mundialmente famosos allá por la década de 1960.
_ La cuestión es, que sin comerlo ni beberlo mi nombre se ha visto envuelto en la leyenda urbana que sitúa mi persona en el título de dicha canción. El tema en particular, si lo estás escuchado ahora de fondo, es realmente bonito,…y no digo esto por lo que me toca. Fue incluido en el álbum “Revolver” de la banda en 1966, y para su grabación prescindieron de sus guitarras eléctricas y la batería de Ringo Star, y echaron mano de los servicios de un doble cuarteto de cuerda como único apoyo para las voces de McCarney, Lennon y Harrison;…elegante donde las haya, y es más, hay una revista por ahí algo relevante en la materia, llamada Rolling Stones que la sitúa en el puesto 137 de su lista de las 500 mejores canciones de la historia del Rock. …Pienso que eso significa algo, ¿no?
_Pero vamos al lío que realmente nos ha traído hasta aquí: ¿tiene o no tiene que ver mi persona con la Eleonor Rygby de Paul McCartey? Yo te cuento y tú creas tu propia opinión.
_El músico siempre mantenía cuando le preguntaban si existía la Eleonor de su canción, que se trataba de un personaje ficticio. Que el nombre lo había tomado de Eleonor Bron, una actriz que había participado con el grupo en el rodaje de su película “Help”, y que el apellido Rigby se le ocurrió en un paseo por la ciudad de Bristol al ver el rótulo de una tienda de vinos en el que ponía “Rigby & Evens”. La verdad es que la idea no estaba mal, y habría pasado sin pena ni gloria si un curioso individuo no se hubiese detenido en donde tú te encuentras allá por 1980, y se hubiese detenido a leer la inscripción de mi lápida. Después era de esperar que el hallazgo empezara a circular de boca en boca y que en cualquier momento alguien le acabaría preguntando por el asunto a McCarney. Así que cuando ésto sucedió, sin apartarse de su justificación sobre el nombre de la actriz y la tienda de vinos de Bristol, empezó a dejar a entrever que bueno, que tal vez el título de la canción se encontraba en su subconsciente, pues alguna que otra vez había ido a ese cementerio de St. Peter.
_¡Ay Paul! …¿Alguna que otra vez? Creo recordar que él y su amigo John venían habitualmente a tomar el sol en estos silenciosos jardines, por no mencionar que fue justo aquí al lado, en el patio de la iglesia de St. Peter en donde conoció un 6 de julio de 1957 a su amigo Lennon, cuando éste junto a su primer grupo, The Quarrymen habían acudido allí para tocar en una fiesta de la parroquia.
_No obstante, y por no cerrar el tema todavía, tengo que reconocer que mi vida fue bien diferente a la de la Eleonor de la canción; una persona triste y solitaria. Aun así, he decidido dejar lo mejor para el final. Un certificado de trabajo mío, de 1911, se subastó en 2008 en la galería Idea Generation de Londres, por creo haber oído alrededor de 600.000 libras;…un pico. Su propietaria, Annie Mawson, logró financiar con ese dinero su escuela de educación especial. Annie, según comentó ella misma, había escrito a Paul McCartney relatándole la mejora que había conseguido un niño autista al aprender a tocar al piano su Yellow Submarine; y no me preguntes cómo, alguien del entorno del músico hizo llegar el documento a la afortunada terapeuta.
_¿Es todo casualidad? No sé, puede ser, aunque me gustaría pensar que el nombre de Eleonor Rigby no fue más que un flash, dos palabras que se depositaron por un azar en el subconsciente de Paul en uno de sus paseos por aquí y luego se entrelazaron con su idea. En cualquier caso, la leyenda continúa ahí. Yo la verdad, no estaba al tanto de la controversia, pero en cierta ocasión me visitaron John Lennon y George Harrison, quienes están igual que yo, al otro lado, y me contaron cómo había sucedido todo.
_Y bueno, nada más, me ha gustado esta conversación contigo. Así que si te viene a bien y te apetece hacerme una nueva visita, te contaré la historia de otras canciones de músicos que como yo, se dedican a criar malvas.
Te espero:
Eleonor Rigby.
Eleonor Rigby.