«La Entrada»

Dentro de los pasodobles escritos con un motivo eminentemente localista, destacan algunos que aún siendo en su inicio compuestos para un acto único y concreto de un lugar, con el paso del tiempo su popularidad ha transcendido a todo nuestro país, siendo sin lugar a dudas una de las obras de este estilo más interpretada por las bandas de músicas españolas tanto en conciertos, como en desfiles, festejos taurinos, etc.

Se trata del pasodoble La Entrada del maestro Quintín Esquembre Sáez, compuesto en 1922 por petición de su amigo, Francisco Bravo Gracia, director de la recién fundada Banda Municipal de Villena, y para ser interpretado por esta agrupación durante su estreno oficial, el día 5 de septiembre, en el desfile de La Entrada de las fiestas de Moros y Cristianos de Villena.

Banda Municipal de Villena, desfile en el acto de La Entrada (años 20 del pasado siglo XX) (Foto cedida por Archivo Banda Municipal de Villena).

Por lo tanto esta obra es un ejemplo claro de un pasodoble de estilo localista, puesto que fue solicitado por el director de la Banda Municipal de Villena, para ser la obra de su presentación ante los ciudadanos el día 5 de septiembre de 1922 durante el Desfile de La Entrada, por dicho motivo este año 2022 se están celebrando múltiples actividades para conmemorar el Centenario de esta Laureada Banda. 

Según nos comenta el músico villenense Juan José Lillo, se desconoce cuántos años se continuó tocando este pasodoble en dicho acto, dejándose de utilizar no se sabe en qué fecha, utilizando partir de entonces para este desfile otras composiciones, en su mayoría marchas militares. En el año 1951 se utilizó Desfile de Héroes (de Manuel Carrascosa. Lo que si se conoce con exactitud es que, tras la muerte de Quintín Esquembre en abril de 1965, en las fiestas de ese año se volvió a interpretar, y desde entonces hasta la actualidad se ha tocado ininterrumpidamente, a excepción de los dos años de pandemia.

Quintín Esquembre Sáez, nació en Villena el 30 de marzo de 1885, donde su padre regentaba una tienda de ultramarinos, destacando muy pronto por sus aptitudes para la música y, en especial por sus dotes para la guitarra. Siendo niño tuvo ocasión de escuchar a Francisco Tárrega. En 1902, al igual que le sucedió unas décadas antes a su paisano Ruperto Chapí, se trasladó a Madrid para formarse profesionalmente como músico, junto con su familia quienes fundaron en el barrio de Chamberí la pensión “Los Villeneros”.

Quintín Esquembre Sáez (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

En el Conservatorio de la capital estudió violonchelo, armonía y composición, y tras conocer a Miguel LLobet, que en aquella época actuó varias veces en Madrid, prosiguió sus estudios enfocados a la guitarra. En septiembre de 1904, hizo su presentación como concertista de guitarra en un concierto en el Círculo de Cazadores de Villena. Desde 1906 fue miembro de la Asociación General de Profesores de Orquesta de Madrid. En 1910 paralizó sus estudios en el Conservatorio, trabajando como violonchelista en varios casinos de Portugal y residió algún tiempo en Roma. En 1913, regreso a España, donde finalizó sus estudios de violonchelo con las más altas calificaciones, y posibilidades de entrar a formar parte de la Banda de Alabarderos. En 1914 ingresó en la Banda Municipal de Madrid, y se casó con Teodora San Martín. En este mismo año participó en el homenaje a Tarréga, realizado en el Ateneo de Madrid, dando comienzo una época de gran actividad tanto como concertista de guitarra como de violonchelo, siendo en 1915 fundador de la Orquesta Filarmónica de Madrid.

En 1922 compuso la obra que más fama le ha dado: el pasodoble La entrada,  obra maestra del género, que nació como pasodoble festero para convertirse en uno de los más emocionantes pasodobles toreros.

Foto dedicada por el maestro a su discípula Carmen González. 1945. (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

En 1925, fue nombrado profesor de la cátedra de guitarra del Instituto-Escuela Guitarrística, creado por la Cultural Guitarrística con la que colaboraba desde los inicios de la década de 1920.  El 11 de julio de 1924, se emitió en Radio Madrid el primer concierto de guitarra del que se tiene noticia, durante el que Esquembre interpretó obras de Tárrega y Sor, y que obtuvo en la revista T.S.H. (n. º 7, 6 de julio de 1924) la siguiente crítica: “Quintín Esquembre, el maestro de la guitarra, el instrumento español por excelencia, interpretó un notable concierto con raro dominio de la difícil técnica. No podía faltar en las radiodifusiones españolas la nota nacional de la guitarra. Al ser escuchado el concierto de tan excelente artista, los españoles residentes en el extranjero habrán convivido con nosotros espiritualmente unos gratos momentos recordando a su patria”.

El músico continuó con su labor de composición, a pesar del poco tiempo que le dejaban sus múltiples compromisos como solista de guitarra y como violonchelista de la Banda Municipal y de la Orquesta Filarmónica de Madrid.  En 1926 obtuvo la Mención Honorifica del Concurso Nacional de Música con un cuarteto para cuerda. Dos años después volvió a concurrir a dicho Concurso, con la suite orquestal Estampas de Goya, obra que no se llegó a interpretar. En 1928 Orquesta Lassalle estrenó Guitarra andaluza, un capricho orquestal basado en  aires flamencos de soleá, seguiriya gitana, zapateado y alegrías, en un tiempo en el que el maestro de la guitarra flamenca, Rafael Marín, era colega suyo en el Instituto-Escuela Guitarrístico. Sin embargo, su obra más ambiciosa fue la zarzuela Si vas a Calatayud, con libreto de César de Haro, para cuya composición Esquembre realizó una minuciosa investigación sobre la música popular aragonesa,  y que fue estrenada, el 27 de enero de 1932, en el Teatro Victoria de Barcelona.

Quintín Esquembre (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

El trabajo de Esquembre como maestro de guitarra comenzó a ser visible a mediados de la década de 1930, cuando discípulos suyos como Vicente Gómez y Ángel Iglesias, formados completamente por él, dieron inicio a su carrera profesional. A Vicente Gómez está dedicada la primera composición guitarrística que Esquembre editó: el Vals brillante publicado en 1934. A pesar de la sólida notoriedad que ostentaba en aquellos años Esquembre como guitarrista y maestro, el Conservatorio nombró a Regino Sainz de la Maza en 1935 como profesor de guitarra, aunque es posible que en esta elección tuviera un gran peso el hecho de que posiblemente al maestro no le hubiera podido interesar este destino de profesor en el Conservatorio, ya que en esos momentos era funcionario del ayuntamiento de Madrid con puesto fijo en la Banda Municipal y una buena antigüedad en el escalafón.

Durante la Guerra Civil, recorrió como profesor de la Banda Municipal dirigida por su amigo Pablo Sorozábal, diversas ciudades del Levante, realizando conciertos con el objetivo de recaudar fondos y víveres para el Madrid sitiado donde permanecía su familia. Durante estos años compuso dos nuevas obras para guitarra sola: Canción playera Zapateado y arregló en forma de rapsodia para dos guitarras y orquesta su Guitarra andaluza. Canción playera Zapateado tienen su origen en la música que compuso en 1935 para el documental cinematográfico Guadalquivir y no las publicó hasta 1954 con Unión Musical Española aprovechando los ingresos procedentes de la primera grabación discográfica de La entrada, interpretada por la banda del Regimiento de Infantería Jaén número 25, dirigida por Sánchez-Curto.

“Trío Esquembre” formado por: Carmen González, Manuel Hernández y Miguel Esquembre (Años 40 del siglo XX) (Foto cedida por www.villenacuentame.com)

Finalizada la guerra, fue nombrado profesor de guitarra del proyecto educativo Instituto Musical dirigido por la revista Ritmo, de la que su amigo Fernando Rodríguez Del Rio era Presidente del Consejo de Administración. La nueva versión de su obra Guitarra andaluza, fue estrenada a mediados de los años 40, en un concierto emitido por Radio Nacional de España  e interpretado por el dúo formado por Carmen González y Manuel Hernández, dos de sus más destacados discípulos en esa época, quienes junto a su hijo Miguel Esquembre  formaban el Trío Esquembre de guitarras, para los que realizó gran cantidad de arreglos. Gracias a estos discípulos y otros como Meme Chacón, Ana María Loyzaga, Luis Maravilla y Antonio Albanés, así como extranjeros como los holandeses Koos Tigges y Joshua Heygen, el maestro villenero se mantuvo mínimamente activo durante sus últimos años, pues en 1951 sufrió una retracción palmar en la mano izquierda que le imposibilitó para tocar la guitarra y el violonchelo.

Falleció en Madrid el 2 de abril de 1965. Rodríguez del Río, dedicó al maestro la siguiente necrológica en la revista Ritmo: “Como concertista pudo escalar la cumbre de la celebridad por su impecable y maravillosa técnica y por la dicción, de un inigualable estilo interpretativo”.

“La Entrada” fue compuesta el año 1922, por Quintín Esquembre. Eran muchos los villeneros que habían pedido al maestro Esquembre que compusiera algún pasodoble para las Fiestas de Moros Y Cristianos de la localidad, que se celebran del 5 al 9 de septiembre en honor a Nuestra Señora de las Virtudes, patrona de Villena. Siendo finalmente el maestro Francisco Bravo, quien solicitó al autor un pasodoble para ser interpretado por la recién creada Banda Municipal de Villena, durante el día 5 de septiembre, día del inicio de las fiestas, que se denomina El día de la Entrada.

Debería de ser un pasodoble que evocara este histórico y descriptico acontecimiento local, y además que fuese una composición a la vez, sencilla, fácil, y sobre todo, sin grandes dificultades instrumentales, puesto que estaba destinada para ser interpretada por un modesta banda de música, recién creada, y formada en su totalidad por muchachos de la localidad que no se dedicaban profesionalmente a la música, alternando sus ocupaciones laborales con su afición musical.

El pasodoble tuvo su estreno oficial, el día 5 de septiembre de 1922, durante el acto de la Entrada de dichas Fiestas de Moros y Cristianos, con tan feliz resultado, que desde entonces no ha dejado de interpretarse ese día por la Centenaria Banda Municipal de Villena.

Banda Municipal de Villena, desfile en el acto de La Entrada, Siglo XXI. (Foto cedida archivo Banda Municipal de Villena).

En 1965, año del fallecimiento del maestro, su sobrino Francisco Poveda Esquembre, publicó un artículo para la Revista VILLENA en el que, refiriéndose al pasodoble La Entrada decía: “Ha contado el autor el porqué del título de este pasodoble, y sin variar ni una coma en su narración, decía. – “En mi pueblo se celebran, en honor de nuestra Virgen, María de las Virtudes, unas tradicionales fiestas de Moros y Cristianos en el mes de septiembre. El día 5, el pueblo entero sale a sus afueras para ver llegar a la Virgen cuando es traída desde el Santuario. A tal efecto las “comparsas” de los bandos “moro” y “cristiano” desfilan por las principales calles, llenas de alegría y colorido, al son de vibrantes pasodobles. El desfile o “La Entrada” que así lo llamamos, es encabezada por la Banda Municipal del pueblo. Mi buen amigo Francisco Bravo, director de ella por aquel entonces, reorganizó, con un buen puñado de gente joven, la Banda Municipal de Villena, y en un escrito me dijo: Quintín, hazme un pasodoble bonito y que no sea difícil, para que lo puedan tocar con facilidad los chicos. Traté de atenderle, y como todo lo que se hace con amor y sencillez es bonito, así nació esta obrita”.

“La Entrada” pasodoble de Quintín Esquembre. Guión.

La entrada, es una obra maestra del género, que nació como pasodoble festero para convertirse en uno de los más emocionantes pasodobles toreros, siendo reconocido por el público de todo el mundo e interpretado por las mejores bandas de música, llegando a ser un himno popular en las fiestas vallisoletanas de Peñafiel y de Villena.

Les ofrecemos a continuación un vídeo con la interpretación de La Entrada, realizada por la Banda Municipal de Villena, quien este año, como ya hemos dicho anteriormente, celebra el Centenario de su fundación, por lo que también nos sirve para felicitar a nuestros amigos y compañeros de Villena.

Este vídeo es muy especial, puesto que está grabado desde dentro de la propia banda, y durante el mismo se ve la emoción y sensibilidad que sienten los músicos villeneros a la hora de interpretar este pasodoble en este acto.

https://www.facebook.com/watch/?v=10153100028423182&ref=sharing


– Archivo Banda Municipal de Villena.

– Archivo de la Asociación de Amigos de la Música de Yecla (AAMY).

http://www.villenacuentame.com/

José Miguel Ibáñez.

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