Este artículo trata de explicar la importancia de la Música de Cámara en la iniciación musical, pero antes de ello, habrá que definir qué es exactamente la “Música de Cámara” y sus agrupaciones más habituales.
En el Diccionario de Harvard de Música el término «Música de Cámara» es definido de la siguiente forma:
“Tal y como se utiliza el término actualmente, música escrita para ser interpretada por un grupo reducido, generalmente instrumental, con un instrumentista por parte”.
Matizando esta definición, la Música de Cámara tiene varias características principales. La primera, es que cada instrumentista toca un papel diferente. No hay duplicación de voces a la octava. Cada papel es independiente del otro y tiene una función determinada que puede coincidir o no con la de los otros instrumentistas de la agrupación. No obstante existe una interrelación, ya que todo ello forma parte de la misma música.
La segunda característica es que para que haya Música de Cámara tiene que haber, al menos dos músicos. Un solo instrumento polifónico como el piano, aunque es capaz de ejecutar varias voces, no se considera como género camerístico. Por el contrario en grupos de más componentes, el número de ejecutantes no es ilimitado, así como tampoco está fijado el número exacto de músicos. Las orquestas denominadas “de Cámara”, podrían contar con unos 20 componentes aproximadamente, pero este tipo de agrupación no siempre es considerada como género de cámara.
La tercera cuestión es que aunque al trabajar en el aula el profesor dirija la clase, a la hora de actuar no existe la figura del director tal como la conocemos (aunque siempre habrá alguien que marque entradas, finales…). Por lo que los músicos llegan a acuerdos tanto entre ellos como con el profesor, sobre las distintas características y efectos a realizar.
Un cuarto punto importante es que este tipo de música se “diseñó” originalmente para espacios pequeños, reducidos, es decir, para espacios de “cámara”. Hoy en día, este tipo de música se desarrolla tanto en sitios reducidos como en teatros, auditorios o incluso al aire libre, por lo que su finalidad inicial se ha perdido para adaptarse a los tiempos.
Entre las agrupaciones de cámara más relevantes podemos destacar:
– Trío con piano.
– Cuarteto de cuerda: 2 violines, viola y violonchelo.
– Quinteto de viento: flauta, oboe, clarinete, fagot y trompa.
– Quinteto de metales: 2 trompetas, trompa, trombón y tuba.
De estos grupos se derivan otros:
*Dúo:instrumento polifónico (piano, guitarra o acordeón) más instrumento melódico. Se entiende que es género camerístico si no es una obra virtuosa, es decir, ambos instrumentos tienen igual de importancia.
*Tríos:
– Trío de cuerda: violín, viola y violonchelo. (Aunque pueden darse otras combinaciones).
– Trío de vientos.
– Trío de metales.
*Cuartetos:
– Cuarteto con piano: trío de cuerda más piano, u otras.
– Trío de cuerda e instrumento de viento.
– Cuarteto de viento: ya sea de maderas, de metales o mixto.
*Quintetos:
– Cuarteto de cuerda y piano, u otras combinaciones (por ejemplo La Trucha de L. van Beethoven: violín, viola, violonchelo, contrabajo y piano).
– Cuarteto de cuerda más viola o violonchelo.
– Cuarteto de cuerda más clarinete, u otro instrumento de viento.
*Sexteto:
– Cuarteto de cuerda más 2 violas.
– Cuarteto de cuerda más 2 violonchelos
– Cuarteto de cuerda más contrabajo y otro instrumento.
*Agrupaciones mixtas.
*Octeto de cuerdas: 8 instrumentos de cuerda, o dobles cuartetos de cuerda (4 violines, 2 violas y 2 violonchelos).
*Orquesta de cámara: Orquesta pequeña que suele estar compuesta por entre veinte a veinticinco instrumentistas. Éste era el tamaño habitual de las orquestas del siglo XVIII.
Como ya se ha dicho, la Música de Cámara, como la conocemos, se puede ejecutar en las Enseñanzas Elementales y de hecho, se suele llevar a cabo aunque con diferente nombre.
No existe un término exacto para tratar la Música de Cámara en la iniciación musical, sino que aparecen diferentes términos que pretenden hacer referencia al original, como es el caso de: ensemble, clase colectiva, conjunto instrumental…Pero que en cualquier caso se lleva a cabo la misma actividad, la música de cámara.
A nivel de Enseñanzas Elementales, a diferencia de las Enseñanzas Profesionales y/o Superiores, es más difícil encontrar repertorio original, teniendo en cuenta el nivel técnico de los niños con el instrumento (aunque no sería algo imposible), por lo que se propone la opción de hacer instrumentaciones.
Para ello lo primero será definir qué es la instrumentación. Una definición posible es la realizada por el profesor Sixto Herrero en el VI Jornadas de Música de Archena, organizadas por el CPR de Cieza en febrero de 2012:
“Se trata de reescribir o reinventar una partitura a partir de un nuevo grupo de instrumentos ampliando, reduciendo o equiparando las voces”.
A partir de ahí la instrumentación podría abordarse de diferentes formas:
1. Reescribiendo una sola línea melódica a otro instrumento.
2. Reescribiendo a varios instrumentos la línea melódica.
3. Completar una línea melódica con acordes adaptados.
4. Reducir partituras que tienen muchas voces instrumentales.
5. En aumentar las voces instrumentales a partir de una música que está hecha para un instrumento polifónico, etc.
La instrumentación trata de volver a reinventar el timbre a partir de una partitura, obteniendo una nueva versión, adaptada al nivel del alumnado, pero conservando siempre su origen.
La orquestación original es aquella que ha sido diseñada por el compositor para dar color a su creación musical, es por tanto la primera instrumentación que se hace, y está íntimamente ligada al proceso creativo y artístico del compositor. Por lo que para hacer nuevas instrumentaciones habrá que tener en cuenta: el timbre del instrumento y sus características físicas; la familia instrumental y sus recursos tímbricos internos; y las posibilidades que nos brindará la combinación del conjunto instrumental.
En cuanto a la aplicación de la instrumentación en el aula, se trata de buscar aquellas fuentes musicales originales que se adecuen al aula en cada momento. Debemos tener en cuenta cuál es el objetivo de la clase, qué se pretende alcanzar al finalizar la instrumentación para que pueda ser aplicada de una manera real en el aula. Para ello será importante conocer el origen de la fuente, para enriquecer el bagaje musical del alumno, ampliando así el abanico de lenguajes idiomáticos y estéticos que puedan reforzar el trabajo en común y ampliar conocimientos por medio de la experiencia colectiva.
Siempre hay que tener en cuenta que vamos a reinventar un texto preexistente, que no se trata de una composición propia y que esta reimpresión de color, puede ser de varias formas como ya hemos visto. En resumen se trata de un trabajo de texturas melódicas y armónicas con una instrumentación diferente de la original.
También habrá que tener en cuenta el tipo de agrupaciones con las que contaremos en el aula, y dependerán de: el número de alumnos, tipo de instrumentos, disposición de horarios….Pudiéndose encontrar: instrumentos por especialidades, grupos mixtos reducidos o grupos mixtos amplios como la orquesta de cámara (o banda).
Por último, es importante contextualizar el documento original, para intentar ser lo más fiel al compositor y habrá que tener en cuenta: los datos bibliográficos del autor, la etapa histórica de la música del documento o la partitura original, la etapa personal del autor en la que fue escrita la obra original, así como el análisis formal de la pieza.
Para finalizar, hay que destacar la importancia que tiene la Música de Cámara en las Enseñanzas Elementales, ya sea en Escuelas de Músicas privadas, municipales o simplemente en academias. Existe un gran porcentaje de alumnos que no consiguen acceder a Enseñanzas Profesionales, y con esta asignatura se conseguirá que estos músicos amateurs tengan una formación musical de mayor calidad.
Por otro lado, deberíamos utilizar en todo momento repertorio original si es posible. Y si no lo fuese, ver qué colectivo tenemos delante, ver qué podemos enseñar, y realizar instrumentaciones de todo tipo de repertorio, dando la oportunidad de descubrir nuevos estilos, nuevos compositores…. Ayudándonos así, a que el alumnado comprenda mejor la Historia de la Música, los tipos de estructuras formales, los estilos…
Tampoco hay que olvidar que hacer Música de Cámara es divertido y motivador. La música en grupo nos permite disfrutar y facilita el aspecto lúdico. La satisfacción de compartir la música, hace que las horas que el alumno invierta trabajando en casa, tenga mejor recompensa. Y también fomenta el sentido de la responsabilidad. Esto se debe a que si un alumno no defiende su papel, esto repercutirá en todo el grupo, y serán los propios compañeros los que fomenten ese estudio individual.
Además existirá una “competitividad” entre los propios alumnos para ver quién toca mejor, y puede interpretar la melodía. Esta competitividad tiene que ser controla en todo momento por el profesor, pues a la mayoría de alumnos les estimulan a estudiar más, pero a otros puede que no les de el mismo resultado. Pero bien utilizada, la competitividad (como característica positiva, nunca como rivalidad), podrá motivar más a los alumnos en el estudio de su instrumento. De no ser así, se tendría que motivar a los alumnos de otra forma, como puede ser elegir repertorio que les guste, o simplemente creando un clima de clase adecuado.
La Música de Cámara, además desarrolla el oído interno. Favorece la división de la atención, escuchando a cada uno de los compañeros por separado, así como el producto final. Lo que repercute en el aprendizaje de la afinación, destreza necesaria que requiere un proceso lento y progresivo.
También, aporta la oportunidad de aprender de los demás. Hasta en los grupos más homogéneos, cada músico tiene muchas cosas que los demás no tienen. Y no simplemente técnica, también influencias, formas de trabajar, capacidades sociales, organización, sonido… Por lo que se convierte en algo enriquecedor.
En cuanto a temas transversales, se trabajan valores como el respeto. No consiste en ser el mejor en el conjunto sino de hacerlo mejor. ¿De qué sirve tener un sonido potente si se usa para tapar lo que hace la melodía principal? Hay que respetar a los demás y conocer qué papel desempeña cada uno en un determinado momento.
En definitiva, la Música de Cámara hace mejores músicos. La música de conjunto nos hace prestar una atención superior al sonido, por encima de la técnica, aunque está claro que ésta es algo fundamental. Hace que prestemos atención a aspectos como la precisión rítmica, tempo, dinámicas, fraseos, timbres, formas, afinación… Hace que veamos la música como algo muy vivo, práctico e inmediato, y disfrutemos interpretándola.
Para concluir, destacar una frase en una entrevista realizada al Presidente del Consejo Chileno de la Música y Secretario Ejecutivo del Consejo de la Música de las Tres Américas, el flautista Alejandro Lavanderos, que afirmaba:
“La práctica de la Música de Cámara desde las más temprana edad asegura una formación de músicos más sólidos y competentes”.
BIBLIOGRAFÍA
– Hargreaves, David J. Música y Desarrollo Psicológico. Barcelona: Grao. 1998
– Temario para la preparación de Oposiciones: Educación Musical. Editorial Mad, Sevilla. 1995.
– González-Pérez, Joaquín y Criado del Pozo, María José. Psicología de la educación para una enseñanza práctica. Editorial CCS. Madrid. 2003.
– Pascual Megías, Pilar. Didáctica de la Música. Madrid: Pearson Educación, 2002.
María Virginia Lucas López.
Pedagoga y Diplomada en Educación Musical.