«Life on Mars», David Bowie

bowie_160Al principio me dió un poco de pena, pues le vi pululando entre las
calles de lápidas un tanto desubicado, como si no terminara de asumir todavía por qué se encontraba aquí. Era de esperar que en cualquier momento se detuviera frente a mí, es lo que tiene que una se encuentre en un lugar de culto, de visita obligada, o si no que le pregunten al amigo Jim Morrison;…la de desconocidos que se hacen fotos con su epitafio de fondo en el cementerio de Père-Lachaise, París, Francia.

Al principio me tuvo algo en duda y confusa, pero sus ojos le delataron, se trataba de David Robert Jones,…sí, siii, el mismísimo Bowie en espíritu. Y no es que te pueda contar mucho sobre él, pues es una persona de palabra escasa, que me costó retener más allá de lo que tardó en tomarse la taza de té que le ofrecí, pero como se dice por ahí, lo breve y bueno, dos veces bueno.

Supongo que esa timidez la arrastra desde que era un niño. Algún que otro maestro, en sus tiempos de colegio ya percibió en David cierto grado de alumno superdotado, especialmente por sus dotes y habilidades creativas. Aunque si hay un hecho que marcara realmente su juventud, fue la pérdida parcial de visión que sufrió a sus 15 años a consecuencia de un puñetazo que le propinó su “amigo” George Underwood. Un compañero del colegio con el que se peleó por la disputa de una chica, que le ocasionó un daño irreparable en su ojo izquierdo, que derivó en un problema crónico en su pupila, que más tarde descubriría que se denominaba anisocoria. Lo mejor es, que este hecho daría lugar posteriormente a multitud de leyendas que discurrían entre: si el cantante llevaba un ojo de cristal, o si había nacido con un ojo de cada color. Pero nada más lejos, lo dicho sin más, un accidente inoportuno que acabaría forjando su forma de ser. No obstante, su amistad con George no se rompió por este motivo, sus vidas artísticas terminarían cruzándose en un futuro, ya que Underwood, que se acabó dedicando entre otras cosas al diseño de portadas de discos, hizo para Bowie las carátulas de sus álbumes: Hunky Dory y The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars.

Como sabes, en estas visitas me gusta que aquellos que acaban visitándome no se vayan sin desvelarme el misterio o la historia particular que encierra alguna de sus canciones, y en el caso de David, no podía ser menos. Ahora sí, nunca hubiese pensado que se vería involucrado en ello Frank Sinatra. Veréis, a finales de la década de 1960, en la que Bowie ya había adquirido cierta fama por el lanzamiento de su éxito “Space Oddity”, recibió el encargo de hacer una versión en inglés de una canción que estaba pegando fuerte en Francia titulada “Comme d’habitud”, del cantante Francés Claude François, y que él adaptaría como “Even A Fool Learns To Love”. Una vez estuvo terminada, no resultó finalmente del agrado de quien había solicitado el encargo y se desechó. Por aquel entonces, el cantante Paul Anka que se encontraba de vacaciones en tierras galas, escuchó el tema por casualidad y decidió adquirir sus derechos para hacer otra versión que denominó “My Way”. Y si, estás en efecto, terminaría en los labios de Frank Sinatra y pasaría a ser todo un himno. Es evidente que uno tiene su orgullo, y Bowie me reveló que aquella desdicha puso la semilla para que él compusiera “Life on Mars” (click aquí para escuchar), en la que dejó como evidencia comparativa la misma secuencia de acordes que la adaptación de Paul Anka. Su “Vida en Marte”, que se publicó en 1971 formando parte de su álbum Hunky Dory, habla del conflicto existencial de una adolescente que vive con sus padres en perpetuo desacuerdo con el sistema;…bueno, eso es un poco por encima el sentido literal de su letra, aunque David, que es un tipo complejo y oscuro dónde los haya a la hora de componer y hacer dobles y triples sentidos, me quiso dejar entrever que la ideas de sus versos se refiere a esas cortinas de humo que los medios de comunicación disponen para confundir y desviar la atención, pero estoy segura que me ha contado eso para desviar el asunto,…quién sabe, vete a saber lo que estaría saboreando en esos momentos, que en esos charcos no me he querido poner a indagar. En cualquier caso, es una bonita composición que forma parte actualmente de la lista de las mejores canciones de la historia del rock.

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Life on Mars – David Bowie

Y poco más le pude sacar a este músico adelantado a su tiempo, que dió sus primeros pasos en el mundo de la música aprendiendo a tocar el piano y el saxo, y cuyos primer y último éxitos tuvieron que ver con el más allá; “Space Oddity” y “Blackstar”. Por no mencionar, que fue el primer artista de renombre en estrenar una canción para descargar a través de internet con “Telling Lies” en 1996.

Y yo, al igual que Bowie, me pregunto si habrá vida en Marte para dejar este planeta por unas horas, o unos minutos, o al menos el tiempo que dura esta canción…

Hasta pronto:

Eleanor Rigby.

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