A principios del siglo XX se concentra una serie de autores que comenzaron a dar forma a lo que son las marchas de procesión, entre ellos, el músico y compositor, Manuel López Farfán.
Manuel López Farfán (Sevilla, 1872), nacido en el sevillano barrio de San Bernardo, se formó en la música en el Asilo de San Fernando. Desde los catorce años estuvo vinculado al servicio militar participando pues en la Guerra de Cuba (1895). Este servicio te ayudaba a tener unos conocimientos musicales y posteriormente una buena posición de futuro para con la música militar en España. Tras su paso por Cuba, volvió a Sevilla donde se incorporó al Regimiento de Granada para sustituir a Francisco Serra. Después de varios destinos militares como la Academia de Artillería de Segovia, Regimiento Vizcaya nº 51 de Alcoy (Alicante), Regimiento de la Reina nº 2 de Córdoba, Melilla y Santiago de Compostela, es ya a primeros de 1919 donde se incorpora como músico del Regimiento de Soria 9 donde permanece hasta su pase a la reserva activa años después. En este regimiento alcanzó el grado de músico mayor del ejército de España, o sea sé, director de banda militar.
El Maestro Farfán también fue ducho en otros estilos como zarzuelas; “El Don Cecilio de Hoy” o “Trianeras”; himnos, cuplés, preludios o pasodobles como “El Real Betis Balompié”, entre otros muchos. Pero en esta ocasión nos centramos en la música procesional de este compositor.
A principios de 1900, la Semana Santa sevillana comenzaba a aumentar el número de cofradías, entorno a unas cincuenta; escultores importantes como Castillo Lastrucci se encontraban en activo; nacieron varias formaciones musicales como la Banda de Santa Ana de Dos Hermanas (Sevilla), Maestro Tejera (Sevilla), la reorganización de la Banda de la Centuria Macarena e ilustres compositores como Joaquín Turina o Manuel Font de Anta de los que hablaremos en otros artículos se encontraban en activo componiendo grandes marchas de procesión. En resumen, la Semana Santa de Sevilla se encontraba en auge y sentaría bases de lo que es la semana santa hoy en día.
Farfán, un compositor adelantado y revolucionario, por qué no, a la época, tiene dos fechas marcadas como compositor; 1924 y 1925. Si las composiciones del momento se regían por un carácter sobrio, fúnebre y con ritmos lentos, Farfán rompió los esquemas con dos composiciones; “La Estrella Sublime” y “Pasan los Campanilleros” totalmente opuestas a los cánones del momento.
En 1924, Farfán ya adelanta lo que sería un cambio de rumbo musical y compone “Pasan los Campanilleros”, marcha dedicada a la Hermandad de las Siete Palabras de Sevilla y que en ella encontramos una letra escrita por el capitán del Regimiento de Soria 9, D. Antonio Olmedo que versa:
“En la cima del Monte Calvario
orlada de nubes, brillaba una Cruz,
y a sus pies, con el Santo Sudario,
esperaba María un rayo de clara luz.
Que luz era su Hijo Jesús,
luz radiante que alumbró cielos y tierra
y esparció en sus ascuas amor, caridad y virtud».
“Pasan los Campanilleros” sigue siendo una de las marchas más primordiales en el repertorio bandístico de la Semana Santa y banda sonora de la misma.
En 1925, el Maestro Farfán compone la marcha “La Estrella Sublime” dedicada a la Virgen de la Hiniesta, de la Hermandad de la Hiniesta de Sevilla, marcha que marcaría un antes y un después debido a, en gran parte, por la incorporación de las cornetas y los violines durante la marcha y también por la nueva estructura compositiva de la misma usada en las marchas actuales que sería: llamada con cornetas, primer tema, fuerte de bajos, repetición del primer tema y segundo tema o trío.
El origen de que Farfán escribiera esta marcha tenemos que irnos a principios de los años veinte cuando la Banda del Regimiento Soria 9 acompañaba al palio de la Virgen de la Hiniesta y éste era ya un reconocido compositor en la ciudad.
Dato histórico y revelador dice que cerca de la Sede de la Banda del Regimiento Soria 9 había un bar-restaurante “La Vinícola” que estaba regentado por un hermano de la Hiniesta, D. Marcos Borbolla, que el maestro Farfán visitaba junto con músicos de la banda y a esto tenemos que unir al hermano mayor de la Hermandad de la Hiniesta, D. Francisco Camero, propietario de una pescadería. Esta “trinidad”, valga esta palabra religiosa para referirme a estos tres individuos, se veían en este bar-restaurante “La Vinícola” que sería el elemento principal para el origen de la marcha. Cuenta la historia que los primeros compases fueron escritos en este bar sobre una de las tapas de mármol de las mesas del local.
Como hemos mencionado anteriormente, una de las novedades que aporta Farfán a la música procesional es la incorporación de las Cornetas a la Banda de Música dándole protagonismo que antes no lo tenía. También hay que destacar que en la instrumentación de la marcha aparece un papel específico para el violín interviniendo en el trío final. Dato curioso es que en el estreno de la misma, 5 de abril de 1925, salieron tres violines, pagados por el hermano mayor de la Hiniesta D. Francisco Camero, para interpretarlo. Farfán apunta en la partitura que no habiendo violines, serán la flauta, el requinto, el oboe y el clarinete principal quien hagan su función. La primera grabación discográfica de esta marcha procesional fue hecha por la Banda del Regimiento Soria 9 en el año 1959 con el disco titulado “Antología de la Semana Santa de Sevilla II”
Sin duda alguna el Maestro Farfán cambió el rumbo de la música procesional y ayudó a que se saliera del estilo fúnebre que se estaba llevando en la época buscando sobe todo en la esencia del carácter andaluz. Farfán murió en la localidad sevillana de San Juan de Aznalfarache a la edad de 72 años.
Para finalizar, les dejo con un enlace a la marcha “La Estrella Sublime” para que la disfruten.
Roberto Puche.