MÚSICA Y CEGUERA

Serafín Zuribi, cantante.

En mi artículo de hoy, reflexión, divagación, despropósito, desvarío, historia, cuento, o como lo quieras llamar, te hablaré de los ciegos y la música.

Bajo mi modo de entender en el mundo que me rodea existen principalmente dos tipos de ceguera. A saber: de un lado podemos encontrar la ceguera que yo denomino mental, (la cual está en todos lados, manifestada en la ignorancia de aquel que sencillamente no le interesa su mundo circundante, o a su vez, aquel que todos los días se viste con su traje de víctima responsabilizando de sus desgracias, problemas y situaciones a agentes externos, esto es, gobierno, personas, etc. Su lema y divisa es que la vida es un asco, nadie los quiere, les va muy mal. ¿Conoces a alguien así?)

De otro lado hallamos la ceguera física. ¡Sí! Ceguera. No cieguito, invidente, o lo que se te ocurra. Dicha ceguera tiene causas múltiples y diversas: puede ser heredada, debido a una enfermedad como la diabetes, accidente de tráfico, o como consecuencia de una negligencia médica. La incubadora ha provocado que muchos niños que nacieron por ejemplo prematuros sean ciegos, debido a oxígeno de más.

El ciego músico de Ramón Bayeu y Subías (1786).

Tras mi introducción acudamos a la historia. ¿Cómo vivían? Uno de los modos de vivir, aunque percibo y siento que no daba mucho de vivir era la música.

De acuerdo. Me dirás acertadamente que la Once nos ayuda y nos protege, nos proporciona servicios y empleo, pero: ¿Antes de ella qué?

La música te repito. La amada música era como hoy nuestra tabla de salvación, refugio y consuelo más que un modo de salir a flote.

No puedo evitar imaginar a un ciego en la Edad Media recorriendo pueblos, ciudades, cortes y castillos guiados por un lazarillo provistos de su laúd y su voz, proporcionando noticias y solaz con su canto a cambio de unas pocas monedas.

Su gran aspiración seguro era que sus canciones traspasaran fronteras y fueran fijadas por escrito, convertidas en pliegos de cordel o cantos de ciego. Canciones que aquel que tuviera algo de dinero pudiera obtener por un módico precio.

La música nos salvó de estar avocados a la más absoluta miseria. La música nos salvó de la soledad  descarnada y el ostracismo social.

Joaquín Rodrigo (Sagunto, Valencia, 1901 – Madrid, 1999).

Aun así dos hombres excepcionales rompieron barreras, consiguiendo popularidad rotunda: ¿Quiénes? En el siglo XVII Antonio de Cabezón con su órgano, el cual creó maravillas sonoras sin parangón, y en efecto, Joaquín Rodrigo con su Concierto de Aranjuez, el cual consiguió distinción real. 

Con todo seguimos caminando, seguimos cantando, la música sigue corriendo por nuestras venas, sigue palpitando en nuestro corazón.

En los años de la posguerra, mi abuela contaba que un profesor ciego, (el maestro Albalate), enseñaba acordeón y tocaba para todo aquel que quisiera oírle.

En la actualidad en Hispano América personas ciegas derraman su arte en cada calle, plaza o mercado. Personas ciegas dignifican la música en el metro, bares o restaurantes. No piden limosna: dan su amor haciendo lo que más les gusta. ¡Soñar por medio de una canción! Pentagrama vivo, escalas palpitantes, acordes brillantes y arpegios vibrantes que día tras día ansían un nuevo amanecer gracias a voces capaces de dotar de luz y armonía una melodía recóndita.

Conchi Mora Forte. 

Alumna de la Escuela de Música AAMY.

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