Entre las lecturas curiosas que ofrecen las redes aparece el libro “Les nostres compositores. Les oblidades creadores musicals valencianes” que la Generalitat Valenciana publicó en el año 2019, acompañado de una exposición que recorre pueblos y ciudades de la Comunidad Valenciana. Es un libro con un afán muy divulgativo en el que el texto es de Raquel Lacruz y las coloridas ilustraciones de Carla Fuentes, desde el primer día está a disposición de cualquier lector en internet y se puede descargaren PDF en la página de la Generalitat Valenciana
Consta de pequeñas textos biográficos acompañados de ilustraciones a página completa de las mujeres compositoras que han nacido o vivido en la Comunidad Valenciana. En los apartados que componen el libro, ordenados desde las primeras mujeres de las que hay información hasta la época actual, se habla de: Hind. La esclava que tocaba el laúd (siglo Xll); Francisca, Ambrosia y María Luisa Pitarch. Las tres hermanas monjas (siglo XIX); Emilia Martí Vilaplana. La organista de las agustinas (1851-1915); María Carbonell García, La subpriora con música profana (1889-1962); Desamparados Chavarría Pérez. Una noche en el Principal (¿?-1906); Antonia González Simpson. Pulsando las cuerdas (1866-¿?) y Emerinda Ferrari Gonzálvez. La escritora de los Juegos Florales (1887-1952); Lola Vitoria Tarruella. La compositora con dotes esotéricos (1880-1952); Teresa Matarredona Aznar. “¡Qué triunfen los otros! (1904-1999); Pilar Mompó Aracil. La primera Directora del Himno de Alcoi (1916-2007), y Consuelo Colomer Francés. “La norteamericana” (1930-2019); Lolita Soriano. La creadora del primer himno del Valencia CF (siglo XX); María Teresa Andrés Blasco. La reina de la música para bailar (1910-1992); Ethelvina Ofelia Raga Selma. La pianista del cine mudo (1911-2005); Matilde Salvador Segarra. La gran compositora (1918-2007); María Teresa Oller Benlloch. La humildad hecha arte (1926-2018); María Luisa Campos Cutayar. Una sonata para la Flota Americana (1924-1975) y Dolores Sendra Bordes. Una mujer de Pego en Nueva York (1927-2019); Ángeles López Artiga. La música total (1939); Mariángeles Sánchez Benimeli. Una guitarra mediterránea (1943-2014) y Montserrat Bellés Sagarminaga. El arte del contrapunto (1943-1998); Encarna Beltrán-Huertas López. La enfermera sensible (1948); Carmen Verdú Esparza. La compositora de las personas sordas (1962), María Ángeles Belda Pérez. Una creadora de cámara (1961) y Lidia Valero. Una autora publicada (1954-2000); y Las jóvenes promesas. La transición de las compositoras (siglo XXI): Isabel Latorre, Lusa Monllor, Amparo Edo y Sara Galiana, junto a María Teresa Ballester, Isabel Manyes, María José Belenguer, Miriam Pascual, Celia Rivero, María Ángeles Gómez, Raquel Sánchez, Mercedes Femenia, Alba Misó o Silvia Gómez.
A lo largo de los siglos, las mujeres no solo han sido intérpretes, también han tenido sus propias iniciativas y toda clase de participación en la música aunque no esté tan documentada. Desde Hind, una esclava de Xàtiva del siglo XII que tocaba el laúd acompañando su propia poesía recopilada por Ibn Al-Abbar de València en el libro “Kitab Al-Takmila” (aunque de su música no han quedado vestigios) a la más conocida Matilde Salvador Segarra, primera mujer en estrenar una ópera en el Liceo de Barcelona; o la monja alcoyana Emilia Martí Vilaplana que desarrolló una buena formación musical como organista y se especializó en música sacra; otra monja alcoyana, María Carbonell García, compuso misas, canticos para Semana Santa pero también música profana para bandas; o Ethelvina Ofelia Raga Selma que pasó muchos años acompañando con su piano las películas de cine mudo o haciendo orquestaciones para otros artistas compaginado con su trabajo de compositora no siempre remunerado; o Ángeles López Artiga, sus creaciones abarcan desde música sinfónica hasta música de cámara, operística y coral; o la villenera Lola Vitoria Tarruella que con solo 16 años escribió “La Marcha de la coronación de Alfonso XIII”, después zarzuelas como “María Rosa” o “Mi Granada”, o música para banda como el “Himno al Maestro Chapí”…
Algunas de estas mujeres han estudiado y han ejercido su trabajo en prestigiosos centros musicales, conservatorios y universidades tanto nacionales como internacionales, han sido reconocidas y premiadas en grandes concursos y certámenes, otras provienen de conventos donde han dejado su huella en forma de música sacra y canciones populares, hay compositoras que han compaginado su trabajo con la interpretación, con la dirección, con el canto coral, con la enseñanza,… hay recopiladoras de músicas tradicionales que han adaptado a su propias composiciones, hay creadoras de himnos, de grandes cantatas, de sinfonías, de música para danza y para baile,… incluso autoras de óperas. Hay mujeres con una sensibilidad especial como Carmen Verdú Esparza autora de la primera obra escrita para personas hipoacusicas, “El concierto de los sentidos”, que permite a mucha gente sorda conocer este espectáculo sonoro a través de sensores del sistema verbotonal.
Es un abanico de mujeres que han trabajado en y con la música y aunque sus obras y creaciones hayan traspasado fronteras y se hayan interpretado en conservatorios, teatros, auditorios, salas de concierto… no siempre ellas han sido conocidas. Un libro ameno y curioso que puede ser la base de futuros estudios más completos.
M. Esperanza Esplugues M.