Músicos yeclanos por el mundo – Inés Díaz

¿A qué edad comenzaste a estudiar música? ¿Por qué te decidiste a hacerlo?

Comencé a estudiar música a los 8 o 9 años. En mi casa empezamos a estudiar música por mi abuelo, Antonio Alonso (Riñones). Él era un auténtico melómano y por circunstancias de la vida no pudo estudiar música, aunque fue autodidacta. Nunca perdía una oportunidad para amenizar las fiestas familiares o de amigos con un gran repertorio de pasodobles que interpretaba con una flauta de caña que él mismo se fabricaba. Siempre nos decía, sobre todo a mi hermano Pascual, que teníamos que ser músicos. De hecho fue él en su día quien nos compró los instrumentos, y fue en su casa donde la banda de la AAMY recogió a mi hermano.

Tras haber estudiado en la Escuela de Música y haberte especializado en flauta travesera, ¿Qué supuso esto para ti tanto personal como profesionalmente? ¿Qué recuerdos tienes de aquellos años?

Estudiar en la Escuela de Música me aportó muchas cosas a distintos niveles: conocimientos, amistades diferentes a las que tenía primero en el colegio y después el instituto, una rutina de estudio y ensayos… Recuerdo con mucho cariño las tardes de verano ensayando para actuar después en la plaza de toros. Aquellos ensayos eran el preludio de las vacaciones y eso se notaba en el ambiente.

Actualmente no te dedicas profesionalmente a la música. ¿Nos puedes contar en qué consiste tu trabajo? ¿Cómo es tu día a día?

Trabajo en Too Good To Go, una empresa danesa que lucha contra el desperdicio de alimentos a través de una aplicación desde la que puedes comprar el excedente de un establecimiento para así aprovecharlo y de paso ahorrar un poco. Se calcula que un 40% de los alimentos que se producen en todo el mundo es desaprovechado y con ello toda la energía (agua, luz, etc.) que se ha empleado en dicha producción. Esto supone un problema enorme para la sostenibilidad y de hecho es uno de los puntos clave de la agenda 2030 de la Asamblea General de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible. De ahí la importancia de empresas como Too Good To Go. En mi caso coordino desde Madrid (aunque actualmente paso gran parte del año teletrabajando) uno de los equipos de soporte a los establecimientos que colaboran con la aplicación y mi día a día consiste en organizar las tareas del equipo, dar seguimiento a su trabajo, crear y comunicar las estrategias a seguir, impartir formaciones, compartir buenas prácticas con el resto de países en los que está presente la aplicación…

En mi tiempo libre sí que sigo más conectada con el mundo de la música, colaboro en la web CrazyMinds, donde sobre todo realizo entrevistas a grupos de la escena independiente nacional. Esto hace que esté bastante al día de las novedades y de la agenda cultural madrileña y que acuda a bastantes conciertos y presentaciones, sobre todo en salas.

https://crazyminds.es/

Viéndolo desde tu experiencia, ¿qué le dirías a los padres que estén valorando si apuntar a sus hijos a la Escuela? ¿Qué les aconsejarías?

Yo les aconsejaría que dentro de lo posible pongan a sus hijos en contacto con las diferentes actividades disponibles y les dejen elegir. Definitivamente estudiar música es una actividad tremendamente enriquecedora pero también exigente y creo que es importante que exista una motivación por parte del niño. Le recomendaría a todos los padres que acudan con sus hijos a los conciertos y actividades que realiza la AAMY durante todo el año y que les descubran todo el abanico de posibilidades que ofrece la música, desde la clásica a la moderna. Seguro que hay algún instrumento o género que les despierta el gusanillo.

Hay muchos especialistas que afirman que el estudio de la música ayuda en la formación integral de las personas tanto en la faceta educativa, social, formativa, etc. ¿Qué opinión tienes sobre este tema?

Yo no soy para nada una especialista en este campo, pero sí estoy convencida de que estudiar música me ha servido para seguir aprendiendo otras muchas cosas. Son muchísimas las herramientas que he trabajado a través del estudio de la música: perseverancia, esfuerzo, tolerancia a la frustración, habilidades sociales y escénicas, trabajo en equipo, interés por la formación continua… Estoy segura de que me estoy dejando muchas, algunas por descuido y otras porque no he llegado a ser consciente de que las obtuve estudiando música. Personalmente me siento muy agradecida de haber podido estudiar música y haber desarrollado estas capacidades.

¿Puedes contarnos algunos recuerdos de tu paso por la Escuela de Música?

Recuerdo mucho sobre todo a las personas, a mis profesores de instrumento, Eva Belda, Pedro Ángel López y Nieves García, a las de solfeo, Anto, Isa y Conchi. A los innumerables compañeros con los que compartí tantos momentos durante aquellos años: Maribel, María, Esther, Violeta, Fernando, Sergio, Liborio… Me vienen muy a menudo a la mente los nervios de las primeras audiciones y la de vueltas que podíamos darle a una lección en solfeo si no éramos capaces de hacerla bien.

Tras estar varios años como miembro de la Banda Sinfónica de la AAMY ¿Nos puedes contar alguna anécdota? ¿Qué recuerdos tienes de dicha época?

Hay muchísimas, la verdad. Recuerdo estar tan nerviosa en los momentos previos al certamen Flicorno D’Oro (2009, Riva di Garda, Italia) que no estaba segura de que mis manos fueran capaces siquiera de sujetar el instrumento. Otro recuerdo que se me viene a la mente es estar en el centro de las casetas de la feria con mi compañera Esther Pérez explicándole a la gente qué era aquélla caseta nueva llamada El Puntillo y convencerles para entrar, tomarse algo y colaborar con la AAMY. Jamás se me olvidarán (y hace poco comentaba con un músico que para nada soy la única) aquellas fiestas de la Virgen en las que hacía tanto frío que el vaho de las llaves del instrumento se congelaba en pocos segundos. Nunca olvidaré el día que tocamos el pasodoble Yakka en el Palau de la Música de Valencia, nuestros tíos nos dieron una sorpresa y trajeron a mi abuelo Antonio a vernos. La  verdad es que la emoción sólo me dejó hacer playback. Pero hay muchas más: los bocadillos de tortilla y longaniza después de tocar en alguna fiesta, las cenas en el Mediterráneo, el viaje a Tarragona con excursión a Port Aventura incluida…

Estás algunos años alejada de Yecla pero sabemos que sigues pendiente de nosotros, ¿Qué opinas de la trayectoria y el camino que está siguiendo la Asociación? ¿Ha cambiado mucho desde que estudiaste en ella?

Creo que hay muchas cosas que se están haciendo bien, por ejemplo creo que la banda de la asociación se ha puesto más en valor, que la gente en Yecla es más consciente de la calidad de nuestra banda. En este tiempo también se han incluido nuevas disciplinas, como las clases de canto, que añaden más opciones de aprendizaje y la colaboración con la Royal School como centro examinador me parece súper interesante.

Observándonos desde la lejanía, con la equidad que eso suele aportar, ¿nos darías alguna recomendación?

Quizás ya está pasando pero sería muy enriquecedor que la formación se adaptase de forma más específica a las necesidades e intereses del alumno. En mi caso, cuando estudié flauta travesera,  el repertorio era casi exclusivamente clásico, muy enfocado a continuar los estudios en el conservatorio y a mí me habría encantado enfocarlo de una forma más lúdica y explorar otros géneros como el flamenco o el jazz.

¿Te gustaría contarnos algo que se nos haya escapado?

Me gustaría daros las gracias a todas las personas que formáis la Asociación por la gran labor culturar que realizáis en Yecla.

Indícanos una o unas obras que te gusten, que según tu consejo no deberíamos perdernos para poder compartirla con todos nuestros lectores.

Últimamente he escuchado bastante a la pianista y compositora polaca Hania Rani. Me ayuda en momentos de concentración o de desconexión, recomiendo su album Esja (2019). Por la parte del género que más escucho ahora mismo, el rock alternativo, le diría a todo el mundo que escuchase a Rufus. T. Firefly y su último disco, El Largo Mañana (2021). Rock psicodélico algo melancólico con influencia del soul y el R&B de los años 60 y 70. Me parece lo mejor que se puede escuchar ahora mismo en la escena y recomiendo verlos en directo, es una experiencia hipnótica.

Hania Rani

Rufus T. Firefly

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies
Abrir chat
Hola
¿En qué podemos ayudarte?